- 7086 lecturas
Los resultados de las pasadas elecciones subnacionales nos dejaron muchas enseñanzas y significan un quiebre que debe ser aprovechado para “limpiar la casa”, consolidar y radicalizar el Proceso de Cambio y, sobre todo, evitar que el presidente Evo Morales Ayma sea prisionero de los movimientos corporativistas y prebendales que comprometieron y son responsables, en parte, de la pérdida de votos en las subnacionales.
Hay algunas verdades irrefutables como que el pueblo boliviano ratificó su vocación democrática; que el MAS sigue siendo el único proyecto político a nivel nacional y que inclusive muchos de sus actuales contendores son masistas renegados y que en el panorama político nacional no hay ni gérmenes de otra alternativa política, salvo la derecha fascistoide del Gobernador cruceño reelecto y su cachorro en la comuna cochabambina.
Este nuevo tiempo requiere asumir decisiones políticas enormes como la revisión de las leyes y normas referidas a las elecciones; el inicio de un proceso de autocrítica, en algunos casos dolorosos como la investigación y castigo a los comprometidos con la corrupción, renovación de las dirigencias y de algunos servidores públicos que se creen dueños del Proceso de Cambio y del MAS.
Muchas autoridades, superiores e intermedias, perdieron la humildad, el compromiso político y aprovechan su condición para beneficio propio antes que para contribuir al Proceso. Y, ni que decir, de los arrimados, los asimilados y otra clase de vividores de la política que hicieron uso de la invitación presidencial para empoderarse y ejercer el poder, inclusive en contra de los propios masistas y militantes del Proceso de Cambio.
En los últimos días también surgió un falso debate entre el evismo y el masismo con cuantificación incluida, sin embargo, se debe aclarar que el evismo significa masismo y viceversa, son categorías complementarias, no excluyentes, al punto que no se puede concebir al uno sin el otro.
Entonces, todos estos elementos hacen a una reingeniería política que debería ser asumida por el MAS para dotarse de una mecánica interna, que si bien respete a los movimientos sociales no sea su presa y que Morales Ayma no sea otro Presidente maniatado por su propia forma de organización política.
A esto hay que sumarle que muchos servidores públicos, en su afán de caerle bien al Presidente, dicen y hacen estupideces como eso de iniciarle juicio a una periodista. Uno de los preceptos esgrimidos por los masistas es el “ama llunku”, entonces hay que practicarlo y dejar de ser llunku para pasar a ser militantes críticos del Proceso porque el propio Morales Ayma dijo eso, que desea críticas constructivas. Hay que tomarle la palabra y seguir machacando con la consolidación y radicalización del proceso político que estamos viviendo.
- 7086 lecturas