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Se ha publicado la noticia de que las cebras iniciarán la venta de servicios como "animadoras" de fiestas infantiles. Considero esa decisión como un gran desatino.
Y me explico. No estoy en contra de la generación de ingresos por venta de servicios. No me opongo a que las cebras transiten y amplíen sus horizontes ingresando a los cumpleaños familiares, el tema es un asunto de prioridades en la política pública.
La militancia que he desarrollado en torno a la labor de las cebras está expresado entre otros en haber sistematizado la experiencia e incluirla en una lista de buenas prácticas en la gestión municipal, en un texto donde se exponen las más significativas y destacadas del país, junto a algunas buenas prácticas internacionales (AMB, Buenas Prácticas de la Gestión Municipal, 2012).
Que las cebras han llegado a Tarija y a Sucre, que estuvieron algún tiempo en El Alto y que fueron sustituidas por el ekusito (un personaje que representa al kusillo) bajo el mismo modelo; que alcaldías de México y de Alemania están interesadas en la experiencia, todos esos ejemplos son precisamente ejemplos de la significancia de esta iniciativa.
¿Cuál fue el secreto de las cebras?, en mi lectura su éxito radica en una forma no convencional -propositiva, en las calles, demostrativa, etc- de hacer educación ciudadana, esa es la naturaleza en mi criterio de "la oferta".
Se convierte en éxito además porque como "oferta", se asocia a la "demanda" es decir a una profunda indefensión ciudadana en las calles; me refiero a ciudadanos que son fagocitados por la selva de cemento a través de sus principales "fieras" que hoy son los transportistas, el irrespeto de todas las normas urbanas, policías invisibles, violencia extendida a todos los espacios, el abuso de los débiles, y un largo etcétera.
Las cebras se desenvuelven como animales en medio de esa selva que brindan confianza, amabilidad, y de rato en rato nos roban sonrisas devolviéndonos las esperanzas. La experiencia que fue generada como una iniciativa de educación ciudadana desarrollada por A. Mockus en Bogotá ha desarrollado y crecido en las calles paceñas, convirtiendo a las cebras hoy en personajes de la ciudad, sobre todo como educadoras viales. Luego se fueron a las aulas y se convirtieron en educadoras en escuelas y al parecer hoy se van a las fiestas de cumpleaños.
La desinstitucionalización y el desorden en la cual nos desenvolvemos en las calles, demanda a gritos el retorno de los educadores a las calles. Más aún cuando se están produciendo esfuerzos significativos en materia de movilidad urbana asociadas al reordenamiento vehicular y a mejoras en los sistemas de transporte, llámese Sariris, Puma Kataris o teleférico.
No dedicaría mi tiempo a escribir este texto sino creyera en la urgencia de que en las calles se introduzca nuevamente las cebras o los ekusitos, al final el nombre no importa.
Las cebras en las escuelas, está muy bien. Las cebras en los cumpleaños ya ni modo. Pero la urgencia son muchas más cebras en las calles.
Las cebras -reitero- se han convertido en uno de losprincipales personajes de la historia reciente delos paceños. Las cebras han estado presentes en la marcha por el TIPNIS, también estuvieron ayudando a los vecinos cuando se deslizó Kupini y parte de Chasquipampa. Las cebras han estado en inauguración de obras, en celebraciones del 16 de julio, con embajadores y con humildes ciudadanos. Mi clamor es que vuelvan a las calles.
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