MAFIA

Deportes
Eutrópio destacó que el mando del club rival al de él está en manos del sobrino de César Salinas. "La cosa está abierta. No es una cuestión de un error. Es una mafia establecida, organizada”.

La gratitud de Pablo Escobar

GROVER CARDOZO

Que una persona declare en público que vino a Bolivia  sin nada y ahora tiene todo,  muestra   una virtud cardinal que pocos  pueden exponer, pero así mismo  explica porque los  astros se alinearon   en estos últimos años  tan a favor de Pablo Escobar y su equipo The Strongest. “Llegué prácticamente sin nada y hoy puedo dar de comer a mi familia”, declaró con arrolladora franqueza el buen futbolista a La Razón.

Su confesión prácticamente es un mazazo en la cabeza  de quienes, después de    lograr un buen nombramiento o un ascenso en su carrera profesional, creen que todo se lo deben a su genialidad personal y no a las buenas vibraciones, energías  y apoyo que reciben del  entorno social y humano.

Quienes sin ser paceños vivimos en La Paz y que viniendo de Paraguay, Oruro o Cochabamba,  labramos   con  trabajo, fe y gratitud   un espacio en esta bellísima hoyada,  podemos hablar como Pablo.

“Soy un eterno agradecido primero a San José que me abrió las puertas y después al Tigre que me dio todo profesionalmente y también un techo, un hogar, esas son cosas que yo valoro mucho” dijo.

La llegada de Pablo a Bolivia   plantea una  urgente reflexión En varias ciudades de nuestro país hoy se están asentando -llegado del exterior- artistas, empresarios y profesionales  y ciudadanos de diferentes oficios. Vienen por unos años al país, lo conocen, se  internan en sus misterios y al quedar embrujados  por lo que tiene Bolivia,  deciden quedarse.

Con todo derecho esas personas vienen a florecer en Bolivia y  a demostrar el talento que les dio la vida.  Esta postura  va a contracorriente de lo que hacen miles de compatriotas que año tras año salen a EEUU, Argentina, o España a  cumplir oficios que no son lo mejor de la vida en términos de dignidad y respeto a los  derechos humanos.  Decepcionados de su país salen a cuidar ancianos, a limpiar baños o a trabajar en el  durísimo sector de  la construcción, cuando en Bolivia tienen un espacio virgen para hacer  germinar emprendimientos  y donde les iría mejor  si  proceden  sin prejuicios, con modestia y unos gramos de ubicación.

Un amigo que vivió por un tiempo en Madrid decía: “Allá ejercen actividades que nunca harían en su propio país y eso lógicamente porqué allá nadie los conoce”.

Pablo Escobar y muchos ciudadanos que  llegaron  de diferentes países están demostrando que Bolivia es una tierra de oportunidades  y donde todo está por hacerse.

 

 A orureños, cochabambinos o cruceños nos falta  entender que  este es  nuestro país y que es    aquí donde hay que lavar baños, vender helados o dirigir empresas. Falta comprender que estamos en  nuestra tierra, en nuestra casa, con todo lo bueno y malo que  ella pueda tener.

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