Opinion

DANZA Y LIBERTAD: A Way to Harmony
Los otros caminos
Iván Castro Aruzamen
Miércoles, 31 Mayo, 2017 - 19:20

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Hace unos meses atrás conocí una hermosa mujer que ama dulcemente la danza. Es más lleva el baile en el cuerpo. La danza impregna su vida. Y aunque yo apenas fui una breve nota musical en el ritmo de su vida, no pude quedar ajeno a la danza y sus implicaciones en la vida de los seres humanos. Ya no está a mi lado, pero estos breves apuntes acerca de la danza y la libertad y la armonía –concepto que tomo de mi querido maestro, el teólogo indio, Michael Amaladoss–, van por esos senderos de la música, la danza y la vida.

No cabe duda, cuando miramos un video clip o nuestras fiestas del tipo que sean, pronto caemos en la cuenta, que la danza es una experiencia importante en la vida. Probablemente, desde los primeros tiempos de la humanidad, hombres y mujeres, se reunieron para danzar; esto era un modo de expresar su consciencia colectiva. Existe unanimidad entre los estudiosos de las sociedades primitivas, acerca de la danza como elemento fundamental de expresión de los anhelos del grupo y personales. Fue importante, la danza de la lluvia, la caza, la guerra, de la cosecha o de petición, que no eran sino expresiones de celebración de la vida. De ahí la ejecución de la danza para cada ocasión importante en la que la comunidad expresaba colectivamente su pertenencia a la tierra, y, finalmente, a la vida.

Acertadamente, Michael Amaladoss, escribió: «La danza incluye a la persona entera, cuerpo y espíritu, y a la comunidad. […] El grupo comparte no sólo movimientos comunes sino también significados y emociones comunes. La danza, por tanto, construye comunidad». Así, nuestras celebraciones como el matrimonio, el primer corte de pelo, el bautizo, los onomásticos e incluso la despedida a nuestros muertos, están acompañadas de baile y música, pero también de licor. Y ni siquiera imaginar, pues todos los actos religiosos de la religión popular no se pueden entender al margen de la danza.

Por esa razón, la danza involucra a toda la persona. Y como la danza involucra toda la expresión del cuerpo, esta dinámica con facilidad conduce a la integración y al éxtasis. Por ejemplo, en la tradición china y del Asia oriental, el movimiento del yin y del yang, simbolizan la danza del cosmos; y en la tradición india, Shiva danza durante todo el proceso cósmico, desde la creación hasta la disolución. Hasta las culturas prehispánicas recurrían a la danza para expresar su religiosidad. Las vírgenes del emperador inca, bailaban en las ceremonias más importantes.

Ernest Bloch, gustaba decir que había que pensar para trascender; esta idea la podemos aplicar a la danza; el ser humano danza para trascender. Así, el baile no es sino lo sublime del gozo y la libertad. Quien no tiene libertad, no solo es aquel que está recluido en una cárcel, también la violencia, el miedo, las preocupaciones, el totalitarismo, el Estado y su represión, sumen al individuo en la no libertad. Y quien está recluido por el motivo que sea, no es capaz de danzar. Por eso la danza es también sinónimo de libertad; la danza expresa el profundo gozo que emana del cuerpo y los sentimientos. Es común en nuestra habla diaria, decir de alguien que expresa gozo por medio del cuerpo: “Baila de alegría”. Bailar de este modo, no es otra cosa que la expresión de la libertad tanto interior como exterior. Pero, al mismo tiempo, la danza puede expresar tristeza y dolor.

Otro elemento importante que hace a la danza es la negación del objetivo. Es decir, la danza es una acción sin objetivo. Si bien todas nuestras acciones las realizamos para alcanzar una meta, un objetivo, un fin; pues, el baile no busca nada de eso. Quien baila no busca impresionar a nadie si en dicha actividad está presente la idea de camino hacia la armonía cósmica. Por eso, en última instancia, el baile tiende hacia la unidad con el cosmos, hacia la armonía. Amaladoss, considera el baile o la danza como un camino hacia la armonía. En este sentido, no podía haber escrito un libro tan preciso: The Dancing Cosmos. A Way to Harmony.

 

Iván Castro Aruzamen

 

Teólogo y filósofo