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El Hogar del Adulto Mayor “María Esther Quevedo” acoge a 39 ancianos, 20 de ellos son varones y 19 mujeres, además atiende a un total de 28 personas consideradas como comensales, informó el viernes la administradora de este centro, Jenny Zárate.
Este albergue acoge a una de las ancianitas más longevas de Bolivia, doña Alicia Tobar viuda de Bermúdez, de 110 años de edad. Entre los varones el de mayor edad en este hogar, es don Jacinto Álvarez, de 95 años, nació cuando doña Alicia ya cumpliá sus 15 años.
Zárate recordó que antes este hogar era exclusivamente para ancianitas y recién en los últimos años también acoge a varones y que incluso ahora son más.
En este hogar sólo son admitidos los ancianos o ancianitas que están desamparados, abandonados, “es como el hogar de acogida para los niños el de acogida a los adultos mayores”, dijo.
“Las internaciones no lo hacemos de forma directa nosotros; sino que, se hace mediante la Plataforma del Adulto Mayor de la Alcaldía Municipal, es la que realiza un estudio psicosocial, de allí de deriva al Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), donde previo nueva revisión psicosocial, observando si tienen o no familia, en qué situación de riesgo se encuentran, se procede a su internación”, remarcó Zárate.
Aclaró que muchas veces algunos ancianitos o ancianitas para quienes se solicita su internación, resulta que tienen hijos, propiedades y “nosotros por norma no podemos acoger a esa población, porque tienen recursos y condiciones para no llegar a un hogar acogida”.
Los adultos mayores de nuestra población en el Hogar Quevedo, no tiene hijos y si bien han tenido, fueron abandonados o abandonadas, por general han salido fuera del país. Definitivamente están solos, puntualizó.
Aseguró que los cobijados en este hogar, tienen un buen trato en la alimentación, manifestando que “felizmente hay suficiente”. Tenemos cinco comidas al día: en la mañana se sirve el desayuno a las 8:00, a las 10:00 un refrigerio, al medio día el almuerzo, en la tarde el té, finalmente está la cena a las 17:30.
“Tenemos que considerar las distancia de tiempo entre comida y comida porque no podemos darles seguidas, debemos tener mucho cuidado. Tampoco podemos darle la cena muy tarde”, aclaró.
Agregó que en cuanto a la ropa de cama que es otorgado por Sedeges, “es suficiente, al igual que los pañales especiales” que requieren los ancianitos.
Pudimos observar que hay atención de peluquería, al respecto la administradora explicó que para la atención de peluquería cuentan con el apoyo de otras instituciones, en ese momento del colegio Don Bosco y que en otras oportunidades cooperan del Liceo Técnico La Paz.
Añadió que además de la ayuda con la peluquería, cuentan con el apoyo de médicos, especialmente jóvenes y de algunas especialidades, quienes a demás de las atenciones gratuitas, nos traen medicamentos específicos, como pomadas por ejemplo.
“Como nuestra población es adulta mayor, naturalmente que tienen muchas dolencias, como el reumatismo, artritis y otro de tipo comunes en esta edad y por tanto requieren más ayuda”, sostuvo.
Respecto a la asignación económica para cada anciano, aclaró que “nosotros no manejamos ningún presupuesto, eso directamente lo maneja la Dirección General de Gestión Social, que presupuesta para los 14 hogares que tenemos en La Paz”.
Precisó que “todos los alimentos y materiales requeridos, son entregados directamente por el Sedeges, como lo hacen con las otras poblaciones de acogida”,
Respecto al personal que trabaja en el Hogar Quevedo, cuenta con un equipo multidisciplinario que comprende: una trabajadora social, un médico, una enfermera, dos educadoras, una ecónoma, dos cocineras y una lavandera.
Admite que no es suficiente ese personal “algunos ancianitos ya actúan como niños, es muy delicado trabajar con ellos, pero también es hermoso”. Las personas que estamos acá como funcionarios, estamos con vocación para atenderlos a ellos. Ojala podríamos tener algunas educaras más, son muy necesarias, agregó.
“Pese a que somos profesionales en distintas áreas, nos multiplicamos para atenderlos, no sólo es papeleo, también lo ayudamos para ir a los baños y en otras situaciones”.
El Hogar del Adulto Mayor, María Esther Quevedo, está junto a una de las calles de mayor atracción turística en La Paz, la calle Jaen, al final de calle Indaburu.
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