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China está cruzando un nuevo umbral: el país está invirtiendo más en otros mercados que en sí mismo con el fin de manejar su superávit y consolidar su poder económico. El gigante asiático invirtió unos US$870.000 millones fuera de su territorio en los últimos 10 años, según un estudio realizado por Heritage Foundation. Y América Latina no es la excepción, pues en la región ha inyectado US$96.240 millones en la última década, informó La República.
Sin embargo, Colombia y Bolivia están al final de la tabla, pues aún no reciben ni la mitad de los montos destinados a Brasil y Venezuela, a donde han llegado US$31.400 millones y US$17.500 millones.
Para David Barriga, presidente de Asia B Consulting, este fenómeno se da porque en los planes de crecimiento chino, la región cuenta con una ubicación estratégica y es gran productora de materias primas . “En ese sentido, Brasil y Venezuela se vuelven muy relevantes para China”. La cifras confirman lo anterior. El país más grande de Latinoamérica recibió una inyección de capital para explotación de metales por US$4.400 millones, y US$21.500 millones para proyectos de energía.
Por su parte, el mayor productor de petróleo de la región ha recibido de China US$8.800 millones para transporte y US$6.000 millones para proyectos de energía.
José Guillermo García, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, comentó que Venezuela es uno de los países más atractivos para Pekín “porque le puede garantizar la producción y comercio de petróleo”.
El tercero en la lista es Perú, que ha recibido en los últimos diez años alrededor de US$16.500 millones, especialmente en sectores como metales y energía. Argentina, por su parte, ha recibido de este gigante US$2.600 millones para transporte y US$8.800 para energía. Ecuador es el quinto país de la región con mayor inversión china. Al vecino colombiano le ha sido destinado un total de US$9.500 millones, principalmente en los sectores de metales y energía.
Chile es el sexto en la lista con US$4.000 millones inyectados por Pekín para el desarrollo de distintos proyectos, dentro de los que sobresalen los sectores de metales y energía, con US$2.500 millones y US$1.600 millones, respectivamente.
¿Qué pasa con Colombia y Bolivia?
Mientras que Colombia ha recibido un total de US$1.700 millones de inversión china (exclusivamente para el desarrollo de proyectos de energía), Bolivia ha obtenido tan solo US$840 millones, principalmente para el desarrollo de tecnología y transporte, ambos sectores con montos de US$300 millones.
Para Barriga, la explicación está en que estos países no cuentan con políticas comerciales que resulten tan atractivas para China como las que tiene Brasil y Venezuela. Otro de los motivos que encontró el presidente de Asia B Consulting es que la oferta exportable, al menos en el caso colombiano, no le es interesante al gigante asiático.
García estuvo de acuerdo y aseguró que China puede encontrar los productos con excedentes para exportaciones en otros países más cercanos, con precios más competitivos y con mayor facilidad de acceso. “Lo que Colombia está enfocada en exportar no es nada interesante para China. El café, por ejemplo, lo puede encontrar en Vietnam; los aceites, en Indonesia”. De hecho, este es el cuarto destino de la inversión china con un monto de US$30.700 millones.
“Por otra pare, algunos países del Cono Sur, Brasil y Venezuela pueden ofrecerle bienes agrícolas y petróleo”, añadió García.
Sin embargo, a Colombia le puede resultar beneficiosa la alianza que existe entre China y la región, “ya que si crecen las exportaciones de los otros países de latinoamericanos, estos mercados se fortalecen y se vuelven más dinámicos, y Colombia podría aprovecharse de esa mejora de oportunidades”, comentó García.
El decano de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, añadió que la posición geográfica de Colombia es lo más interesante para China, y ahí radica su interés para que el oleoducto venezolano cruce por Colombia: por la facilidad en su llegada al Pacífico.
Diana Sánchez, directora de la Cámara de Comercio Colombo-China, explicó que el escenario puede cambiar, aumentando las relaciones del país con el segundo líder económico mundial. Según Sánchez, la visita de la canciller María Ángela Holguín a China podría hacer que el interés del sector privado aumente. Agregó que en 2015 se cumplen 35 años de relaciones diplomáticas, “así que seguro será un buen momento para las inversiones”. Sánchez resaltó que los sectores de infraestructura, tecnología y automotor serían los más movidos.
China busca con esta estrategia posicionarse como la primera potencia económica. García comentó que si el país sigue creciendo a 7% anual, para 2020 podría lograr dicho cometido.
Barriga difiere y aseguró que Pekín no está cerca de tomar la corona de la “primera potencia hegemónica”.
Por su parte, Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien señaló que la expansión china comenzaría a disminuir progresivamente en los próximos cuatro años.
EE.UU. y Australia, con los mayores montos inyectados
Estados Unidos es el principal socio comercial de China. Este país ha recibido un total de US$71.900 millones en la última década, donde se resaltan montos de US$20.400 millones para el desarrollo de servicios financieros y US$16.600 millones para energía. El segundo es Australia, al que ha destinado alrededor de US$61.300 millones. El tercero es Canadá, con US$39.400; y el último es Indonesia, con una inyección de capital de US$30.700 millones. En estos destacan los sectores de metales y energía. (Tomado de La República de Colombia)
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