Opinion

FRAUDE EN ALCANTARÍ
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Martes, 7 Marzo, 2017 - 17:06

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El vuelo desde Sucre a Santa Cruz ha sido programado para las 7:45 am. Pasajeros desde Potosí ya han soportado al menos tres horas de viaje por carretera para abordar el avión del aeropuerto internacional de Alcantarí en Chuquisaca. Llegan justo a las 6:30 am para realizar los trámites antes del pre embarque.

A esa hora ya hay una fila de personas frente a los mostradores de la línea que debe cubrir el servicio. Hace frío y por fuera llueve torrencialmente, para sorpresa de algunos también caen gotas de agua al interior del brilloso piso de la terminal, con más curiosidad los pasajeros y familiares observan que se han puesto recipientes de plástico, normalmente destinado para basura, como potes de las goteras de agua; de pronto hay otros aquí y allá. Ya se sabía desde el año pasado de esta falla en la construcción y todavía no se soluciona.

La Capital está cubierta de una densa neblina. Para el conductor del móvil desde Potosí ya fue una tarea difícil el transportar con seguridad; pero lleva premura por el tiempo para llegar a hora hasta Alcantarí, lugar donde está emplazado el flamante aeropuerto internacional. No son pocos los potosinos y otros viajeros de terceros lugares del sur de Bolivia que toman el servicio aéreo desde Yamparaez.

A esa hora el personal del aeropuerto todavía no está en sus puestos de labor; pero corre la voz de que el vuelo está demorado para las 8:00, luego para media hora después. La gente está cansada y soporta el intenso frío y la humedad a consecuencia de la neblina y la lluvia. Se aglomeran en los asientos del andén. También hay niños que se distraen con lo que pueden. Las mamás ya no saben cómo arroparlos porque no llevan abrigos o frazadas seguras de que abordarían el avión a tiempo. Ya cunde la preocupación.

La lluvia es intensa, tanto afuera como en ciertos lugares al interior de la terminal, la neblina no cede y cerca a las diez de la mañana finalmente los empleados de la línea área llaman a los pasajeros y les comunican que el vuelo ha sido suspendido para las 17:00 del mismo día. Una señora junto a sus dos hijas pequeñas rompe a llorar porque tiene urgencia de llegar a Tarija después de una escala en Santa Cruz como estaba programado. ¿Ahora qué hago? Se pregunta a sí misma y no tiene reparo en decir que ya no le queda mucho dinero. ¡Que me devuelvan el costo del boleto y me iré por tierra!, dice impotente.

¿No se supone que en un aeropuerto, calificado y publicitado, como internacional los vuelos deben cubrirse durante las 24 horas del día? ¿No se ofrecía mejor servicio en el aeropuerto “Juana Azurduy de Padilla”? ¿Cuánto cuesta ir y venir, todavía en vano, desde Sucre a Alcantarí o partiendo de Potosí? ¿Acaso la lluvia o neblina impide operar con seguridad en un aeropuerto de categoría cosmopolita?

Hace algunas décadas los tres departamentos del Sur: Chuquisaca, Tarija y Potosí, constituían una región fuerte frente al gobierno central para exigir sus reivindicaciones, sus Comité Cívicos compartían sus preocupaciones y no fueron pocas las oportunidades que se movilizaron de manera conjunta para la atención de sus demandas comunes; pero esa unidad se rompió y cada uno se fue por su lado. ¿Estamos bien en el consenso nacional los departamentos del sur?

El aeropuerto en Alcantarí fue un fraude. Potosí lleva décadas luchando por una terminal aérea operable que nunca se atiende. La carretera de Sucre a Santa Cruz es pésima. La terminal terrestre en Sucre sigue en promesa de año.

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S-070317