Opinion

ARTICULISTA PARAESTATAL
Cara o Cruz
Raúl Peñaranda U.
Domingo, 25 Mayo, 2014 - 12:19

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El comunicador José Luis Exeni publicó un largo comentario en el diario paraestatal La Razón sobre el libro de mi autoría Control remoto (que ya está en su sexta edición, en sólo cinco semanas desde su presentación). Exeni intenta demostrar que son equivocadas las conclusiones del texto respecto a que cinco medios de comunicación bolivianos están bajo control de la Vicepresidencia.

En primer lugar, descalifica el uso de fuentes anónimas en el libro y, curiosamente, descalifica también las que no lo son, por corresponder a lo que él llama periodistas “opositores”. O sea que haga lo que haga yo, use o no fuentes con nombre y apellido, el trabajo estará mal hecho. Le parece irrelevante que el periodista Gustavo Guzmán testimonie que el vicepresidente Álvaro García Linera le ofreció en persona el cargo de director de La Razón, en salones de la Vicepresidencia, y que Róger Cortez y Rafael Archondo ratifiquen esa versión. 

También le parece poco que el periodista Edwin Herrera denuncie en el libro que la gerencia de La Razón le pidiera que realizara un periodismo proclive al Gobierno. Y soslaya que el periodista Gonzalo Rivera, de PAT, diga que después de producida la venta de esa red, sus jefes ordenaron que no se contrasten las fuentes oficialistas y que se omitan las voces opositoras. Además, Exeni se contradice: por un lado defiende apasionadamente el derecho de La Razón de tener fuentes anónimas en el bullado caso del proceso penal contra ese diario, y por otro critica que mi libro las utilice.

Lo otro que le llama la atención a Exeni sobre el tema de las fuentes es que los afectados no hubieran querido responder mis cuestionarios. Y que esa es una falta mía, dice, no de los involucrados de los medios paraestatales. Es el mundo al revés. Si esos involucrados no han cometido las faltas que yo les atribuyo en el libro, hubieran respondido prontamente, aprovechando el espacio que les ofrecí. No lo hicieron porque, supongo, no deseaban mentir por escrito. ¿Y Exeni quería que yo forzara a esos involucrados a responder? Por favor.

Para muestra basta un botón…

El segundo aspecto en el que basa su crítica son los estudios de contenido y morfológicos que presento en el texto. Dice que las muestras que tomé son demasiado breves, por ejemplo de una semana (aunque hay estudios de un mes completo, que él omite). Critica, entre otros, el estudio de los niveles de publicidad gubernamental de la televisión nacional, en la que analicé tres días de transmisión completa, que representan 225 horas de emisión de cinco canales elegidos. Exeni, que debería saber de estas cosas, no entiende la diferencia entre la muestra elegida con respecto al universo del estudio. El da a entender –espero que no lo crea realmente– que si yo hubiera grabado 30 días en vez de tres de transmisión televisiva, habría obtenido resultados diferentes. Esta es la mala noticia para Exeni: sí, ya tengo hecho el análisis del mes completo de transmisión de TV y el resultado, como era previsible, de publicidad gubernamental emitida es casi el mismo. Espero darlo a conocer en una edición ampliada del libro.

Repite también los mismos argumentos de otras dos personas que han criticado el libro (Sergio de la Zerda y Katu Arconada) en sentido de que si hubiera elegido muestras mayores para los estudios de casos, los resultados de mi investigación habrían sido distintos. Pero están equivocados. Pregunta: ¿si hubiera analizado seis meses de contenido habría encontrado editoriales en los que La Razón critica al Gobierno? Respuesta: no. ¿Si hubiera estudiado un año de La Razón habría hallado titulares de portada críticos con García Linera? Respuesta: no. ¿Si hubiera estudiado tres años de transmisión de ATB y PAT habría descubierto equilibrio entre las fuentes opositoras y gubernamentales en los noticiarios? Respuesta: no. ¡Si hasta el adagio dice que “para muestra basta un botón”! ¡No es necesaria toda la caja de botones!

Por eso los investigadores definen un universo y, de allí, una muestra.  El estudio más importante sobre el contenido de los diarios de América Latina, realizado por el francés Jacques Kayser (Ciespal, 1967) y que tuvo una influencia enorme en futuras investigaciones, solo tomó dos semanas de muestra. Dice Ciespal sobre esa obra: “Esta investigación de prensa comparada fue la más extensa y completa realizada a la época en el mundo y la primera de esta índole en América Latina”. Con un estudio de dos semanas… A propósito, yo utilizo las técnicas de Kayser en mis estudios.

“El dinero no importa”

El tercer argumento de Exeni contra mi libro es que el hecho de que La Razón obtenga una obscena cantidad de publicidad gubernamental comparada con la de todos los otros diarios del país no demuestra nada (lo mismo que la de ATB y PAT con relación a otras redes). Eso dice. En serio. Que La Razón tenga un 400% más de publicidad gubernamental que El Deber y un 1.200% más que Los Tiempos para él es normal, no debe causar sospecha, se basa, seguramente, en el hecho de que La Razón tiene un 400% y un 1.200% más de circulación y credibilidad que los dos diarios mencionados.

Y no le llama la atención tampoco que La Razón, antes de cambiar de dueños, en 2008, lo acusaba a él de ser un peón masista en la presidencia de la CNE (opinión que yo critiqué) y que hoy ese diario le da grandes espacios para que se explaye y elucubre. ¿Ese cambio de trato con respecto a Exeni se explica por obra y gracia del espíritu santo? ¿Del accionar de la diosa de las coincidencias? No, amigo Exeni, se explica en que La Razón es un periódico paraestatal que se llenó de colaboradores afines al MAS. Al respecto, tampoco cree que sea criticable que así como La Razón se enriquece con la publicidad del Gobierno, existan medios de mayor llegada que ese diario, que no tienen nada de avisaje estatal, como Erbol o Fides. El uso de la publicidad estatal como “premio o castigo” que tanto le preocupaba a Exeni en gobiernos anteriores ha dejado de inquietarlo desde que llegó el MAS al poder.

Finalmente asegura que “pasa por sus pelotas” mi afirmación de que Página Siete, el diario que fundé, es independiente y añade que quiere hacerlo también por las mías (cosa que impediré con firmeza). Hay fuentes confiables que señalan que en vez de pensar tanto en sus pelotas Exeni debería intentar mostrar un poco de honestidad intelectual. No lo hará porque él no es más que un articulista paraestatal.