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Los casi 200 indígenas chuiquitanos que marcharon durante casi un mes desde sus comunidades hasta la Gobernación de Santa Cruz, agudizaron sus medidas y decidieron crucificarse en protesta por su exclusión del Estatuto Departamental de la región, según el reporte de radio Santa Cruz de la red ERBOL.
Los comunarios mantuvieron una vigilia en puertas de la Gobernación durante cinco días antes de asumir esta decisión. El cacique mayor de la Central Indígena Chiquitana de la provincia Germán Bush explicó que insistirán en hablar con el gobernador Rubén Costas, quien es la máxima autoridad del departamento y quien tiene la obligación de atender sus demandas.
“Es soberbio, nosotros lo hemos visto salir por la puerta de atrás, pero su vocero dice que está en San José. También sabemos que estaba de fiesta en San Miguel, entonces simplemente vemos que no le da la gana de atendernos (…) Ahora tenemos seis compañeros crucificados y así vamos a seguir si el Gobernador no se sensibiliza”, explicó.
En tanto, la presidenta de la Asamblea Legislativa Departamental, Katia Quiroga, recordó que envió una carta a la dirigencia chiquitana para sostener una reunión con ellos y lamentó que la misma no haya sido tomada en cuenta.
“Veo una actitud que no entiendo, los estamos esperando y no quieren venir a reunirse con el ente encargado de regular las leyes. Somos el organismo encargado para eso. Sabemos que esta movilización está promovida por el Movimiento Al Socialismo (MAS)”, aseguró.
Parava respondió a esta sindicación y afirmó que las demandas de los chiquitanos responden a la política de la democracia comunitaria y no así a la política partidaria de un frente político.
Mientras, la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) en Santa Cruz, María Inés Galvis, cuestionó la actitud de Costas, a quien llamó soberbio y mezquino por no aceptar reunirse con los manifestantes.
“Estoy viendo que Costas no tiene la facultad de decir que no los va a recibir, él debía recibirlos y no ser soberbios con los cruceños y no puede decir que va a mandar a alguien. No podemos ser tan soberbios, tan mezquinos”; aseveró.
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