MI TELEFERICO

Seguridad
Según Dockweiler, las dos mujeres solían acudir a estaciones del teleférico para invitar a los jóvenes transeúntes a formar parte de la empresa. Para ello les solicitaban documentación y el pago de los 50 bolivianos.
Economía
Colombia, Perú y Bolivia hablarán sobre proyectos de transporte masivo durante una conferencia que se realizará el 3 de abril.
Economía
“Imagínense por primera vez Bolivia, sus empresas del Estado, va a prestar servicio en el exterior”, manifestó el presidente Morales.

Bengalas

Juan José Toro Montoya

Mi teléfono volvió a sonar con frecuencia esta semana. Luego de las explosivas declaraciones del director de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento Básico, Víctor Rico, colegas de radioemisoras del interior del país me llamaban para entrevistarme sobre la crisis del agua potable en la Villa Imperial.

Desde luego, la cantidad de llamadas ni siquiera se aproximó a las que recibí hace dos años, cuando la huelga cívica de los 27 días, o a las de hace siete, en el paro de los 19 días. En aquellos días, trágicos para Potosí, el aparato sonaba a diario, mañana, tarde y noche.

Desde luego, el interés no era por mí sino por la situación de mi ciudad. Los paros motivaron el interés de la “gran prensa nacional” debido a su duración. En 2015 hubo otros motivos: la marcha a La Paz, la represión en aquella ciudad y el detalle colorido de un perro, “Petardo”, que llamó la atención del público.    

Pero eso ocurre solo cuando hay un gran conflicto, porque eso fueron los paros prolongados; una tragedia, como el accidente que sepultó a dos mineros en el Cerro Rico, o —el motivo de las últimas llamadas:— cuando una autoridad nacional dice, desde La Paz, que Potosí se está quedando sin agua potable.

Existe una explicación teórico-técnica para el criterio seleccionador: los denominados “factores de interés periodístico”; es decir, aquellas características que debería tener un hecho para ser incluido entre las noticias de un medio de comunicación. Aunque autores como el boliviano Erick Torrico identifican hasta 14, los más conocidos son 1) actualidad, 2) novedad, 3) magnitud, 4) proximidad o cercanía, 5) conflicto y crisis, 6) prominencia y notoriedad, 7) progreso y desastre, 8) interés humano, 9) rareza e imprevisibilidad y 10) entretenimiento.  

Si analizamos la conducta de la “gran prensa nacional” de nuestros días, encontraremos que esta privilegia el desastre, que incluye a la crónica roja, y el conflicto y/o crisis. Eso explica que haya tantas noticias negativas en la prensa, especialmente en los telenoticiosos y que las informaciones sobre crímenes, muchas de escaso interés público, hayan ganado tanto espacio.

Cuando ocurre algo bueno, como la decisión de celebrar el centenario de un movimiento cultural significativo, pues eso fue Gesta Bárbara, la “gran prensa nacional” ignora a Potosí totalmente.

Esa indiferencia se manifestó de manera todavía más pedestre en el último torneo de la Liga Boliviana del Básquetbol (Libobasquet). Dos equipos potosinos, representantes de dos colegios fiscales, llegaron a la final y la prensa deportiva ignoró sistemáticamente lo sucedido. Mientras los equipos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz seguían en carrera, la Libobasquet tuvo algún espacio en los suplementos deportivos de los diarios nacionales o en los programas especializados de la televisión. Cuando los dos potosinos llegaron a la final, la prensa deportiva nacional volvió la espalda. Bolivia TV transmitió la final por trámite gubernamental expreso.

Así trata la “gran prensa nacional” a los Departamentos que no son del eje central. Potosí, Beni, Pando, Tarija, Chuquisaca y Oruro solo existimos cuando hay un tremendo conflicto, cuando ocurre una tragedia, cuando se reporta muertos o… cuando nos quedamos sin agua potable. En otras circunstancias, estamos al margen de la vida nacional, de la “gran prensa nacional”.

Somos como náufragos perdidos en la inmensidad del océano: tenemos que disparar bengalas para que sepan que seguimos vivos. Y a veces ni nos hacen caso.

  

 

 

 

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.

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Regional
El gerente de Mi Teleférico manifestó que este es un primer paso en el vínculo con la Alcaldía, y que posteriormente podría incluso haber una integración tarifaria.
Social
Dpckweiler dijo que esta cantidad impulsa a Mi Teleférico a mejorar día a día en la atención y servicio de los usuarios. Señaló que se realizó actividades conjuntas en la parte de operaciones y cajas para cumplir este objetivo.
Política
“Ayer tomamos conocimiento de esta violación que hizo a la norma la empresa Mi Teleférico, al difundir una fotografía donde dice: ‘Le dijimos Sí a un transporte de calidad (cómodo)’, eso es propaganda y no lo vamos a permitir”, aseveró Exeni.

