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Hace casi exactamente siete años informaba con datos correspondientes al primer trimestre de 2010, que Potosí se había convertido en el nuevo líder exportador de Bolivia. Hoy, con información referida al primer trimestre de este año se repite la historia. Sin embargo, existen algunas diferencias no triviales que resulta necesario puntualizar.
Así, con base en la metodología planteada en mis trabajos sobre el carácter extractivista y primario-exportador de Bolivia; y la relación entre extractivismo_y_desindustrialización_en_Bolivia), se ha determinado:
En primer lugar, que la economía nacional presenta ahora claras indicaciones de deshidrocarburización debido a que entre el primer trimestre de 2010 y el primer trimestre de 2017 la actividad económica de exportación “Extracción de Hidrocarburos” habría sido desplazada por la actividad económica exportadora “Extracción de Minerales”, una vez realizados los ajustes sugeridos en tales trabajos. En efecto, cuando se adicionan los valores de exportación de los minerales y compuestos químicos erróneamente clasificados como parte de la actividad económica de exportación “Industria Manufacturera” (Oro Metálico, Plata Metálica, Estaño Metálico, Antimonio Metálico, Oxido de Antimonio, Otros Metales Manufacturados, Cobre Refinado Cátodos, Sustancias y Productos Químicos y Ácido Bórico) a “Extracción de Minerales”, restando tales valores de “Industria Manufacturera”, correspondientes al primer trimestre de este año, se encuentra que el sector minero-metalúrgico alcanza una participación del 47% respecto de las exportaciones totales en tanto que el sector hidrocarburos solamente llega a un 33% de las ventas totales al extranjero, una vez que se incorporan en este rubro los valores de exportación de “Productos Refinados de Petróleo” y “Gas Licuado de Petróleo (GLP), también consignados de manera equivocada en “Industria Manufacturera”. Todo esto en el entendido de que la refinación del petróleo, el procesamiento de elementos químicos y la fundición de minerales generan valor agregado, pero la nueva forma de tales materiales no cambia la esencia de los mismos como materias primas, razón por la cual no corresponde incluirlos dentro del sector secundario de la economía. Nótese que los valores porcentuales referidos al primer trimestre de 2010 fueron 39% y 41%, respectivamente. Estos datos permiten comprobar de manera preliminar un proceso de deshidrocarburización de nuestra economía, agudizado por la baja de los precios internacionales del petróleo a partir de julio de 2014, así como el retorno del dominio minero-metalúrgico al país.
En segundo lugar, que realizados los ajustes mencionados en el anterior acápite en la actividad económica “Industria Manufacturera”, incluyendo la sustracción de los valores de exportación correspondientes a los rubros “Soya y Productos de Soya”, “Girasol y Productos de Girasol”, “Maderas y Manufacturas de Madera”, Cueros y Manufacturas de Cuero”, “Palmitos”, “Carne de Especie Bovina”, “Cacao”, “Azúcar”, Algodón e Hilados de Algodón” y “Productos de Tabacos” y su consiguiente adición a la actividad económica “Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura”, se observa que el valor de las exportaciones industriales pasa de apenas un 6% en el primer trimestre de 2010 a un 5% en similar período en 2017, mientras que la actividad económica “Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura” aumenta de un 13% en el primer trimestre de 2010 a un 15% en similar período en 2017. Esta información representa evidencia empírica (aunque limitada) de un proceso de desindustrialización en nuestro país en los últimos siete años.
En tercer lugar, que, según los datos de exportaciones correspondientes al primer trimestre de 2017, con una participación del 28% en las ventas totales a otros países, Potosí pasó nuevamente a liderar las exportaciones nacionales, convirtiéndose otra vez en el departamento con mayor capacidad de creación de divisas en el país. Si bien este porcentaje muestra una caída de dos puntos porcentuales respecto a similar período en 2010, Potosí mantiene una diferencia de cuatro puntos porcentuales respecto al segundo departamento (Santa Cruz) con mayores exportaciones en el país, ocho puntos porcentuales respecto del tercero (Tarija) y catorce puntos porcentuales respecto del cuarto (La Paz). Cabe aclarar que esta información refleja dos cambios fundamentales en el posicionamiento de los departamentos que se ubican por debajo de Potosí en la generación de divisas para el país con relación a 2010. Por una parte, en 2017, Santa Cruz desplazó a Tarija del segundo lugar y, por otra, La Paz dejó a Oruro en el quinto lugar. Resulta altamente probable que estas tendencias prevalezcan en los años que vienen. Por último, a pesar de que el porcentaje de participación de las exportaciones potosinas en el rubro “Extracción de Minerales” (sin ajuste) se mantiene por encima del 90%, tanto en 2010 como en 2017, es notorio el descenso del 77% (en 2010) al 59% (en 2017) en el mismo rubro (con ajuste). Este último cambio se explica casi por completo a través de la vertiginosa evolución de las exportaciones paceñas de oro metálico en años recientes.
Al cierre, y de manera paradójica, al igual que en 2010, nos volvemos a preguntar si tiene sentido que a pesar de seguir generando más de un cuarto de las divisas del país, el departamento que más ha aportado al erario nacional desde la fundación de la República continúe ocupando los últimos lugares en desarrollo humano y siga siendo el furgón de cola político del actual Estado Plurinacional de Bolivia.
* Economista.
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