Opinion

DIVIDE Y GANARÁS EN PANDO, EN BENI NO
Tinku Verbal
Andrés Gómez Vela
Viernes, 6 Marzo, 2015 - 20:47

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Que el MAS haya dividido organizaciones, no sorprende; partidos, tampoco; indígenas, menos. Pero, que divida corazones es como para que el condenado y admirado Nicolás Maquiavelo se muera, esta vez, de envidia y los masistas se gradúen con honores en la materia “divide y ganarás”. La jugada que hizo en Pando entrega la política a los brazos del inexplicable amor y convierte al candidato opositor José Villavicencio en el objeto del odio.  

Luis Adolfo Flores, que cambió de color (de naranja a azul) ya en las anteriores elecciones, no era ni es un mal candidato del MAS a la gobernación de Pando, pero necesitaba de una persona que le ayude a hurtar votos de las filas antimasistas. No buscó un futbolista, tampoco un artista o una persona famosa, optó por la exesposa (Paola Terrazas) del candidato de la oposición y la postuló a Vicegobernadora. 

¿Me dejo entender? En una jugada de ajedrez, el MAS puso frente a su adversario político a quien fuera el amor de éste. Sí, a quien, por los años de convivencia, conoce los secretos de su ahora contrincante político.

Cuentan las buenas lenguas, afiladas en las redes sociales y en las esquinas de barrio, que la estrategia dividió los corazones de las familias de Villavicencio y Terrazas: las tres hijas apoyan a papá y dejaron sola a mamá.

¿Cómo convenció el MAS a Doña Paola para enfrentar a su exesposo en el terreno político? No sé.  Lo que sí sé, por las personas que cuentan en detalle los lados desconocidos de los hechos conocidos, es que la cálida y sencilla Paola está haciendo tambalear a quiénes habían dicho o jurado que nunca iban a votar por el MAS.

A diferencia de Ella, que seduce al electorado con buenos recuerdos, José Villavicencio, lo ahuyenta porque hoy pretende ser lo que no fue nunca hasta ayer: una persona popular.  Por ahora no aplica que después del amor venga el odio; sino, después del amor, vienen los votos, pero para Paola Terrazas, más que para el MAS.

Mientras se da por descontado el triunfo masista en Pando, en Beni, no navega sobre el mismo río del éxito. Su candidato a la Gobernación, Alex Ferrier, se dirige hacia el mismo destino de su antecesora, Jessica Jordan.

La situación confirma que el MAS padece déficit de mente y gente en esa región. Por ello recurrió a personas ajenas a cunas revolucionarias. Jordan viene de las pasarelas capitalistas y Ferrier de las juventudes del MNR.

Tras el pasado reciente, no se sabe si el MAS infiltró al MNR o el MNR al MAS

Beni es el único departamento donde no ganó hasta ahora el partido de Evo Morales. Y Ferrier flojea. Es poco probable que revierta la tendencia, si se toma en cuenta la elefantiana memoria beniana, que tiene presente a Ferrier saltando, rodeado de un halo de sospecha, de la candidatura suplente a la titularidad en las elecciones subnacionales 2010. Otro demérito, según diplomáticas voces benianas, es ser amigo del “enemigo” de la región, Juan Ramón Quintana.

La mala hora del MAS marcará, salvo un cambio abrupto, el seguro triunfo de la oposición, cuyos votos tienden a dividirse entre Ernesto Suárez (Demócratas) y Sandro Giordano (MNR). Las fuerzas del emenerrista están en Riberalta y Guayaramerín; y del demócrata, en Trinidad y otras poblaciones.

Hay un fantasma llamado Carmelo que juega sin estar en cancha. Las “gentes bien informadas” señalan que el riberalteño Lens era el candidato ideal porque arrastra el voto de la provincia Vaca Diez y, después de su gestión, seguro que también embolsillaba Trinidad. Una fuente muy cercana al MNR aseguró que Giordano iba a dar un paso al costado para embalar a su paisano Lens.

En filas masistas aspiran a una segunda vuelta entre Suárez y Ferrier. La sorpresa sería que la segunda ronda sea entre MNR y Demócratas, lo que obligará al MAS a elegir entre ambos. La corazonada amazónica intuye que los azules preferirían el color rosado.

Por lo visto, en Pando, detrás de un hombre, había una gran mujer; y en Beni, me quedo con Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.