URKUPIÑA

Social
A lo largo del Paseo del Prado, entre la rotonda de Atocha y la Plaza de Cibeles, 42 fraternidades y más de 3.500 bailarines llegados de diferentes puntos de España y de Europa –Suiza, Suecia, Italia, Bélgica y y Francia– han vestido sus mejores galas.
Economía
Según los datos de la Autoridad, durante el lunes, la terminal Bimodal de la ciudad de Santa Cruz tuvo el mayor movimiento de pasajeros trasladándose a la ciudad de Cochabamba.

MARIA DE NAZARET FUENTE DE CAMBIO.

Guillermo Siles Paz, OMI

En varios países de América Latina se vive una devoción popular y masiva. A veces escuche, que las devociones nos llenan aquel vacío que tenemos. Muchas de las enfermedades, o tristezas, los llevamos ante la Madre de todos. Lo cierto es que María es parte inclusive de varios gestos libertarios, porque los revolucionarios, durante la colonia, se fortalecían en ella. Su amor a Dios y acompañados por María, les llevo a irrumpir ante los opresores. La fuerza de Dios venia por el amor a la Madre. Hoy en varios países tenemos la advocación a María, aunque en cada contexto tienen matices especiales, es decir, la tradición local pone sus propios elementos.

 

La figura de María podríamos comprender, por lo tanto, en una dimensión de mujer comprometida en el cambio social, en el cambio del ser humano, pero fundamentalmente en la construcción de una sociedad nueva.

 

América latina está muy unida a la imagen de María, Madre de la Iglesia. Protectora de los pueblos y naciones, y discípula de Jesús. Por lo tanto también la que sostiene la misión en todos los pueblos.

 

Muchos de los documentos avalan que la devoción mariana es profunda y latente. No deja espacio de duda, que María es el símbolo del amor, aceptación, ternura y sencillez. Por eso uno puede sentir en todos los pueblos, que María es una energía, es una fortaleza que nos hace dar pasos firmes al amor a Dios, y vivir en Dios.

 

Qué deberíamos de comprender en María, Virgen y Madre. Ante todo reconocer que ella pertenece a la plenitud de los tiempos  e  inicia dicha plenitud, desde la acepción de la concepción, de decir, que si acepta ser la servidora del Señor, se pone dócil a su palabra de enviada. Podríamos decir, que es la mujer que ofrece su cuerpo y su vida para realizar el plan de salvación.

 

Gracias a su aceptación nosotros somos plenamente unidos para aceptar que Como mujer permite que Dios haga presente a su Hijo, realice el plan de salvación. Que se une a la misión y proyecto de Jesús liberador.

 

Además como mujer asumió la responsabilidad de educar, guiar, y evangelizar a su propio hijo. Porque ella también estuvo unida a la esperanza de los pueblos judíos. Podríamos decir que ella permitió al Hijo de Dios llegar a ser Hijo del hombre, dejo que Jesús sea el Señor, ser esclavo y servidor de todos. No le limitó, ni condicionó. Le dejó a Jesús, ser verdadero judío.

 

Si bien es cierto Jesús no se aferró  a su condición de ser hijo de Dios, como nos lo cuenta en filipenses. Ahí está María para recordarle que la relación de intimidad filial, le dá la fortaleza, para dejarle a Jesús ser un hombre al servicio del hombre. No es limitó a los suyos, sino que trascendió a los otros pueblos. Ella era servidora y dejó a él servir.

 

Todos los cristianos esperamos la salvación, esperamos vivir la plenitud de nuestra vida, y también en este contexto, en María la Madre de Dios, el Hijo de Dios se hizo hijo del hombre para que nosotros, en toda libertad, llegaremos a ser hijos de Dios. Es decir, mantenernos unidos.

 

Cuando los obispos se reunieron en Aparecida-Brasil, ratificaron que “La Virgen María quien por su fe y obediencia a la voluntad de Dios, así como por su constante meditación de la palabra y de las acciones de Jesús, es la discípula más perfecta del Señor. Interlocutora del Padre en su proyecto de enviar su verbo al mundo para la salvación humana, María con su fe, llega a ser el primer miembro de la comunidad de los creyentes en Cristo y también se hace colaboradora en el renacimiento espiritual de los discípulos del Evangelio, emerge su figura de mujer libre y fuerte conscientemente orientada al verdadero seguimiento de Cristo.  Ella ha vivido por entero toda la peregrinación de la fe como Madre de Cristo y luego de los discípulos sin que le fuera ahorrada la incomprensión y la búsqueda constante del proyecto del Padre. Alcanzó  así, a estar al pie de la cruz en una comunión profunda, para entrar plenamente en el misterio de la Alianza”.

 

Eso quiero decir que la orientación que tienen las iglesias de América latina, tiene mucho que ver con la religiosidad popular en todos sus niveles. Como comprometiéndola para ser la gestora de procesos y de transformación, de inserción en la construcción activa de nuevos modelos de llegar a la gente, de estar con la gente. Fácilmente podemos entender que la devoción a María en los pueblos de América latina marca una diferencia, es como la humanización de Dios, es la encarnación pura de ella misma.  

 

Recientemente el Papa Francisco enfatizo que, “La Virgen hace precisamente esto con nosotros, nos ayuda a crecer humanamente y en la fe, a ser fuertes y a no ceder a la tentación de ser hombres y cristianos de una manera superficial, sino a vivir con responsabilidad, a tender cada vez más hacia lo alto.

