GRAVITY
By argv.E338951d on Lun, 18/11/2013 - 10:50Lo mejor de Gravity está en que logra transmitir al espectador la sensación de encontrarse perdido frente a la inmensidad del universo. No importa que la cinta se desarrolle “al lado” del planeta, en la órbita terrestre. Basta con que sus dos protagonistas estén “despegados” del suelo, para que sintamos la inmensidad del espacio infinito.
El “tamaño” de la materia, de la realidad en la que vivimos, es una de las facetas de nuestra existencia, que más nos cuesta asimilara los seres humanos, probablemente porque sus misterios y explicaciones están íntimamente ligados a los de nuestros orígenes. Las distancias que nos separan del sol o de otras galaxias, pueden leerse con facilidad en un texto, pero es difícil que puedan “asimilarse” en nuestro cerebro en toda su significación. Y al lado de esas cifras, se encuentra la posibilidad de la existencia “otros universos”, con la que la ciencia nos ha enfrentado en las últimas décadas. Todo ese contexto no hace más que acentuar la sensación de insignificancia que tenemos los seres humanos.
Gravity no trata de los temas arriba enunciados; no es una propuesta de ciencia ficción con aspiraciones filosóficas, como “2.001: Una Odisea del Espacio”, o “Solaris”, por mencionar ejemplos relevantes, pero sin embargo logra colocarnos en forma convincente frente a una realidad que no conocemos, y envolvernos en ella merced a un uso adecuado del suspenso.
Dos astronautas se encuentran a la intemperie, mientras una suerte de tormenta de desperdicios espaciales, da la vuelta al planeta cada hora y media. De repente se encuentran incomunicados con la tierra y a merced de sus propios esfuerzos en el intento de sobrevivir; con esos elementos el director, Alfonso Cuarón, logra que generar la sensación de una soledad absoluta. El realizador ya ha dado muestras de su habilidad narrativa, y en este caso va construyendo la atmosfera de la historia poco a poco; en ese sentido vale la pena valorar la intensidad gradual con la que va usando los diversos efectos especiales a su alcance (en contraste a los excesos, tan comunes en estos días). Los destrozos ocasionados por la tormenta de desperdicios, que recién alcanzan su punto culminante en la segunda “vuelta”, son un excelente ejemplo de esta habilidad.
En realidad en película hay un solo protagonista (Sandra Bullock) y un actor secundario (George Clooney). Los momentos más importantes de la cinta son aquellos en los que la actriz se enfrenta a si misma; el primer plano cuando cobra conciencia de su soledad en pleno espacio, los instantes en los que se va preparando para la muerte en la base espacial china. Los momentos más débiles, son aquellos en los que Cuarón parece manifestar cierta tendencia al sentimentalismo; el reencuentro con Clooney o la “conversación” con el “radio aficionado” chino.
Varios de los comentarios difundidos por la red, destacan las virtudes técnicas de la cinta y la debilidad de su historia. Esa es una diferenciación que a nuestro juicio no aplica en este caso. Gravity es una película que expresamente está hecha para “contar” la desesperación de la protagonista, esa es en realidad la “historia” y por tanto Cuarón cumple satisfactoriamente con las expectativas que crea al enunciar la cinta. La relación entre los dos astronautas, sus historias personales, etc., no son sino parte de esa historia mayor.
Alfonso Cuarón es una suerte de “cineasta global”, al estilo de su coterráneo y compañero generacional Guillermo de Toro (Blade II, El Laberinto del Fauno, Titanes del Pacífico). Se trata de realizadores que se sienten cómodos realizando cintas tanto en Ingles como en castellano, trasladándose sin muchos problemas de México, a Estados Unidos o a Europa. Cuarón realizó “Y tu mama también”, película referente del cine mexicano contemporáneo y luego, con uno o dos años de diferencia, “El prisionero de Azkaban” de la saga de Harry Potter. Queda claro sin embargo que a partir del momento, “Gravity” se convertirá en su referencia más importante.
Un tema más: varias notas de prensa han señalado que “Gravity” es la “primera película hecha para 3D”. Algo de eso hay; lo cierto es que el desenvolvimiento de los personajes en el espacio, sus idas y venidas, la hacen perfectamente compatible con dicha técnica, la que por cierto parece perfeccionarse a cada momento.
¿La “digitalización” y el desarrollo de la técnica, que hace tan solo unos poco años, permitieron una enorme democratización del audiovisual, podrán en este caso volver a elitizarlo, merced a las nuevas técnicas que por su costo solo pueden estar en manos de las grandes compañías?. Un paso más en la tendencia a la “expulsión” del cine “normal”, de las grandes multisalas, en las que ya solo parecen tener cabida los “Blockbusters” en sus múltiples versiones (2D, 3D, subtitulada, doblada, etc).