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El grupo islamista Hamas e Israel se intercambian golpes (asimétricos) en una guerra de desgaste en búsqueda de algún "éxito estratégico" que insinúe el inicio a la tregua. De momento, sin embargo, el Gobierno israelí y el liderazgo de Gaza la descartan preparándose ante lo que parece inevitable: una operación terrestre israelí en la Franja de Gaza. Sobre todo porque no aparece en el horizonte un mediador que ponga fin al derramamiento de sangre. Enfrentado con Hamas, Egipto pide a Israel que cese la masiva ofensiva aérea pero no presiona como lo hizo en noviembre del 2012, informa El País.
Tras el ataque de 860 objetivos en la densamente poblada Franja en los tres primeros días de la "Operación Margen Protector", el dramático balance alcanza al menos 93 muertos- la mitad civiles incluyendo 18 niños- y más de 500 heridos. Las cinco últimas víctimas de los bombardeos han muerto esta noche en el sur de la Franja, según fuentes médicas palestinas.
La destrucción en Gaza con el uso de 600 toneladas de explosivos en sólo tres días parece superior a la provocada en ocho días de la última ofensiva hace 20 meses.
Por su parte, la lluvia de proyectiles de medio y largo alcance de Hamas y la Yihad Islámica contra las ciudades israelíes- Tel Aviv, Jerusalén, Ashkelón... - provocó ayer pánico y las continuas sirenas pero fue interceptada en su mayoría por el paraguas-batería "Cúpula de Hierro". Varios de ellos, sin embargo, impactaron en un par de edificios y coches de Ashdod y Beer Sheeba provocando heridos.
Ante la capacidad de Hamas de seguir golpeando el corazón de Israel e incluso acercarse al reactor nuclear de Dimona, la sensación en el ministerio de Defensa de Tel Aviv y en la frontera es que la operación terrestre es cuestión de días e incluso horas. Así lo pronosticó anoche el presidente palestino, Abu Mazen,
Una posible señal de que los 14.000 soldados desplegados recibirán la orden es que Israel avisó ayer por teléfono a los habitantes de las zonas palestinas cercanas a la frontera para que abandonen sus casas y se dirijan hacia el centro de la Franja. Yihad y Hamas lo saben y ahora sí creen que la invasión es posible. "Estamos preparados para todo escenario y tenemos sorpresas por si el enemigo decide invadir", advirtió el portavoz del brazo armado de la Yihad, Abu Ahmed añadiendo que en tal caso, "ampliaremos las ciudades bajo el alcance de nuestros proyectiles".
Los gazatíes, sin embargo, rezan para que no haya una ofensiva que agravaría una desesperada situación marcada por las constantes bombas. "Gaza está bajo un ataque masivo. Hay muchos muertos y heridos civiles inocentes. Antes, la situación era muy grave y ahora es peor con pocas horas de electricidad. Es peligroso estar aquí. Esperemos que Hamas e Israel acepten pronto una tregua", afirma Adnan Abu Hasna, portavoz de UNRWA en la Franja.
Israel y Hamas están de acuerdo en un solo punto. A día de hoy, no les interesa una tregua. Todavía no. O al menos eso es lo proclaman a los suyos y al enemigo. "Ahora mismo no estamos hablando con nadie sobre un alto al fuego. Hemos golpeado duramente al grupo terrorista Hamas y lo seguiremos haciendo en los próximos días. Profundizaremos la operación", anunció el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
"No es el momento de hablar de tregua. Seguiremos disparando en respuesta a las agresiones. Israel rompió la tregua atacando a nuestros luchadores y al pueblo palestino. Además, no hay aún contactos significativos para la tregua", advirtió el portavoz de Hamas, Fawzy Barhum. Insinuando quien realmente lleva la voz cantante en el movimiento, añade: "Las condiciones de la tregua las marcarán Azzadim Al Qassam (brazo armado) y el resto de la resistencia".
Objetivos
Las dos partes tienen claro su objetivo inmediato. Israel, cuyo consenso en torno a la operación aérea es enorme, no frenará sus ataques hasta que vuelva la calma al sur, no consiga matar a líderes del brazo armado de Hamas y no destruya gran parte de los proyectiles de largo alcance y los túneles. De momento, ha bombardeado numerosos objetivos armados e institucionales de Hamas así como más de 70 casas de altos y medios mandos militares de las facciones. Lo hacen siguiendo el mismo patrón: primero piden a los residentes que se vayan advirtiéndoles que será bombardeada. Tras varios minutos, avisan con un misil en un lado del tejado. Después, destruyen la casa.
"Pedimos a los habitantes no colaborar con estos avisos y no abandonar sus casas. Quieren provocar el pánico", exigió el ministerio de interior en Gaza que denuncia "las brutales agresiones del enemigo".
Daños causados por un cohete lanzado desde Gaza a Ashdot en Israel. Daños causados por un cohete lanzado desde Gaza a Ashdot en Israel. AFP
El diputado centrista israelí Ofer Shelaj nos detalla los objetivos: "Debemos debilitar de forma significativa la capacidad armada de Hamas y hacerles ver que en el futuro no les conviene volver a atacar a nuestros ciudadanos".
Hamas también necesita un trofeo ya sean muertos israelíes en algunas de sus numerosas andanadas de proyectiles, algún tipo de acuerdo con Egipto que aún le boicotea, el fin del aislamiento de Gaza o la liberación de los 56 presos islamistas en la calle gracias al Canje Shalit (2011) y detenidos en las redadas de las últimas semanas en Cisjordania tras el asesinato de los tres estudiantes judíos.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a las partes una tregua durante una estéril reunión del Consejo de Seguridad. "Nos enfrentamos al riesgo de una escalada total, con la amenaza todavía palpable de una ofensiva terrestre", señaló definiendo la situación de Gaza como "insostenible".
"Las duras críticas internas contra Netanyahu de las últimas semanas por su contención ante Hamas le otorgan ahora mayor comprensión de líderes mundiales", explica el comentarista del Canal 2, Amit Segal. Pero el aumento vertiginoso de civiles palestinos muertos puede variar la balanza. El reloj militar de Israel, que exige más castigo a Hamas, se enfrenta al reloj diplomático marcado por las imágenes de Gaza.
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