 

Pero si vamos entrando más profundamente a lo humano, nos damos cuenta que somos hijos muy mimados, pero promovidos, que somos tratados con esa docilidad y ternura, pero para ser sujetos de transformación. Por eso el Papa Francisco evidencia que María es “Es una mamá que ayuda a los hijos a crecer y quiere que crezcan bien, por ello los educa a no ceder a la pereza (que también se deriva de un cierto bienestar) a no conformarse con una vida cómoda que se contenta sólo con tener algunas cosas.

 

Por eso hoy, qué podemos decir, que somos la familia de Dios, nos hacemos parte de la familia de María, somos los invitados a imitar en todo a Jesús, y dejarnos guiar. Nos hacemos hijos de María al cumplir la voluntad del padre. Y por eso hoy ella seguirá contribuyéndonos para comprometernos en transformar todos los espacios de nuestra vida, todo el entorno de lo cotidiano. Transformar es dejarse interpelar por los contextos, que deben ser diferentes y llenos de vida, para construir una sociedad nueva, donde el ser humano sea el centro.

 

Hoy no podemos pensar en ser Hijos de Dios, sin que podamos ser sujetos dispuestos a promover procesos de cambios, de buscar nuestras alternativas en la vida cotidiana. Nosotros al igual que María, que asumió su condición y se comprometió con la sociedad, seamos sujetos de cambio. Porque de lo contrario será nuestra fe meramente pasiva, pero no la que nos pide nuestra sociedad. Desde María nos acercamos a los contextos y desde la realidad, construimos lo que Dios nos pide, una sociedad de compasiva, llena de amor, dispuesta al  perdón, luchadora de justicia. Al poner una vela, no olvidemos que veneramos a una gran mujer y madre nuestra

 

 

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Regional
“Urkupiña se constituye en el primer destino de turismo religioso, incluso ganándole a la Chiquitanía, por el tema de la peregrinación”, dijo el director general de Turismo del Ministerio de Culturas, Orlando Poma.

URKUPIÑA

Guillermo Siles O.M.I.

Como no decir algo en este día tan especial para muchos bolivianos. Este 15 de agosto es un día tan particular para muchos peregrinos, que están presentes a los pies de la imagen de la Madre de Nuestro Señor Jesús.

La Virgen de Urkupiña, quiere decir, que la Madre de Dios se apareció “encima del cerro” (Orqo Phiña).  Su leyenda cuenta que se apareció a una humilde pastorcita, sencilla y pobre. Esta historia, como muchas en América Latina, nos muestra como la Madre de Dios se revela a los sencillos y humildes de forma muy evidente.  Ya conocimos esta misma historia en México, cuando la Virgen de Guadalupe se manifiesta a un campesino, Juan Diego, o tal vez la historia de la Virgen de Caacupé en Paraguay o Aparecida en Brasil y otras. Esta revelación o esta aparición de la Madre de Dios a personas sencillas, nos traen el mensaje profundo para acompañar nuestra fe, para renovar la fe en cada festividad. Pero al mismo tiempo, esta devoción mariana, reflejan los diferentes rostros de la Madre de Dios en nuestro pueblo.
Tampoco podemos olvidar el papel de la Virgen María en los primeros gritos libertarios, acompaño varios procesos de la liberación de los pueblos ante la colonia. Acompañó a todos los libertadores espiritualmente. Por eso hoy, esta piedad popular, está muy presente en medio del pueblo pobre y cristiano. 

Pero en esta fiesta de la Urkupiña se concentra toda esa experiencia de fe y devoción de miles de peregrinos, que quieren renovar su compromiso, renovar su relación afectiva ante Dios y sobretodo dejarse bendecir para vivir dignamente. Por eso no dudan en peregrinar muchos kilómetros, ponerse de rodillas y estar a los pies de la Madre de Dios. Ahí expresan todo su sentimiento religioso profundo.

Esta festividad no tiene un carácter exclusivo o preferencial, ahí confluyen todos, pobres y ricos, ciudadanos y políticos, bautizados y religiosos. Todos se unen en un solo sentir. Dios une a todos estos corazones. Es decir, la fe en Cristo y su devoción a la Madre de Dios. Por toda esta experiencia se logra, que todos sean capaces de vivir una sola fe, un solo amor, un solo sentir, dejarse guiar como hijos por una Madre que esta contigo.

En este ambiente masivo, podemos decir que Dios sigue revelándose a toda persona humilde, sencilla y que tiene abierto su corazón. Porque la misma historia nos lo dice, la fe ha provocado una conversión, un cambio de vida, un deseo de vivir más en relación con el respeto al otro, en el respeto a su naturaleza, en el respeto a la vida. Porque esta conversión nos empuja a vivir en cada uno de los peregrinos el cumplimiento de la voluntad del Padre, de experimentar la fidelidad a Dios para con nosotros, pero sobre todo la fidelidad nuestra en el compromiso social y de los hermanos. 

María nos revela,  en el Evangelio de Lucas,  en el magnificad, que Dios está al lado del pueblo, a lado de los sufren, a lado de los que están luchando por mejores días. Ella nos da su terminando de Dios, que escucha el clamor de los pobres y que no descansa hasta lograr que todos vivamos dignamente. Este grito de libertad frente a todas las estructuras de opresión, marginación y exclusión se hacen carne en la experiencia de fe de la Madre de Dios. Dios no se aparta en ningún momento de su pueblo. Ahí está para dignificarnos y darnos vida plena.

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Cultura
Los artistas ya se encuentran en la capital valluna y se encuentran en los preparativos para cantar en devoción a la Virgen de Urkupiña, este jueves, en Quillacollo.