Opinion

UNA CIUDAD SIN ROSTRO HUMANO
El Pendulo
Hernan Cabrera M.
Martes, 3 Noviembre, 2015 - 16:05

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Edgar Llanos, todos los días tiene que trasladarse del Plan 3.000 hasta el primer y segundo anillo a buscarse el pan de cada día. El se traslada en su silla de ruedas, que es prestada o alquilada. Es una persona con discapacidad, sus piernas ya no le responden, pero tiene que sobrevivir en esta ciudad del desorden, de la intolerancia, del caos, del cemento. No es el único caso, hay muchos de ellos y ellas que sufren lo que los planificadores y las autoridades no lo pensaron: idear y construir una ciudad con igualdad de derechos. Pensaron solo en los que tienen autos, motos, cuadratacks o camiones. Ni siquiera el peatón ha sido considerado, y eso se lo puede ver con claridad en el sistema del transporte, el mismo que ya está caduco, obsoleto y con muchos riesgos para la integridad y la vida de las personas.

Precisamente el tema es de importancia para la gente, y es tan sensible que en mi muro personal, coloqué un par de fotos de Edgar trasladándose por plena avenida La Barranca, exponiendo su vida y su integridad, y las reacciones no se hicieron esperar. Màs de 150 personas compartieron la publicación, y si ponemos un promedio de amistades de los que compartieron, de 3.000 amigos, sin duda, fácilmente más de 400.000 personas han podido leer u observar esta realidad, y que seguramente ellos y ellas quieren un cambio en el desarrollo de Santa Cruz de la Sierra, un desarrollo con rostro humano.

Pero fíjense ustedes la magnitud del Municipio de Santa Cruz de la Sierra, para el 2016 manejarà esta fabulosa cantidad de dinero: Bs 3.064.861.426. Seràn los expertos que deben desmenuzar el destino de esos recursos económicos, y qué prioridades se les está asignando. En el marco de los derechos humanos le haremos recuerdo a este rico y poderoso Gobierno Municipal de la realidad cotidiana de las poblaciones en situación de vulnerabilidad: niños, niñas, adolescentes; mujeres; personas adultas mayores y personas con discapacidad.

Sin duda, hay avances importantes, que se desprenden de la obligación que tienen los municipios de asumir acciones en pro de la niñez y adolescencia, como el desayuno escolar, las Defensorías de la Niñez, los SLIM, el seguro de salud contemplado en la Ley 475, el programa abuelito sano, y muchos otros. Pero esos avances se quedan cortos ante una serie de incumplimientos de las leyes y de negligencia de las autoridades municipales. Por ejemplo: la no reglamentación y el no cumplimiento de las rebajas en el sistema de transporte público para los ancianitos y para las personas con discapacidad, que además en muchas de las líneas de micros, trufis y colectivos hay una actitud discriminatoria porque no se les quiere levantar para llevarlos a su destino. No obstante que existe una ley municipal que establece la rebaja del 20%, los transportistas se resisten a cumplir y el Municipio poco o nada hace para ese cumplimiento.

Luego la otra realidad lacerante, que te golpea hasta el alma: la violencia sexual a niñas y adolescentes cuyas estadísticas oficiales se constituyen ya en una pandemia que nos debe provocar màs acciones y màs compromisos: cada día se cometen entre 4 a 6 hechos de violencia sexual contra niñas y adolescentes, y de la casi totalidad de estos  hechos, es el entorno familiar el responsable. Agregando a ello, la violencia contra la mujer. Cada año en Santa Cruz y sus provincias los hechos de violencia contra la mujer sobrepasan los 10.000 casos registrados en la FELCV y en las Defensorías de la Niñez, pero hay miles de otros casos que no se registran o no se denuncian. Estos dos temas son centrales para la ciudad del futuro o para los próximos años, porque una sociedad que es violenta, que transpira violencia no es sostenible.

Edgar es una de las víctimas de este Municipio que el 2016 tiene como presupuesto total màs de $us 437 millones al año, pero que el mismo es incapaz de construir aceras especiales para las personas con discapacidad, semáforos para los ciegos o adecuar sus edificios con ramplas o sistemas de acceso, tal como se pueden observar en edificios como en la Casa de la Cultura, en el la Secretaria de Planificación y Desarrollo, en el edificio central de la alcaldìa. En Santa Cruz de la Sierra el desarrollo no tiene rostro humano, no tiene rostro de las personas con discapacidad, no tiene rostro de niños, niñas, adolescentes violadas, ultrajadas, de mujeres violadas, de adultos mayores discriminados.

Y nos despedimos con algunas interrogantes: ¿Por qué es tan difícil priorizar el desarrollo humano de esta ciudad? ¿Qué otros intereses priman frente a la persona y sus problemas? ¿Cuánto de recursos económicos se destinarán para programas de prevención contra los delitos y prevención contra la violencia? ¿Qué prioridad tendrán los niños, niñas y adolescentes en el Municipio cruceño? ¿Tendrán voz, voto, presencia? ¿Qué cantidad de planes y medidas tienen pensado las autoridades municipales para combatir la violencia sexual, comercial, la trata y tráfico de personas? ¿Hay voluntad política y honesta de las autoridades para erradicar la violencia contra la mujer en todos los ámbitos?

¿Qué porcentaje de esa fabulosa cantidad del POA Municipal se destinarán para darle un rostro humano al desarrollo cruceño? ¿Es posible que con esos $us 437 millones se pueda construir y fortalecer una cultura de respeto de los derechos humanos en el cielo màs puro de Amèrica?