FIFA

¡TARJETA ROJA!

Juan José Toro Montoya

Es tan evidente la corrupción en el fútbol profesional que, cuando quise documentarme para escribir este artículo, encontré tantos sobre el tema en el archivo de mi columna que no supe cuáles utilizar como referencia.

Y es que esa corrupción estuvo ahí, a la vista de todos, cuando algunos árbitros no pitaban una falta clarísima o se inventaban infracciones en contra del equipo chico que enfrentaba al grande. En marzo de 2002, por ejemplo, los potosinos fuimos testigos de la deplorable actuación del árbitro ecuatoriano Pedro Senatore Ramos en el partido entre Real Potosí y Peñarol por la Copa Libertadores de América. Cuando le pregunté al entonces presidente del equipo lila, Samuel Blanco, si se impugnaría la actuación del colegiado, él me respondió que no porque eso significaba enfrentarse a un poderoso monstruo corporativo contra el que nada podía hacerse.

En ese entonces, la FIFA era una fortaleza inexpugnable cuya impunidad se replicaba en sus afiliadas. El blindaje que la cubría era sencillo: si algún gobierno intentaba inmiscuirse en el manejo de sus federaciones y/o asociaciones, el país involucrado sería desafiliado. Con esa amenaza, no sólo se arreglaba partidos sino campeonatos enteros; las sedes se asignaban a cambio de sumas estrambóticas que, en su parte no auditada, iban a parar a manos de los jerarcas quienes, luego de embolsillarse su jugosa tajada, repartían las sobras entre sus subordinados. Así también se arreglaban reelecciones como las que mantuvieron en el poder a hombres como Joseph Blatter, Julio Grondona o Carlos Chávez.

Hace un par de años, cuando esta columna comenzó a publicarse en el diario La Palabra del Beni, un dirigente de esa región se quejó ante la directora de ese periódico por el contenido de uno de mis artículos. Le dije que lo ignorara pero yo no pude seguir mi propio consejo cuando otro dirigente me llamó para protestar por el enfoque que se dio a la noticia de la última reelección de Chávez. En una larga conversación telefónica, el ofendido me dijo que el país no reconocía lo que el reelecto presidente de la FBF había hecho por el fútbol boliviano. Fue cuando tuve la sospecha de que el quejoso también formaba parte del esquema.

Hasta el 27 de mayo de este año, creí que la impunidad sería eterna pero los hechos volvieron a demostrarme que la justicia tarda pero llega. Altos dirigentes de la FIFA fueron detenidos en una investigación encabezada nada menos que por la fiscala general de Estados Unidos pero la principal cabeza, la de Blatter, seguía en su sitio.

La reacción de la Federación Boliviana de Fútbol fue la que podía esperarse. En un comunicado oficial colgado en su cibersitio el 29 de mayo, la institución rechazó las sospechas contra Chávez con un argumento contundente: “(Chávez) no aparece siquiera mencionado en el informe de la Fiscal estadounidense Loretta Lynch”. Fueron suficiente horas para que su nombre se involucre en el manejo de hasta 7,5 millones de dólares.

En el momento de escribir este artículo, Blatter había sido reelegido y renunciado a su cargo mientras que Chávez rechazó las acusaciones. La Fiscalía General de Bolivia anunció una investigación en contra del presidente de la FBF pero todavía no había rodado ninguna cabeza.

Pero el dedo ya está en la llaga. Ha llegado la hora de extirpar el pus del fútbol boliviano.

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NADIE NI NADA PUEDE ESTAR POR ENCIMA DEL ESTADO

Marcelo Arce

Cuando menos lo esperábamos, se presentó la oportunidad para que el Estado Plurinacional siente presencia en un espacio que es como una nebulosa y paraíso fiscal que no se puede seguir tolerando.

Es la ocasión para que se inicie una investigación de los dineros que recibió y recibe la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y los rubros en los que se invirtieron (¿?), así como otros ítems como la adjudicación de los derechos de transmisión televisiva de eventos deportivos, el traslado de la sede en unas pasadas eliminatorias, la venta de las entradas de cortesía del Mundial de 1994 y todas las otras formas por las que se reciben dineros a nombre del fútbol boliviano. Lo mismo hay que hacer con la LPFB y sus miembros.

