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De los periódicos que se ofrecen en las bibliotecas la sección que más se lee son los clasificados en la parte que corresponde a empleos y es ojeado ávidamente por gente joven, ahora recurren al celular para fotografiar el anuncio y correr para hacer la llamada al teléfono de la dirección del aviso.
En esta sección también se puede encontrar avisos de compra-venta, algunos negocios y el objetivo siempre es la posibilidad de hacer dinero, buscar modos de ganarse el pan del día por la gente que carece de empleo seguro. Se advierte que la vida es dura y la esperanza de tener trabajo está en esos anuncios, inclusive para gente profesional, clase media.
Mientras tanto el gobierno divulga en que se trabaja en el “vivir bien” para los bolivianos, salud, educación, vivienda y… ¿qué del trabajo? ¿Quiénes pueden tener acceso a un empleo seguro, sostenible y que conlleve satisfacción?
Después de los resultados del último referéndum que expresó la voluntad ciudadana de no permitir la reelección para un nuevo mandato de gobierno de Evo y Álvaro, las gobernaciones en poder del MAS-IPSP anunciaron, con voz clara y firme, que despedirán a los funcionaros de quienes se sospecha que no votaron por el “sí”, es decir ciudadanos bolivianos que tenían el pan diario por trabajar en la administración pública pasarán a engrosar las filas del ejército de desocupados.
Lo más claro fue el anuncio del gobernador de Chuquisaca, Esteban Urquizu, quien dijo que ya se tiene identificado al menos 100 funcionarios que no votaron a favor de la reelección o hicieron campaña contraria. En otros departamentos la depuración comienza con la entrega de memorándums de agradecimiento por los servicios prestados, no importa que hayan sido buenos y eficientes profesionales, técnicos, celosos en sus funciones de servicio a la sociedad, ¡A la calle si no es militante comprometido con el MAS!
La situación así presentada es el anuncio del gobierno que sólo pueden acceder al vivir bien los que renuncien a la autonomía individual, no deben tener una posición frente a la realidad, que no piensen por sí mismos, a todo digan sí, gasten de sus disminuidos ingresos en pinturas y brochas para la campaña, los diezmos de sus haberes sean descontados mensualmente y jamás se rinda cuentas del destino del dinero recaudado por vivillos conocidos que luego dan muestras de que “vivir mejor” es posible.
Tampoco es nuevo saber que hay gente acostumbrada a vivir a costa de la gente sin trabajo, ¿acaso no se denuncia que hay venta de puestos en la administración pública so pretexto del cuoteo? ¿No se investigan casos en los que se pagó por un cargo? Ni así se puede tener garantizado el pan diario, lo resignado es ser llunk’u y “ch’iñisitu”, siempre amarrar los cordones del calzado del jefe, estar calladito a todo, obediente y si se trata de emitir un voto, hacerlo sin pensar… ¿Qué tipo de ciudadanos quieren nuestros gobernantes actuales para el país?
Así el discurso de la inclusión, la no discriminación por ningún motivo o causa, la interculturalidad, el derecho al bienestar mínimo, es sólo eso: discurso. ¿Pensar por sí mismo, tener una posición ideológica, política, ser crítico no es más bien ser libre? ¿No es el derecho de la autonomía individual?
El despido de la función pública de quiénes piensan por sí mismo es hacer visible la exclusión, segregación y despreció cuando más bien debe considerarse el sumar antes que restar. Lo que peor es que el presidente Evo aplaudió el anuncio de su gobernador Urquizu, esto significa negar el derecho al bienestar mínimo para cientos de bolivianos.
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