Opinion

El mensaje de Achacachi
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Martes, 29 Agosto, 2017 - 18:53

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Nadie puede negar que las organizaciones sociales han llevado al gobierno al Movimiento al Socialismo, a cuya cabeza está el actual presidente Evo Morales, y es fácil advertir que puede ser también depuesto del poder por estos movimientos que demuestran que son una fuerza y marcan un nuevo escenario en el campo político, social y económico en estos tres primeros lustros de este siglo dentro de la historia de Bolivia.

El movimiento que ejercitan en estos días los habitantes de Achacachi y alrededores demuestran que sí son capaces de llamar la atención del país, de manera organizada y pleno convencimiento de lo que quieren, liderados por ellos mismos, sin que existan intermediarios para sus planteamientos.

Éste es un nuevo espacio que se avizora dentro del tiempo que gobierna el MAS-IPSP. Antes, los indígenas o campesinos, en sus luchas por reivindicaciones sociales y territoriales eran representados por mestizos, de clase media, propietarios de ONGs, líderes que aparecían en el escenario sin tener origen indígena o campesina; la masa del pueblo sólo marchaba detrás de aquel. De esas movilizaciones poco o nada de beneficio llegaba al campesino de cepa.

Hoy se puede advertir que el indígena es capaz de producir su propia ideología, es un actor central en la búsqueda de su identidad, se ubica dentro del escenario nacional, es más. disputa su presencia en el espacio de diálogo de igual a igual, crea su propio campo intelectual, sin perder su esencia y su cosmovisión.

Hoy ya no es necesario la presencia de un “intelectual” que alzaba la voz por “el bien del indígena”, ahora asumen sus propias estrategias de movilización, de lucha, en defensa de lo que creen que es justo. Es lo que demuestra el levantamiento de las mujeres y hombres de Achacachi. No hay duda que los campesinos del occidente, especialmente en el altiplano, asumen su presencia e importancia en la realidad del Estado Plurinacional. El poder que tiene un movimiento social ha sido asumido con claridad en las mismas bases.

Antes el indígena era representado, otros hablaban a su nombre, necesitaba que alguien los cuide, era sometido a los prejuicios raciales, jamás eran tomados en cuenta para cuestiones de Estado, eran la paria. Se asumía con impotencia cómo otros se volvían millonarios “porque estaban peleando por ellos”, pero ni migajas caían de los proyectos de riego, caminos vecinales, postas sanitarias y otros que se presupuestaban y planificaban en escritorios lujosos de las ciudades; pero que jamás llegaban para el indígena.

¿Qué mueve a la movilización de Achacachi? Se habla en voz fuerte de la corrupción en la comuna. El tiempo desvelará la verdad; pero el río suena y es estrepitoso. ¿Cómo se presenta la corrupción? Está en las adjudicaciones directas de obras millonarias o en licitaciones amañadas para favorecer a allegados, familiares o políticos, o finalmente en la adjudicación ya conversada. ¿Es nuevo esto? Corrupción siempre hubo a lo largo de la historia de la humanidad, pero lo que calienta a los achacacheños es que se produzca en su propio redil, es decir, entre su propia gente. Estaban convencidos en los militantes del MAS-IPSP, llegados a las alcaldías, gobernaciones, ministerios u otros en el escenario del poder, muestren otra conducta, se manejen de manera transparente, más si se trata de los dineros del pueblo.

El mensaje que se irradia con este levantamiento contra la corrupción, es que se trata de cambiar actitudes, que ser autoridad, más si se trata en la comuna, es para servir, oportunidad que el voto mayoritario otorga; pero que a la vez es capaz de sancionar. Esperemos el desenlace final.

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