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Las reformas educativas en muchos países, especialmente en América del sur, están fallando, pero en Bolivia parece estar ocurriendo lo contrario. Los maestros y las autoridades están celebrando excelentes logros académicos —
97% de nuestros estudiantes en Santa Cruz tienen notas de aprobación Según el gobierno, el porcentaje de estudiantes reprobados en la presente gestión es 20%. Ellos dicen que es un gran logro — no lo es.
Un investigador de la Universidad de Buckingham, Alan Smithers, dice: "Es un fracaso entender la naturaleza humana confiar en la evaluación del profesor."
Los resultados proporcionados por la Dirección Departamental de Educación (DDE) engañan al público. Ellos no tienen ningún valor para las universidades, así que tienen que establecer sus propios exámenes para ver el verdadero potencial del candidato. "En Santa Cruz el 90% de los candidatos no están bien preparados para la universidad", según las autoridades.
Si esos asombrosos resultados de las evaluaciones internas (preguntas escritas por los profesores) no son confiables, entonces se necesita un cambio — no podemos continuar así para siempre. Creo que ha llegado el momento de establecer un examen externo basado en estándares (preguntas escritas por otros profesores y expertos fuera del aula) para restaurar la confianza del público.
El público está molesto. Los estudiantes, hace semanas, estaban protestando vigorosamente acerca de la deficiente calidad de educación — admiro la valentia de los jóvenes . Los padres estan preocupados por el rendimiento de los estudiantes en 2014 y estiman que el 30% a nivel nacional no consiguio aprobar el curso.
Los exámenes externos permiten a los gobiernos vigilar mejor la educación y los resultados de las escuelas; son útiles para que padres tomen decisiones. Ellos son más justos que las pruebas internas, y no hay posibilidad de parcialidad; los exámenes externos no sólo ayudan a superar los prejuicios — mejoran activamente la igualdad. Tambien nos permiten identificar excelentes profesores, escuelas de alto rendimiento, y los factores que generan su éxito. La mayoría de los países miembros de la OCDE, varios en América del Sur, han introducido exámenes externos estandarizados ya que proporcionan una motivación adicional para los profesores y directores para mejorar los resultados educativos de sus alumnos.
Después de establecer un examen externo basado en estándares, el siguiente paso correcto a tomar es comparar nuestros estudiantes con sus pares de todo el mundo. El Sr Andreas Schleider, Director del Programa de la OCDE’s Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos, dice que en un mundo globalizado las comparaciones con otros países son clave y ello aplica tanto en la educación como en la economía.
Nuestros países vecinos piensan que es muy importante saber qué tan bien están preparados sus estudiantes para una economía global, y es por eso que Chile, Uruguay, Brasil, Argentina, Colombia, Perú y Ecuador, por primera vez, serán evaluados por PISA en el año 2015.
"La educación de hoy es su economía mañana", dice Andreas Schleicher. Creo que sería una experiencia fantástica tomar parte en "la Copa del Mundo para la educación". ¿Qué está esperando nuestro gobierno?
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Unreliable exam results
Education Reforms in many countries, especially in South America, are failing, but in Bolivia the opposite seems to be happening. Teachers and authorities are celebrating excellent academic achievements — 97% of our students in Santa Cruz got pass marks. According to government, the percentage of students who didn’t get a pass grade in the present year is 20%. They say it’s a great achievement — it is not.
A researcher at Buckingham University, Alan Smithers, says: “It is a failure to understand human nature to rely on teacher assessment.”
The results provided by the Department of education (DDE) mislead the public. They are worthless for universities, so they have to set up their own exams to see the real potential of the candidate. “In Santa Cruz 90% of the candidates are not well prepared for university,” according to authorities.
If those astonishing results from internal assessments (questions written by teachers) are not reliable, then change is needed — we cannot carry on in this way forever. I believe the time has come to set up a standards-based external examination (questions written for other teachers and experts outside the classroom) to restore public confidence.
The public is sick and tired. Students, weeks ago, were up in arms about the poor quality of education – I admire their bravery. Parents are worried about the students’ performance in 2014 and estimate that 30% nationwide didn’t get pass marks.
External tests allow governments to better monitor the education and outcome of the schools; they are helpful to parents to make decisions. They are fairer than internal tests, and there’s no opportunity for bias; external tests don’t just help us to overcome prejudice — they actively advance equality. They also enable us to identify high-performing schools, excellent teachers and the factors that generate their success. Most OECD member countries, several in South America, have introduced standards-based external examinations because they provide additional motivation for teachers and head teachers to improve the education results of their students.
After setting up a standard-based external examination, the right next step to take is to compare our students with their peers across the world. Mr Andreas Schleider, Director of the OECD’s Programme for International Student Assessment, says that in a globalized world the key comparisons are with other countries — and this is true for education as much as economics.
Our neighbour countries think that it is very important to know how well their students are prepared for a global economy, and is for that reason that Chile, Uruguay, Brazil, Argentina, Colombia, Peru and Ecuador, for the first time, will be assessed by PISA in 2015.
"Your education today is your economy tomorrow," says Andreas Schleicher. I believe that it would be a fantastic experience to take part in “the World Cup for education”. What is our government waiting for?
By Cesar Ayala
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