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El escenario político boliviano se convulsiona. Se hacen visibles las cabezas de los dirigentes de la derecha con rasgos marcados de discriminación y racismo hacia quienes lideran o hacen manifiesto su militancia en la izquierda, representado, en este teatro, por la agrupación gobernante encabezado por Evo Morales.
A diferencia de otros gobiernos populares de América Latina que se debilitaron notoriamente, en Bolivia el MAS-IPSP parece tener fortaleza y reúne miles de adherentes como no se puede negar su concentración multitudinaria en su último congreso realizado en Montero-Santa Cruz donde se lanzó la repostulación a un nuevo mandato del actual Presidente.
Las fuerzas populares que eran el sustento de los gobiernos en los otros países perdieron el encanto y dejaron de tener la fuerza política necesaria para tener arrinconada a la derecha y dieron paso a la reaparición del discurso de los neoliberales que ascendieron al poder con las consecuencias que a diario se viven en esos pueblos.
¿Perdieron consenso los partidos populares en América Latina? ¿Ahora es el turno de la derecha para manejar el poder en cada país? ¿Se revertirá el manejo de la economía del Estado hacia las transnacionales? ¿Los gobiernos no serán más que gendarmes para garantizar la expoliación de las riquezas naturales del Continente y enriquecer a pocos internamente pero forrar de millones de riqueza hacia el extranjero? En Bolivia: ¿es el fin de la hegemonía del MAS-IPSP?
Es fácil advertir que el futuro próximo no se presenta alentador para los bolivianos. Por un lado retoma vigor la ansia de poder y revanchismo político de la derecha expresado en familias que jamás se resignaron a perder su dominio económico, por tanto, su injerencia en el gobierno del país de donde siempre obtuvieron más beneficios a costa de millones de bolivianos sometidos a la servidumbre, la discriminación y la marginación social, política y económica.
Es que esos intereses fueron innegablemente afectados en la última década durante el gobierno del MAS-IPSP; pero por detrás existen otras conveniencias más fuertes que la simple intención de las personas, son intereses imperialistas, opresoras hacia los pueblos que intentan o intentaron ser soberanos con autodeterminación. La historia de la humanidad está así escrita.
El grave error de los gobiernos populistas ha sido convivir con la derecha, jamás se los extirpó del escenario político, por el contrario, sus militantes fueron ubicados en puestos clave del escenario del poder vestidos con los colores del populismo, y desde este escenario se socavó el piso de los verdaderos socialistas, en más de los casos se los echó del gobierno, se alentó la corrupción, utilizaron su habilidad para mostrarse candidatos a puestos claves y de pronto aparecieron en la cúpula dirigencial gobernante. ¿No vivieron esta experiencia Cristina, Dilma, Ignacio y Evo no se da cuenta?
En este teatro la conciencia del pueblo recibe la experiencia confusa de los tipos de problemas políticos, en los países vecinos se vive una etapa posterior a la hegemonía que tuvieron los movimientos sociales; en Bolivia el impulso y el encanto que se tuvo hace diez año con la ascensión de Evo al poder parecen diluirse en varios estamentos del instrumento político.
Lo único cierto es que los politiqueros jamás perderán; es el pueblo que se ve amenazado en revivir una experiencia política convulsionada: por un lado el “socialismo” en una franca actitud de defensa para quedarse en el poder y los partidos de la oligarquía o neoliberales por reconquistar y ganar el tiempo como dinero perdido durante la hegemonía del populismo.
Se advierte que el futuro próximo no es alentador. ¿Qué posición tomar?
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S-201216
A OJOS VISTA
Tierra, agua y migración
Mario Mamani Morales
El campo quedará deshabitada si no hay lluvias. La migración se hace dramática en varias partes del país, las ciudades reciben cada día a miles de familias que no se quedarán temporalmente como ocurría normalmente, sino que buscarán sustento ocupándose de cualquier forma con tal de tener alimento para subsistir.
La crisis azota varias partes del planeta a consecuencia de la sequía, castiga más a la economía del campesino, no hay empleo ni posibilidades de trabajar la propia tierra porque el agua no es suficiente ni para el humano, menos para las chacras y los pocos animales que sobreviven. La flora y la fauna están siendo amenazadas dramáticamente. Los animales dejan su habita natural porque no soportan la sed y los pastos cada día son escasos. La tierra cambia profundamente.
En el campo se muestra una inactividad laboral agrícola y pecuaria, hay paralización económica por falta de lluvias. A estas alturas del año, los sembradíos deberían estar en flor o por lo menos las plantas jugando con el viento. Sus habitantes se resignan con dolor a iniciar el camino de la migración. Cambiará significativamente la vida de los campesinos y su familia.
En años normales los campesinos migraban a la ciudad de manera temporal para emplearse en cualquier trabajo, especialmente en la construcción o la minería, luego otra vez a la tierra para la cosecha o la siembra, la rutina anual tenía sus temporadas. Por ejemplo, para el trabajo en las minas de Patiño, el 60% eran campesinos reclutados temporalmente, en las últimas décadas esta forma de ocupación alcanzaba a las cooperativas, la mayoría de este sector de explotación de minerales tiene su origen del campo.
El trabajo temporal del campesino también llegó a la zafra y la cosecha de algodón en el oriente, especialmente en el departamento de Santa Cruz, esto en los últimos años del Siglo pasado, fueron miles de brazos de campesinos que levantaron la economía oriental que hoy es floreciente y hace que la capital cruceña ya sea una metrópoli importante del país. La migración campesina hoy ya no es por temporadas, ya no volverán miles de las familias a sus pagos de origen porque ya no hay posibilidades de sobrevivencia.
De esta fuerza laboral temporaria también se alimentó el norte argentino, especialmente de los campesinos de los departamentos del sur de Bolivia para la zabra, el tabaco, el tomate y otros productos agrícolas que para su desarrollo y expansión tuvieron la fuerza campesina de Bolivia; hoy ya no son necesarios tantos trabajadores manuales porque la mecanización ha sobrepasado las expectativas.
Cuando los resultados del último censo de población y vivienda realizado en el país mostraron que la población campesina era menos en muchas partes de nuestro territorio en relación a las ciudades, no advertimos que la situación llegaría a empeorar, ahora, con seguridad los que habitamos las ciudades somos muchos más que en el campo, véase cualquier ciudad de Bolivia y se verificará que los anillos circundantes o los barrios alejados se multiplican de manera asombrosa.
En todo nuestro altiplano y los valles se parcelaron las tierras, el agua no alcanza para nada, es más, ni existen las vertientes hasta hace años atractivas; a su vez en el oriente se encuentra floreciente el desarrollo capitalista de la agricultura, por tanto, la migración de campesinos sin agua en su tierra obligará al chaqueo en las tierras bajas, se depredará el monte, se cambiarán hábitos de vida, el hambre obligará a buscar subsistencia y se prevé que en los años próximos seremos testigos de cómo la tierra y sus habitantes buscarán cómo seguir sobreviviendo.
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S-131216
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