GABRIELA ZAPATA

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“Si existen estos documentos, esas evidencias, esos son documentos que debieran constituir pruebas delito de usurpación de funciones y ahí el Fiscal General del Estado debiera actuar de oficio. Qué mayor evidencia actuar si hay esos documentos”, declaró.
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Montaño y Gonzales aseguran que la investigación descartará el presunto tráfico de influencias.
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Morales por el caso CAMC por más de $us500 millones; Banzer por un sobreprecio de $us1.8 millones; Sánchez de Lozada por autoalquilar su avión al Estado, Enron y capitalización; Paz Zamora por los “narcovínculos”.
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Edwin Herrera explicó que las últimas encuestas dan cuenta de que la tendencia a favor del NO en el referendo del 21 de febrero es irremontable para los partidarios del MAS, quienes buscan aprobar una reforma constitucional para viabilizar una nueva reelección de Morales.
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El líder de Unidad Nacional (UN) calificó de “absurdo” que lo acusen de recibir dinero de Estados Unidos para la campaña por el NO con miras al referendo del próximo domingo.
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“¿Quién está viendo sus vida privadas de sus jefes (de la derecha)? ¿Cuántas cholas habrán tenido? ¿Quién mira de ellos, de Tuto, Sánchez Bezaín, Rubén Costas”, dijo Quispe, según un audio publicado en el portal ANN.
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La exsambleísta aseguró que no tiene conocimiento de las denuncias ni de los supuestos beneficios que recibió su hermana, debido a que ésta se distanció de la familia que ya estaba dividida por las diferencias políticas existentes.
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Los partidos minoritarios como el MNR creen que la oposición cayó en el juego del MAS para darle oxigeno a Evo Morales en la actual encrucijada electoral. Rafael Quispe cree que el apuro del oficialismo “es para lavarle la cara al presidente”.

EVO SOBRE GABRIELA ZAPATA: “LE VI CARA CONOCIDA”

Raúl Peñaranda U.

“Le vi cara conocida”, dijo el presidente Evo Morales durante una entrevista pactada con medios estatales en referencia a Gabriela Zapata, la que fue madre de su hijo, que falleció siendo bebé. La respuesta del Presidente intentaba aclarar una respuesta errónea que dio el sábado, cuando dijo que había perdido “todo contacto” con Zapata durante los últimos nueve años.

Tras publicarse la fotografía en la que se ve a Morales abrazando a Zapata en el carnaval de 2015, y que desmintió la versión del Primer Mandatario, tuvo que salir a dar una nueva versión. La segunda es, quizás, peor que la primera. Si fuera cierto que no la reconoció de inmediato y que le vio “cara conocida”, implicaría que Morales es un hombre insensible y distante, diferente al que nos presenta la propaganda oficial. Si no reconoce a la mujer con la que se involucró cuando ella tenía 19 años y él 46, y tuvieron un hijo juntos, con el aditamento de que experimentaron la tragedia que implica la muerte de un hijo, entonces el Presidente es un ser inconmovible.

El problema, decimos, se originó en la primera declaración poco apropiada al respecto, esa que dijo que perdió contacto con Zapata (en realidad dijo que él “cortó” la relación). Fue poco apropiada y disfrazada. Si hubiera admitido que mantuvo “contacto esporádico” con ella, no hubiera habido mayor problema. Por eso dice el refrán que “las mentiras tienen patas cortas”.

Yo califiqué en un tuit, esta semana, como la “mayor primicia de la década” la difusión, por parte de Carlos Valverde, de todo este entuerto. Es que es verdad. Nos enteramos, primero, que el Presidente tuvo un hijo, que falleció, con una joven mujer que podría ser su hija. Segundo, que esa expareja es representante de una empresa china que gana millones de dólares en contratos estatales (y que vence amparos judiciales para no pagar las boletas de garantía de las obras que realiza deficientemente). Tercero, que la manera cómo su expareja se relacionó con esa empresa es, por lo menos, irregular, ya que es inusual darle a una persona sin experiencia (tenía 26 años cuando la contrataron) un cargo de tanta sensibilidad. Cuarto, que es dudosa la manera como esa compañía asiática ha ganado tantos contratos con el Estado, en tan diversos campos (importación de taladros para YPFB, instalación de ingenio azucarero, construcción de represa en Cochabamba, realización de ferrocarril y explotación de sales de potasio). Quinto, que esa empresa china contrató como abogado a un exfiscal, Fernando Cortez, acusado por la Policía de dos delitos de tránsito: haber atropellado a un joven de 18 años y haber chocado contra una casa, ambas veces en estado de ebriedad. Éste dijo, sin pensarlo mucho parece, que Zapata tenía “nueve años de experiencia” y que por eso CAMC la contrató. ¡Por favor!

