Derecho al Agua

ACCESO AL AGUA

Constantino Rojas Burgos

El acceso al agua es un derecho humano, Capítulo Derechos Fundamentales, Artículo 16 Párrafo I de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, pero también en el Capítulo V de los Recursos Naturales Artículo 373 Párrafo I, señala que “el agua constituye un derecho fundamentalísimo para la vida, en el marco de la soberanía del pueblo. El Estado promoverá el uso y el acceso al agua sobre la base de principios de solidaridad, complementariedad, reciprocidad, igualdad, diversidad y sostenibilidad”.

El documental televisivo producido por COSUDE y el Centro Aguas de la Universidad Mayor de San Simón titulado “Vivir con el agua, diálogo de intereses”, nos muestra que el tema del agua en Cochabamba resulta ser muy complejo y lo dicen además los expertos y que el principio del derecho humano no se cumple por falta de sistemas hídricos que garanticen los principios señalados en la Constitución Política del Estado.

El acceso al agua en Cochabamba es desigual y discriminatorio, en la zona sud, principalmente en cerro verde, San Miguel, Huayra K’asa, Villa Cosmos la gente debe comprar agua de los carros aguateros y guardar en turriles. En tiempo de lluvia,  reciben agua en baldes, botellas y turriles para el consumo como para el lavado de ropa.

En el casco viejo, el servicio de agua es también deficiente, puesto que se distribuye en horas de la mañana y el resto del día las piletas se quedan secas y sin agua. La mayoría de las viviendas cuenta con un depósito de agua que sirve de recipiente que se llenan en horas de la noche y de la mañana y a través de una bomba tienen disponibilidad de agua durante el día y la noche.

En los barrios periféricos ocurre lo mismo, aunque algunas familias siguen disponiendo de pozos particulares o de tanques de agua en el techo en lo alto de la casa y que se distribuye a través de una bomba de agua. El problema más serio está en el área rural de Cochabamba, tanto en el Valle Bajo, el Valle Alto como el Valle Central donde el agua de riego es un problema que debe ser encarado con prioridad.

Los testimonios que se escucharon en el documental dan cuenta que en la cordillera no existe problema de agua, y que se proveen a través de ríos, lagunas y cuencas, que por cierto no llegan a los valles ni por escurrimiento, porque se van a otras regiones por falta de entubamiento y dirección hacia los valles de Cochabamba.

De todos modos, el agua provoca conflictos en el consumo, el lavado de ropa, los servicios sanitarios, las letrinas, de las aguas servidas, la evaporación, el reciclado entre otros, pero también la falta de riego en las áreas rurales, la restricción de agua en la producción agropecuaria, la ausencia de construcción de represas que permitan generar energía eléctrica para abastecer de luz a las comunidades campesinas más alejadas de nuestra ciudad.

La esperanza largamente acariciada en Cochabamba está centrada en el Proyecto Múltiple Misicuni que data de hace 50 años atrás y que ojalá se concrete a mediano plazo, para superar un problema que el Departamento de Cochabamba tiene con el agua, pero que con diálogo y consenso entre todos los actores sociales podrá ser superado para el bien de toda la región.

El documental “Vivir con el agua, un diálogo de intereses”, nos muestra diferentes facetas de testimonios de los esfuerzos que hacen desde el Gobierno, las Instituciones como la Universidad Mayor de San Simón y los actores sociales para convivir con una vital necesidad, en el que todos tenemos la obligación de contribuir con un uso racional y eficiente del agua, pensando en el bien común.

El autor es periodista y docente universitario.

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