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Más allá de lo que indiquen los operadores políticos y mediáticos del Gobierno, el pasado paro cumplido por los paceños, tiene que ser una alarma para el MAS y, sobre todo, para el presidente Evo Morales con miras a las próximas elecciones generales del 2014.
Y es que cada vez más, la clase media, no sólo de La Paz, sino de todo el país, se aleja del proceso que vivimos, ya sea por su naturaleza política intrínseca, incomprensión de las transformaciones que se están realizando, ataques sin sentido del Órgano Ejecutivo y la forma de actuación y comportamiento político de paracaidistas, vivillos y otros canallas que actúan y hablan a nombre del MAS y del presidente Morales Ayma en todas las instancias que pueden, sobretodo, en la administración del aparato burocrático estatal.
El paro de los “chucutas” tiene que ser interpretado políticamente por el Presidente como una reacción a la constante preferencia que se tiene con el interior del país e inclusive El Alto con relación a la hoyada, también como una oposición política que están alimentando y que puede pasar factura en los comicios del 2014.
Actos cívicos y protocolares que antes se realizaban en la sede de Gobierno, ahora se cumplen en Santa Cruz y, especialmente, en Cochabamba, importantes industrias también fueron situadas en la capital del Valle en desmedro de los intereses de los otros departamentos, eso no está mal, pero política y electoralmente se tiene que tener más cuidado.
En los últimos meses, los masistas que podían representar a la clase media de la hoyada se perdieron en la vorágine política, a tal punto que en la actualidad el MAS no cuenta con un legislador y/o miembro del Ejecutivo que pueda levantar las banderas de la clase media paceña y unirlas a las del Proceso de Cambio.
No se puede, como en las otras ocasiones, minimizar el accionar político de ese estrato societal a partir del número de los habitantes de las laderas y su conciencia política; se tiene que contar con la lucidez política y electoral para reconocer que pese a la intensa tarea de los aparatos políticos y mediáticos del MAS, la clase media paceña razona bajo otra lógica y aún conserva su influencia en todo el territorio nacional, situación que tiene que ser comprendida y enfrentada como tal por el Gobierno.
Además de agradecer la inoperancia política de la oposición se debe pensar en reconquistar la hoyada, especialmente a su clase media para que vuelva a marchar como lo hizo en el pasado: al lado de una insigne dama como Ana María Romero de Campero.
Merecen unas líneas más esos delincuentes pragmáticos, astutos, pero mediocres que gracias al padrinazgo de una figura política del MAS incursionan en la administración estatal buscando ventajas individuales, llegando a portarse como en los viejos tiempos de la partidocracia: colocando en cargos importantes a sus amigos y familiares, realizando contratos y consultorías para los mismos, beneficiándose del poder, ocultando e incrementando la corrupción.
Que sean mediocres no quiere decir que sean tontos, son muy inteligentes, especialmente para hablar a nombre del Cambio, pero en función a sus bastardos intereses individuales, usan su sentido común para que todo cambie y, al mismo tiempo, nada se modifique. Odian a los masistas y evistas, pero no lo dicen y siempre están conspirando para eliminarlos, buscan la compañía de sus iguales para solazarse en su nivel, auto alabándose en pequeños grupos o grandes rebaños, miden su apoyo al Proceso en horas/esfuerzo sentados cómodamente en sus apoltronados sillones y viendo la forma de complacer los deseos de sus jefes, antes que contribuir, por lo menos por sus elevados sueldos, al movimiento político que vive el Estado.
Más que apoyar al Presidente están preocupados en hacer negocios y enriquecerse, acosan a los funcionarios política, social, laboral y hasta sexualmente sin importarles las reacciones que sus conductas pueden provocar.
Estos pequeños reyezuelos se empoderaron del poder y están haciendo mucho daño al Proceso escudados en su supuesto apoyo al Presidente, muchos de ellos pertenecían y son aún fieles a los otros bandos, pero hoy son los radicales que cumplen la sentencia que remarca que en política hay sumas que restan.
Pero, volviendo al tema principal, no basta que El Alto se autoidentifique con el MAS y que el área rural sea “evista” por naturaleza, concepto y definición, es el momento oportuno para realizar una profunda reflexión y volver a conquistar la ciudad de La Paz con miras a las elecciones generales del próximo año.
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