Opinion

ELECCIONES MUNICIPALES Y DEPARTAMENTALES, SOBRE LA CONVOCATORIA
La Comuna
Dino Palacios
Viernes, 14 Noviembre, 2014 - 11:45

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Finalmente el órgano electoral  publicó  la fecha de la realización de las elecciones en los gobiernos subnacionales.  Afortunadamente  volveremos a las urnas a finales de marzo.
Saludo esa decisión, pues eso quiere decir que los alcaldes transitorios,   que quedarán en el cargo sin respaldo del voto ciudadano  tendrán un mandato más corto del que preveían, que a pesar de todo aún será muy largo (casi medio año).Tarea que queda pendiente a resolver a futuro.

Lamentablemente la experiencia en la materia -tanto en municipios pequeños como grandes- es que alcaldes designados –incluso por días- cambian funcionarios, modifican organigramas e impulsan cualquier tipo de obras, muchas veces beneficiando algunos sectores sociales del municipio e ignorando a otros, y la mayor de las  veces por encima de planes anuales y estratégicos. Muchas veces amparados en la transitoriedad de su ejercicio, en su desconocimiento de la importancia de la institucionalidad en la gestión pública y desesperados por dejar cualquier huella a su paso.

Mi criterio al respecto, fue planteado con anterioridad, y era el de unificar las fechas electorales de las elecciones nacionales y de las elecciones subnacionales. Los argumentos para proponer una sola elección fueron:

Primero ampliar la base de participación

Las elecciones nacionales han movilizado en listas a  1472 candidatos de las 5 organizaciones que se presentaron para elegir finalmente a 168 ciudadanos que desde el mes de enero ejercerán funciones. Para las elecciones nacionales se eligió un presidente y  vicepresidente, 130 diputados y 36 senadores.

En el caso de las elecciones de los gobiernos subnacionales para las elecciones del 2010 se eligieron: 1831 concejales municipales; nueve gobernadores; 267 asambleístas departamentales, 337 alcaldes. Es decir en total se eligieron 2502 autoridades.

Las elecciones subnacionales de marzo de 2015 elegirán  nueve gobernadores; un vicegobernador en Pando; 272 asambleístas departamentales; ocho subgobernadores en el Beni; 19 corregidores en el Beni; 11 ejecutivos seccionales en Tarija; nueve asambleístas regionales del Chaco tarijeño; 339 alcaldes municipales; 1861 concejales municipales, es decir la pugna es por 2529 cargos. Seguramente las listas de candidatos  si asumiéramos cinco organizaciones que presentan candidatos en todos los espacios a nivel nacional, serán de más de 10 mil candidatos en competencia.

Si se hubieran unido ambas elecciones hubiéramos elegido  a 2697 servidores públicos; de ellos 168 serían autoridades provenientes de las elecciones nacionales  y 2529 de las elecciones subnacionales. En términos de candidaturas según nuestra proyección hubiéramos tenido 1472 candidatos en las nacionales y cerca a 10 mil candidatos en las subnacionales. Es decir un total de cerca 11 500 ciudadanos en competencia.

Segundo usar adecuadamente los recursos

Dos eventos eleccionarios suponen una multiplicación de costos. En lo que sigue hacemos referencia a los presupuestos asignados al órgano electoral para el efecto, pero en ningún caso incluyen el costo socio-económico de la movilización de miles de personas  “protagonistas” de eventos electorales de alcance nacional.

Algunos datos para ilustrar la situación:
El costo de las elecciones nacionales para la presidencia en el 2014 tuvo como presupuesto  210 millones, alrededor de 30 millones de $US, informaron  en prensa autoridades respectivas.
El  costo de las elecciones en el municipio de Punata en el 2012 fue de 200 mil Bs.
Tres millones 600 mil Bs fue lo que costaron las elecciones municipales para  alcaldes realizadas en Sucre, Quillacollo y Pazña en el 2012.
Las elecciones  de gobiernos subnacionales en 2010 tuvieron un presupuesto de 70, 2 millones de Bs.
Los recursos presupuestados para elecciones de gobiernos subnacionales de marzo de 2015 son de 140 millones de bolivianos.

Si asumimos los 210 millones de las elecciones nacionales mas los 140 millones presupuestados de las subnacionales, tenemos nada menos que la suma de 350 millones en ambas elecciones (alrededor de 50 millones de dólares). Sin lugar a dudas un solo evento electoral hubiera reducido significativamente ese monto.

Adicionalmente, se espera que en la gestión 2015-2020 finalmente se realicen los referendos de aprobación de estatutos autónomos  departamentales y de estatutos autónomos indígena originario campesinos; y los referendos de aprobación de las cartas orgánicas municipales. Consiguientemente dependiendo de los casos también se procederá a realizar los procesos eleccionarios ajustados a los nuevos documentos fundamentales. Esta movilización va a significar recursos financieros de las propias ETAs que se sumarán a los ya gastados en las elecciones nacionales y subnacionales.

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¿Por qué no se consideró la propuesta de una elección única nacional y de gobiernos sub nacionales?

Considero que la razón radica en  intereses de dirigentes políticos con mentalidad tradicional  de las diferentes organizaciones políticas existentes en el país, que buscan  preservarse de cualquier manera en el escenario del poder. Es decir la posibilidad de reciclarse, en una y en otra contienda electoral, es el principal argumento. Seguramente a eso se pueden señalar muchísimos otros argumentos más, como sus razonamientos  estratégicos de campañas electorales, etc.

En suma ingresamos a una nueva elección de gobiernos subnacionales, sin mayores cambios, sin avances de autonomías indígenas ni departamentales y en el marco de la tradicionalidad de la elección de los ciudadanos que dirigirán los gobiernos subnacionales. La democracia participativa directa e intercultural seguirá dormida hasta nuevo aviso.