Opinion

EL MUNDO DE LA INFORMÁTICA
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Martes, 16 Septiembre, 2014 - 17:07

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Chatear, bajar música, ver fotos, el correo, las notas de estudio de los hijos y tantas otras cosas al instante y en casa parecían una fantasía hace algunos años, hoy los avances tecnológicos nos tienen asombrados a la generación de los adultos de hoy, nos convierten en los analfabetos en relación a los niños y jóvenes.

Hemos llegado a extremos de perder la comunicación interpersonal, ya no hay diálogo en casa, pocas veces nos sentamos tranquilos y sosegados alrededor de la mesa familiar, alguno de los miembros está atento al celular y las posibilidades que ofrece.

Con la llegada del mundo de la computadora se ha vivido una revolución que ha afectado nuestra forma de vivir: los negocios se hacen vía internet, los políticos tienen saturada las páginas sociales con esto de las elecciones presidenciales para octubre, se cambia la forma de hacer política, la vida social y hasta la cultura recibe sus incidencias del ciberespacio.

Nadie se escapa de esta realidad, ni las personas, instituciones ni el país. Hace años, un Estado o un reino podía hacer murallas para mantener segura a su gente y del asedio o la guerra enemiga, habían muros inaccesibles y sobre ellos se ha escrito bastante; pero hoy el World Wide Web nos tiene atrapados, a través de él compramos, vendemos e intercambiamos información, hace unos treinta años eran predicciones visionarias, hoy hacemos desde nuestras oficinas, nuestras casas o caminando en la calle.

No hay lugar en el mundo donde no penetre el internet, los países han destinado millones de dólares para el desarrollo del mundo de la información, así por ejemplo, Estados Unidos de Norte América gasta mil millones de dólares para la Infraestructura Nacional de la Información (INI) y no pocos millones para la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (ARPA), así controla el mundo y todo lo que significa la defensa militar, es más, así se explica los escándalos mundiales de los pinchazos a la seguridad de los Estados, la intervención a millones de direcciones personales en las redes sociales, es decir, todo está contralado en el nuevo mundo de la informática que ellos mismos han desarrollado.

Lo cierto es que en nuestro país, de manera particular, familiar o institucional, pública o privada, también hemos sido adicionados a este círculo; donde se siente el atraso es en la escuela, es decir, en nuestro sistema educativo que ha quedado rezagado de estos avances.

Nuestros gobiernos han considerado un gasto y no una inversión en las NTICs, todavía no se tienen ítems docentes para computación en escuelas y colegios, en no pocos establecimientos educativos fiscales son los padres de familia que pagan al docente de computación en cuotas mensuales, ambientes adecuados o especialmente concebidos para este uso no se han hecho, no se han desarrollado programas orientados a equipar, capacitar e incorporar dentro del plan de estudios el acceso del mundo de la informática, recién hoy vamos despertando con muchos años de atraso en relación a nuestros vecinos y el mundo, sin embargo, desde los años 90’ nuestros niños y jóvenes han sido lanzados a su libre albedrio de las TIC.

Nuestros colegiales e incluso nuestros jóvenes universitarios y la mayoría de los adultos ya no vamos a la biblioteca, no manipulamos los ficheros de autores, temas y editoriales, basta con pulsar algunos dígitos en la computadora y tenemos un mundo de posibilidades: copiar y pegar.

Otra situación más grave es que la computadora nos domina, controla y ya resulta una amenaza para la comunicación interpersonal, dialogar, conversar como hace años en la plaza, el saludo en la calle, preguntar las novedades se convierten en cosas del pasado.

Esta realidad recorre el mundo, no podemos quedar al margen del ritmo acelerado de las transformaciones, se produce a escala global, entonces aceptemos que hay necesidad de repensar nuestro sistema educativo, la relación maestro-estudiante ya no es la misma de hace años, la relación de autoridad en el aula cambia, el curso se transforma con la computadora, los medios audiovisuales son cotidianos y producir nuestro software es urgente.
No hay alternativa que asumir el nuevo escenario del estudiante-computadora-profesor.