(VARIAS) RAZONES PARA RECHAZAR EL TELEFÉRICO

Raúl Peñaranda U.

El teleférico es bello. Llena de orgullo a los paceños y alteños. Genera comentarios de medios de comunicación internacionales. Y no hay turista que llegue por estos lares que no se suba a una de sus cabinas. ¿Pero a qué costo?

El gobierno, gracias a su músculo político y al hecho de que tiene dinero a raudales, gastó 234 millones de dólares en las tres primeras líneas, Roja, Amarilla y Verde (a un precio casi el doble del de Medellín, que es comparable en sus características).

Con 234 millones de dólares invertidos, las tres líneas mencionadas transportan unas 87.000 personas cada día, recordó un artículo del especialista Waldo Yanaguaya hace unos días. El Puma Katari, que invirtió solo 22 millones, transporta 22.000.  La diferencia está a la vista.

Aunque los datos que están a la mano son incompletos (por ejemplo, no se sabe exactamente cuánto gasta el teleférico en electricidad), se podría hacer un cálculo grosso modo: si la depreciación del teleférico es del 5% anual, y el del PumaKatari, del 10% (los buses se malogran más que las cabinas), entones resulta que el sistema municipal es un 42% más eficiente que el por cable.

Habiendo gastado la friolera de 234 millones de dólares, las tres primeras líneas del teleférico transportan solo al 4% de los dos millones de pasajeros que existen diariamente en La Paz y El Alto (y el PumaKatari transporta 1%).

Ahora el gobierno, a través del gerente general de Mi Teleférico, César Dockweiler, está empeñado en gastar otros 450 millones de dólares en seis líneas adicionales. Con todo ello, y cuando tengamos la totalidad del bello cielo paceño cableado, la cantidad de personas trasportadas será del 8% del total, explica Yanaguaya.

¿Vale la pena gastar casi 700 millones de dólares en una obra masiva, enorme, majestuosa, que solo transporta el 8% de todos los pasajeros del área metropolitana? ¿Incluido un trazo, como la Línea Blanca, que pasará por encima de una avenida central de La Paz como es la Busch? La respuesta es no. Cuando se hayan construido todas esas líneas, seguirán en las estrechas calles paceñas miles de minibuses circulando caóticamente. No se habrá solucionado nada.

No se entiende el desenfreno del gobierno y del gerente de Mi Teleférico en su atolondrado plan de construir todas estas líneas, excepto quizás su idea de hacer obras vistosas que ayuden a la reelección indefinida del Presidente. Este desenfreno se explica en el hecho de que con la débil democracia que tenemos hoy, las autoridades pueden desarrollar cualquier idea descabellada, como gastar 700 millones de dólares para transportar el 8% de los pasajeros (o hacer estadios en medio de la selva, como el de Chimoré, que alberga a casi tanta gente como la población total de la localidad). No hay nadie quien pueda impedir los caprichos del Jefe.

Las actuales tres líneas del teleférico son, con todo, útiles. Unen dos urbes que están a distinta altitud. El trasporte por cable tiene sentido para unir dos puntos de manera vertical (como una pista de ski), pero no horizontalmente. Ello es propio de otros tipos de transporte, más lógicos en esas circunstancias: buses o metro.

La solución para el trasporte en La Paz es generar un sistema eficiente de buses. Ya se ha visto aquí que el costo de transporte es un 40% más barato en buses que por cable. ¿Pero cómo hacerlo en un tráfico lentísimo como el paceño? Retirando a los 10.000 minibuses que atestan las calles paceñas. Esto debe hacerse, y así se podrían tener vías exclusivas para los buses, como era el plan original de la Alcaldía. En vez de estar gastando millonadas en ideas estrafalarias deberíamos atender lo que es obvio: no se pueden mantener a miles de minibuseros en las calles de La Paz si se desea solucionar verdaderamente el problema del transporte. Y ni la Alcaldía ni el gobierno lo hacen debido a que no tienen la fortaleza para enfrentarse a un sector violento y bien organizado como son los transportistas.

Pero si hay 450 millones adicionales para despilfarrar en seis líneas del teleférico, entonces no es que falten recursos para afrontar el conflicto social que implica dejar a miles de bolivianos sin empleo. Usando esos recursos se podrían, aparte de construir nuevas calles y avenidas, compensar a los choferes, comprarles sus vehículos y ayudarlos a reinsertarse en la economía. Con tanta plata, alcanza.

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Regional
Para el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz un trazo alternativo para la Línea Blanca debería evadir el barrio de Miraflores y sólo ingresar a la plaza Villarroel, propuesta que se hizo conocer en una solicitada que fue publicada en un medio impreso.

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