Las acciones realizadas por la justicia norteamericana y la coyuntura internacional nos están brindando una inmejorable oportunidad para aportar nuestro granito de arena y poder fiscalizar las acciones de esa transnacional financiera denominada FIFA que vive a expensas de la ingenuidad e ilusión de los pueblos del mundo.

Esa ONG y los empresarios de la “pasión de multitudes” están heridos y se tiene que aprovechar para transparentar, investigar, procesar y castigar, como manda la ley, a todos los implicados en la corrupción denunciada por funcionarios norteamericanos.

Y es que no podemos seguir permitiendo la existencia de semejante poder intocable e inalcanzable dentro del propio Estado. Es tanto, el poder de los empresarios del fútbol, que su sede, en Paraguay, tiene inmunidad diplomática, que, por otra parte ya se está revisando en el Congreso de dicho país.

En el mundo y, por supuesto, en Bolivia, la administración de todo lo que significa el negocio del fútbol era un gran agujero negro que se traga ingentes cantidades de dinero y donde prevalece el tráfico de influencias, la compra de conciencias y corrupción al más alto nivel, incluyendo a los voceros y quintacolumnistas. Hasta los futbolistas, que son seres humanos, son tratados como mercancías.

Es algo que sabíamos, pero poco o nada se podía hacer porque esos mismos señores chantajean al mundo indicando que cualquier acción del Estado sobre el fútbol podía ser motivo de la exclusión de torneos y competencias internacionales, entonces doblábamos la cerviz e impotentes mirábamos como la corrupción jugaba en nuestros escenarios deportivos, pero ahora, mucho podemos hacer.

Hay que aprovechar este rebote y mandar la caprichosa al ángulo de la justicia al que ni las arañas lleguen. Es la ocasión para hacerle un “rosquito y un sombrerito” a los empresarios del fútbol y transitar todos los espacios del campo deportivo, pasando de la defensa al ataque rápidamente y castigar todo enriquecimiento ilícito.

Pero también debemos jugar el tercer tiempo, acabar la jugada e implementar leyes y normas para que ningún dirigente de ninguna institución deportiva se aproveche de ella, gane millones de dólares a nombre del equipo y luego la declare en bancarrota.

Hay que legislar para que los dirigentes de todos los organismos deportivos rindan cuentas de toda su administración, especialmente la financiera, en las instancias que correspondan porque nadie, ni gremio alguno pueden estar por encima del Estado y los intereses de los bolivianos.

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John Delaney, presidente de la federación irlandesa de fútbol (Football Association of Ireland, FAI), ha confirmado que la FIFA pagó a la institución para impedir que recurriera ante los tribunales la clasificación de Francia en una eliminatoria que ganó con un gol marcado tras una mano de Thierry Henry.
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De repente, el cielo de su perfecto mundo se le cayó sobre la cabeza. Joseph Blatter, presidente de la FIFA, se va. Y no hay casualidad en la decisión. Estaba y está acorralado. Le sacaron a casi todos sus laderos, sus socios.
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El presidente Evo Morales se sumó este miércoles a los pedidos de renuncia de Carlos Chávez, a quien le sugirió que siga el mismo camino tomado por el titular de la FIFA, Joseph Blatter.
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La Interpol ha emitido alertas rojas contra 6 personas vinculadas a la FIFA, entre ellas varios directivos latinoamericanos.
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Wálter Zuleta, dirigente del Club Bolívar y la sazón tesorero de la Federación Boliviana de Fútbol, se mostró contento con la renuncia de Joseph Blatter a la presidencia de la FIFA, a tiempo de anticipar que una nueva era en el fútbol se está acercando.
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"Aunque los miembros de la FIFA me dieron un nuevo mandato, no parecía que era apoyado por todo el mundo", señaló Blatter, de 79 años.

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