REFERENDO AUTONÓMICO

Política
Las papeletas contienen cinco medidas de seguridad que son: tintas invisibles, tintas fluorescentes, microtexto, patrón Guilloche y el código QR, que garantizan que son únicas y no pueden ser falsificadas.
Política
“Como Órgano Electoral Plurinacional hemos hecho innovaciones importantes, como el paquete de material electoral que viene debidamente sellado con todos los materiales electorales”, dice un vocal en Santa Cruz.
Social
Los medios de comunicación que ya se hubieran registrado, solo deben presentar su tarifario actualizado.
Política
El proceso inició el 22 de abril y para este trabajo el Tribunal Supremo Electoral (TSE), a través del Servicio de Registro Cívico (SERECI), desplazó a 56 brigadas de empadronadores que hasta el pasado miércoles registraron a 3.932 personas.
Política
La presidente del TSE, Katia Uriona, indicó que se abrirá un proceso de empadronamiento el 22 de abril hasta el 1 de mayo.
Política
La fecha fue determinada luego de un análisis de las solicitudes recibidas, así como de las actividades y plazos del calendario electoral, base sobre la cual se establece que la Convocatoria será emitida el 31 de marzo, cien días antes de la consulta.
Política
Las 15 entidades territoriales que se someten este domingo a referendo desarrollan sus respectivas jornadas de votación de manera normal.
Política
Del total de referendos, 10 serán por cartas orgánicas municipales, tres por estatutos autonómicos indígenas, uno para estatuto autonómico regional y uno para la conversión de un municipio a autonomía indígena.
Regional
El domingo 20 de noviembre se desarrollará en este municipio el referendo para aprobar o rechazar su Carta Orgánica.

REFERENDO Y RECHAZO

Juan José Toro Montoya

No. No es falta de preparación ni miedo a la autonomía.
El occidente de Bolivia tiene una larga historia de demandas de autogobierno que no están vinculadas al ansia de independencia del yugo español.
El documento más antiguo al respecto es la Capitulación de Potosí que el virrey Diego López de Zúñiga y Velasco emitió el 21 de noviembre de 1561 otorgando autonomía a la Villa Imperial que, hasta entonces, dependía administrativamente de la ciudad de La Plata, hoy Sucre.
Una simple lectura de los resultados del referendo del pasado 20 de septiembre permite entrever que los ciudadanos de La Paz, Cochabamba, Oruro, Sucre y Potosí no votaron precisamente por sus estatutos autonómicos sino que, conscientemente o no, orientaron el plebiscito a una aceptación o rechazo al gobierno de Evo Morales.
Y Potosí es la prueba.
Hasta el primer corte del recuento oficial de votos, el “no” llegaba al 90,74 por ciento mientras que el “sí” apenas alcanzaba el 9,26 %. Faltando solo unas 11 actas por computar, ese era el resultado de la votación en el municipio de Potosí, en la capital de Departamento, la misma que entre julio y agosto se plantó al gobierno con una huelga de 27 días.
Noventa por ciento es un porcentaje demasiado alto y solo puede explicarse por la proximidad de la protesta potosina. Al momento de votar, los potosinos devolvieron gentilezas a un Gobierno que no quiso escucharlos ni siquiera con su prolongada huelga.
A medida que llegaron las actas de las provincias, el “sí” subió en porcentaje pero no fue suficiente para imponerse en el cómputo final.
En general, las cinco capitales de los Departamentos que votaron por sus estatutos respondieron con un contundente “no” pero el rechazo no estaba dirigido contra la autonomía.
Los resultados demuestran que la población de las capitales ha comenzado a cansarse —o ya lo hizo desde antes— con la forma en la que se está manejando el país. Las urnas tradujeron el efecto de denuncias de corrupción que se sustancian con la ley del embudo, como el caso del ex Fondioc, o con una actitud de soberbia que fue evidente desde hace nueve años, cuando el MAS comenzó a gobernar, y no ha cambiado pese al tiempo transcurrido.
Tal vez haya de por medio, también, un rechazo al intento de re-re-reelección del presidente Morales pero, para tratar el tema, es necesario hilar más fino.
Por de pronto, es evidente que existe un rechazo por parte de la imprescindible clase media, que todavía es mayoría en las capitales de Departamento, y eso debería ser suficiente para que el Gobierno se preocupe.

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