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El ataque mediático que sufrió el país despertó preocupación e indignación en la sociedad boliviana. Como pocas veces el gobierno y la oposición coincidieron en asegurar que Bolivia no es un “narcoestado” y criticaron la última publicación del periódico estadounidense, Wall Street Journal, que difundió en un reciente artículo datos inexactos, apreciaciones infundadas e información falsa.
El gobierno boliviano, mediante un extenso comunicado de prensa, aseguró que el artículo “¿Será Bolivia el próximo Afganistán?”, suscrito por la columnista de extrema derecha, Mary Anastasia O’Grady, carece de todo fundamento objetivo y contiene al menos 13 falsedades en sus 16 párrafos.
Según el documento del Ejecutivo del Estado Plurinacional, O’Grady simplemente amplifica las intensiones “temerarias” del expresidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada (prófugo de la justicia por la masacre de Octubre de 2003), que quiere “desprestigiar al país y promover su división interna”.
O’Grady –dice el comunicado– es conocida por su posición ultra liberal y repudio a los gobiernos de izquierda en Latinoamérica. Anteriormente expresó a través del mismo medio su respaldo a Sánchez de Lozada.
“Sin ningún respaldo, O’Grady argumenta en su artículo que ‘(el Presidente) Morales ha convertido a Bolivia en un centro internacional del crimen organizado y en un refugio para los terroristas’, entre otras mentiras.
Las falsedades de O’Grady son dignas de un curso para enseñar lo que nunca debe hacer un periodista: Divulgar supuestos hechos inexistentes. Como ejemplo citamos el párrafo 7 donde insinúa que ‘hay informes no confirmados (¡) de que delincuentes mexicanos, rusos y colombianos han viajada al país para obtener parte del pastel (en alusión a las drogas)’.
Menciona sin pruebas que ‘Irán podría haber financiado total o parcialmente la construcción de una nueva instalación de entrenamiento militar del ALBA en las afueras de Santa Cruz’.
Luego fantasea con el inexistente ingreso de 145 iraníes con pasaportes diplomáticos y hallazgo de cuerpos en circunstancias que parecen más bien narraciones de ficción y misterio literario.
O’Grady con este artículo de marras consolida su prestigio como ‘periodista’ parcializada, mitómana y tendenciosa que ya recibió duras críticas de la opinión pública de su país, e incluso del ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter”, dice parte del pronunciamiento del gobierno boliviano.
Oposición boliviana también se pronuncia
Dos políticos de oposición, Marcela Revollo, del Movimiento Sin Miedo (MSM) y Oscar Ortiz, Secretario de Coordinación de la gobernación de Santa Cruz, coincidieron que Bolivia no es un “narcoestado”, aunque advirtieron que el panorama en el país es preocupante por los constantes asesinatos y muertes enmarcados en esta actividad delictiva.
“Yo no creo que ese sea el término”, señaló Ortiz. “Lo que sí creo es que quizá el peor legado de este gobierno sea el afianzamiento de estos grupos internacionales del crimen en nuestro territorio”, manifestó.
El opositor lamentó el “descontrol” y la “falta de una lucha decidida” contra el narcotráfico por parte del gobierno. Dijo que esta situación “a atraído grupos internacionales del crimen que están utilizando nuestro territorio como centro de operaciones”.
“Esto es una realidad y lo vemos a diario con crímenes horrendos, producto de ajuste de cuentas, de rivalidades entre estos grupos y todo esto está generando cada vez mayor inseguridad en la población”, apuntó.
La diputada del MSM expresó que no comparte las investigaciones y publicaciones que vienen de otros países; remarcó que lo palpable y real es la inseguridad que la población vive todos los días a consecuencia del narcotráfico.
“Yo particularmente no me adscribiría a posiciones que vienen de otras investigaciones. Lo que nosotros sentimos todos los días es la existencia de inseguridad, la existencia de una distorsión en la economía fruto de la inyección de dineros que vienen del narcotráfico”, señaló.
Revollo subrayó que en tanto el gobierno no asuma con responsabilidad la existencia de cárteles de sicarios y bandas del narcotráfico en el país, y no le llame la atención la plantación excedentaria de la hoja de coca, “vamos a seguir siendo tildados de esa manera”.
“Definitivamente el gobierno ha decidido encubrir la información, los hechos, y pensar que lo que está ocurriendo en el país es fruto de casos aislados”, expresó.
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