LA CIUDAD QUE SOÑAMOS
By rho1and0 on Mar, 22/09/2015 - 23:28¿En el mundo habrá ciudades con alma? Tal vez sí o tal vez no. Pero deberán ser aquellas ciudades donde respiras el espíritu de las flores, la brisa de sus ríos y/o el aroma de la gente amable. Dónde el paso de la gente no es indiferente y en cada esquina recuerdas el sendero de la historia o el valor de la naturaleza.
Estas utopías, ahora, son planteadas en muchas ciudades del mundo. Debido a que la situación de vida se hace crítica, ya sea por la aglomeración de personas, tránsito desordenado y ruidoso, contaminación, vendedores en las calles y mercados abarrotados.
Para no llegar a este caos urbano, fue invitado a un conversatorio, Bernardo Toro, quien vinoa Tarija desde Bogotá – Colombia, gracias a la Fundación Avina y al Gobierno Autónomo Municipal de la provincia Cercado y la ciudad de Tarija. Una conversación que buscó reflexionar y proponersobre el proceso de las ciudades que anhelan una alta calidad de vida, como el proyecto, del cual participó Toro, denominado Bogotá - como vamos.
Bernardo Toro es un intelectual colombiano, graduado en filosofía (San Buenaventura) física y matemáticas (Quindío). Fue fundador y director de la revista “Educación hoy, perspectiva latinoamericana”, gerente de la empresa CENPRO televisión, presidente del Centro Colombiano de Responsabilidad Empresarial CCRE. Decano de la facultad de educación de la universidad Javeriana de Bogotá. Consultor temporal para Unicef, Banco Mundial y BID para Latinoamérica en educación, comunicación y movilización social. SeniorFellow del Instituto Synergos de New York.
Es decir, cuenta con una trayectoria profesional indudable, y si a eso le agregamos que Bernardo asume la palabra como poesía. Cuando se comunicaparece que estuviera cantando suavecito y al oído.Posee el don de la oratoria y el carisma colombiano, entonces escucharlo se transforma en un placer interior.
Desde su enfoque, el filósofoplanteó para la ciudad de Tarija su tesis: la confluenciade transacciones en los intereses: sociales, económicos, políticos, medio ambientales y culturales, en un proceso donde se construya un imaginario a futuro, propuesto y hecho entre todos a modo de cooperación.
Esto en el marco, de una élite con ética. Es decir con ciudadanos capaces de cambiar los pensamientos, sentimientos y acciones por el bien común. Para ello, propone máximas de valores: saber cuidar, saber hacer transacciones ganar – ganar, comensalidad, saber conversar, el respeto y la hospitalidad.
En ese sentido, creo que Tarija aún tiene tiempo para llevar adelante este modelo de pensamiento, ya que contamos con ciertas características, valores tangibles e intangibles, que nos permitirían asumir este nuevo paradigma como ciudad.
Entonces, el planteamiento de Toro nos lleva a pensar en los cambios que debemos afrontar los ciudadanos, con la sociedad civil, sector público y privado, para proyectar una ciudadanía tarijeña donde habitar sea un placer para la vida.