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A las estrategias de la desestabilización activadas por los grupos conservadores de América Latina contra gobiernos progresistas, se añade una altamente peligrosa, pero llegando -en el caso ecuatoriano- a su expresión más escandalosa, al punto de ser una movida que hizo sentir a Rafael Correa, el amargo y salado sabor de la mayor de todas las corrupciones: la traición.
La traición que está consumando estos días Lenin Moreno contra el líder de la Revolución Ciudadana ya sale de los cauces tolerables de la política y merodea lo más escabroso de esta actividad humana, reponiendo peligrosamente el descontento del pueblo cuando afirma con decepción que : “la política siempre es sucia”.
Alguien sostuvo en una ocasión “El traidor, esté del lado que esté es lo peor de lo peor”. Dura sentencia que pone en evidencia lo vil de esta conducta, que echa por tierra principios y valores de coexistencia entre amigos y militantes que dicen abrazar un mismo objetivo.
Lenin Moreno tenía todo el derecho de discrepar con el estilo político de Correa, pero para ello debía tener el valor de crear una corriente en Alianza País, que cuestione ese estilo e investigue supuestos casos de corrupción, casos ante los cuales calló cuanto era vicepresidente y que mencionó recién cuando Correa lo dejó en su lugar para irse a la lejana Bélgica.
Los problemas se asomaron en la política ecuatoriana y Alianza País, a pocos días de la posesión deLenín Moreno, cuando este turbio Presidente, en un viraje inexplicable, se reuniócon líderes de la oposición y pactó un oscuro acuerdo para dar gobernabilidad y estabilidad a su gestión.
Los opositores con dueños de empresas y medios de comunicación aceptarongustosos el acuerdo a cambio de una concesión descomunal: que Lenín Moreno gobierne con el programa de los partidos de la derecha y desbarate progresivamente el poder de Correa en Ecuador.
Quizá la componenda más terrible de cuantas hayan ocurrido en las manoseadas democracias latinoamericanas. Un pacto que deja en coma a la misma democracia, porque echa por el suelo el poder del voto de los ciudadanos ecuatorianos que dijeron sí a la continuidad de la Revolución Ciudadana.
”Moreno hizo en pocas semanas lo que la derecha no pudo hacer en 10 años en Ecuador”, sostuvo Correa. La derecha está en el gobierno y entrópor un agujero sombrío ysin que todavía se percate de la gravedad del asunto el pueblo ecuatoriano. No hace falta ser futurólogo para afirmar que una crisis política profunda se asoma sobre Ecuador.
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