Luego supimos más: la expareja de Morales vive en una mansión de la zona Sur de La Paz, que le perteneció nada menos que a un dirigente opositor que murió en la cárcel por las acusaciones esgrimidas por el propio gobierno, como fue Guillermo Fortún. La versión oficial señala que Zapata pagó 100.000 dólares por un anticrético, una cifra alta para una persona que inicia su carrera profesional. La otra (no confirmada) asegura que la casa fue vendida en un millón de dólares.

Pero todo este entramado nos ha dado de bruces también con el machismo de la sociedad boliviana. ¿Cuál hubiera sido la reacción general si una mujer fuera Presidenta del país? ¿Y que hubiera tenido varios hijos con diferentes parejas? ¿Y que hubiera tenido que ser forzada por un juez a reconocer a los dos mayores? ¿Y que no hubiera informado que uno de sus hijos murió siendo bebé? ¿Y que se hubiera relacionado con uno de sus exnovios cuando lo doblaba en edad? ¿Y que saludó a uno de ellos porque le vio “cara conocida”?

Raúl Peñaranda U. es periodista. Twitter: RaulPenaranda1

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AMANTES Y PRESIDENTES

Juan José Toro Montoya

Un presidente es un ser humano y, por lo tanto, está expuesto a las mismas tentaciones que los demás seres humanos. La diferencia entre uno y otros es que, por el poder que ostenta, un presidente puede tener lo que se le antoja con más facilidad que los demás seres humanos.

La historia de la humanidad está plagada de casos de gobernantes involucrados con mujeres que, generalmente, se enredaban con aquellos por los beneficios que obtenían. Los ejemplos van desde Cleopatra y sus amoríos con Julio César y Marco Antonio hasta Marilyn Monroe y sus romances con los Kennedy.

Bolivia no es la excepción. Por el contrario, el machismo y la misoginia que imperan en nuestra sociedad dieron lugar a que varios presidentes aprovecharan su poder para tener acceso a muchas mujeres, algunas incluso casadas.

El caso más representativo de mezcla de sexo y poder es el de Mariano Melgarejo que pasó a la historia por un gobierno caracterizado por sus excesos, soberbia, despotismo, violaciones a la ley y un alto grado de autoritarismo. Aunque casado con Rosa Rojas, Melgarejo fue un mujeriego empedernido que, según se dice, tuvo varios hijos ilegítimos. Entre sus muchas amantes se incluye a Gertrudis Antezana, esposa de José María Achá.

Ignorante, promiscuo e impío, este hombre estaba convencido que había nacido para gobernar Bolivia y hasta atribuía su fecha de nacimiento, que fue un Domingo de Resurrección, a un designio divino. Decía que Dios lo había escogido justo cuando resucitaba. Por ello, creía que él era el único que podía gobernar el país y no tenía intenciones de dejar el poder. Tantos fueron sus excesos que varios autores se ocuparon de ellos. Caudillista y rodeado de zalameros que lo alentaban a hacer lo que hacía, Melgarejo creía que podía hacer cuanto se le antoje y eso incluía tomar a cualquier mujer, sin importar su condición o edad.

Tuvo muchas mujeres y a casi todas las hacía espléndidos regalos para premiar sus favores sexuales. 

La amante más conocida que tuvo Melgarejo fue Juana Sánchez Campos, peruana y hermana del capitán José Aurelio Sánchez quien había sido condenado a muerte por actos de rebeldía. El tirano la conoció precisamente cuando ella, con apenas 18 años, fue a verlo a rogar por su vida. Diversas versiones históricas dicen que la muchachita tenía una belleza brutal y el presidente se impactó tanto con ella que no solo perdonó a su hermano sino que lo incorporó al ejército boliviano en el que, gracias a los favores presidenciales, llegó hasta el grado de general.  

La relación de Melgarejo con Juana Sánchez fue tan pública como el súbito enriquecimiento de la familia peruana. Por años, los Sánchez tuvieron influencia y recibieron múltiples favores del gobierno hasta poco antes de la caída de su protector. 

Los excesos del presidente fueron tales que el pueblo boliviano no pudo más. En 1870 se levantó Potosí y, aunque Melgarejo aplastó la revuelta con violencia, otras ciudades siguieron su ejemplo poco después. El 15 de enero de 1871 fue derrocado por el pueblo paceño y tuvo que huir hacia Chile.

Cuando se enteró que su examante vivía en Lima fue a buscarla en secreto.

La ubicó en una lujosa vivienda y, al percatarse de ello, se alegró pensando que podría recibir ayuda de aquella familia que tanto le debía. Golpeó a la puerta y el que le abrió fue José Aurelio Sánchez, aquel a quien perdonó la vida e hizo general del ejército boliviano. Preguntó por Juana e intentó entrar pero el exgeneral le dio el mayor agradecimiento por sus favores: un balazo.   

 

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.

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