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Primero utilizaron los argumentos y armas democráticas, seguros que “el indio no pasaba de fin de año, solito se va a caer” dijeron, pero ya llegamos a nueve años de gestión gubernamental y no solamente es el Presidente con mayor cantidad de años en el Gobierno, sino que es uno de los mejores, sino el mejor, Presidente de Bolivia.
Son nueve años de conquistar el poder, ejercerlo y multiplicarlo para beneficio de los pobres, de los campesinos y de los trabajadores; para su clase, políticamente hablando hasta transformar a Bolivia de un país mendigo a un Estado digno y soberano.
Entonces, los políticos de la derecha, nacional e internacional intentaron tumbarlo en las urnas, pero fueron ellos los revocados y Evo ratificado.
Entonces vino la asonada del golpe civil prefectural, casi lo logran, pero fueron derrotados en las calles, Unasur ayudó y Evo continuó creciendo duro, fuerte como la paja brava en el altiplano y ahondando sus raíces en la madre Pachamama haciéndose más profundo nacional e internacionalmente.
Pese a la crisis económica mundial, la nuestra continúo creciendo, ellos esperaban que la caída de los precios de las materias primas se lleve con ellos el modelo indigenista, pero por el contrario, ésta sigue incólume y se sostiene; la Pachamama también ayuda y se descubre un nuevo e importante reservorio de gas.
Evo sigue caminando y pisando fuerte. Los escándalos de corrupción no lo tocan y su liderazgo sigue en alza, sobre todo, por su honestidad personal y política.
La bonanza se mantiene y se distribuye entre los pobres con nuevos subsidios, aplaudidos por la mayoría. Evidentemente que hay muchas deudas por saldar, se trata de 500 años de dominación, saqueo y explotación que no se pueden remediar en nueve de gobierno.
Por ejemplo, ciertamente que Bolivia le debe mucho a Potosí, eso se reconoce y hay que exigir soluciones, pero resolver su crisis estructural en tan poco tiempo es una petición irracional.
Ahora, la derecha, los politiqueros, resentidos, desclasados, los disfrazados de analistas, de comentaristas y algunos periodistas utilizaron las justas reivindicaciones potosinas para atacar, no sólo al Gobierno, sino al Presidente y todo lo que éste signifique porque el objetivo es Evo.
En las últimas semanas, todos ellos se unieron bajo la bandera de la libertad de expresión y todos cargan la tinta contra el Presidente porque, el objetivo político es Evo. Es también un nuevo ataque al Estado Plurinacional, es un intento más de volver al pasado y desandar todo lo avanzado, sin embargo, los campesinos y pobladores del área rural tienen derecho y están obligados a defender lo suyo y lo harán y se volverán a imponer.
La derecha tuvo su tiempo político y casi balcanizan la República, ahora es el tiempo de los campesinos, obreros y clase media honesta, que pueden equivocarse si, pero traicionar y vender a Bolivia, jamás. Obvio es que hay que exigir el más severo castigo a todos los que cometan actos de corrupción, pero insisto en que ahora, como nueva clase dominante conquistaron el poder, lo están ejerciendo y deben reproducirlo, además de ser gobierno y plasmar su ideología en una Constitución Política, imponerla y buscar el desarrollo del Estado desde su perspectiva.
El Deshabitado
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