Opinion

ATIZANDO LO POLÍTICO
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Lunes, 23 Septiembre, 2013 - 10:40

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Se advierte que los próximos meses se presentarán febriles con miras a las elecciones de 2014, sucede que 12 agrupaciones o partidos ya están en carrera y algo más de 20 organizaciones buscan ser acreditadas por el Tribunal Electoral, esto implica que los bolivianos tendremos un espectro de algo más de una treintena de opciones para elegir en las urnas, amén de las alianzas, agrupaciones o “juntuchas” que se conformarán para asediar al elector.

Quienes predijeron que los partidos políticos tradicionales y que “gobernaron” en el último Siglo desaparecieron o fueron sepultados, se equivocaron de cabo a rabo, están más bien vivitos y coleando, con los mismos actores, los mismos rostros y la misma actitud oportunista o politiqueros “corchos”: siempre salen a flote, no importa en qué bando; el interés es tener vigencia y llegar a tener poder.

Volvemos a los tiempos en que los partidos políticos pasaban de la veintena para una población votante no más de cinco millones, luego se hacían los arreglos para asirse del poder y el gobierno, a tal extremo que “el que menos piensa, tiene la esperanza”. Los terceros o cuartos peor votados, por esto de las componendas, eran presidentes.

Un poco las reglas ahora cambian porque si no superan el 40% de la votación, entonces habrá segunda vuelta. Ahí cundirá la desesperación de nuestros mal llamados “clase política”. Volverán las ovejas descarriadas al redil; pero pedirán cuotas, querrán ser parte de la repartija del botín que es el poder; otros, como siempre, se vestirán de ovejas siendo genuinamente lobos, o viceversa.

En el espectro presente se advierten dos fuerzas: una que es el oficialismo y otra la oposición. La primera disminuida porque no pocos de sus militantes se retiraron, alejaron o decidieron pensar por sí mismo; la segunda aglutina a todos quienes quieran estar en la oposición, no importa de dónde, ni cómo fuere su pasado político, ya sobresalen los de siempre: oportunistas, tránsfugas, ayer de izquierda ahora de derecha.

Lo que no existe son propuestas claras, precisas y con sustento ideológico, a más de la que sostiene la agrupación que se encuentra en el gobierno, basado en el “Vivir Bien”.

En el pasado Bolivia mostraba clara desigualdad política, económica y social: los “blancos” privilegiados  que se preparaban para ser profesionales, tenían el derecho a la educación; los mestizos sólo podían acceder a ser artesanos, los indios sometidos a la semiesclavitud de ambos grupos, sólo destinados a labrar la tierra y la servidumbre; los de arriba podían masacrar al  pueblo cuando sus demandas de reivindicación no eran atendidas por la razón, también la religión era utilizada para someter a los débiles: los opresores entraban a los hermosos templos de paredes doradas y se lavaban con agua bendita sus manos ensangrentadas y todo bien.

¿Cómo debe ser Bolivia en el futuro? ¿Tener hombres y mujeres de primera, segunda y el tercer patio? ¿Qué las tierras pertenezcan en miles de hectáreas a unos pocos y los demás sean los arrenderos o colonos? ¿Qué los muchos escupan sangre en la explotación y opresión para que pocos vivan mejor? ¿No hemos superado muchas cosas para que esto cambie? ¿Volver a utilizar la palabra indio como insulto y marginación? ¿Cuál es la otra propuesta?

Por otro lado, la situación no puede ser a la inversa, es decir, que los más explotados llegados al poder utilicen la misma mentalidad de marginar al resto, la discriminación y la desigualdad de oportunidades para quienes no piensan igual; bajo nivel de participación de los profesionales y la corresponsabilidad en el manejo de la cosa pública; confrontar a los demás con las organizaciones sociales, donde en su generalidad se hallan los vivillos de antes e igualmente desprecian a los otros.

Las propuestas políticas deben hoy tomar estos aspectos, discursos llenos de demagogia, de engaño y simple tambor que suena, no tendrán eco, salvo que se obre sin responsabilidad y sólo basado en rechazar al otro, de confrontación, de eliminar al oponente sin proposiciones de visión de totalidad.

Las próximas elecciones constituyen en un desafío para los bolivianos, tanto de forma y de fondo, además que los resultados serán una demostración de que sí hemos erradicado el analfabetismo, que significa haber salido de la ignorancia y pensar.