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El gobernante MAS tiene definida la estrategia para incluir la reelección indefinida en la apenas estrenada Constitución Política del Estado (CPE). Si en las elecciones de octubre no logra 2/3, es casi seguro que promoverá la reforma de la CPE hasta diciembre con lo que tiene hoy. Si logra repetir 2/3, se dará, probablemente, un respiro de un año antes de incluir la figura. Y si pierde las elecciones, pues, nada, se supone que se retirará bajo las banderas democráticas.
En la nueva CPE, que apenas tiene cinco años, el artículo 168 señala: “El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”. Presumo que será modificada la última parte en los siguientes términos: “…y pueden ser reelectas y reelectos indefinidamente”. Este texto luego debe ser sometido a referéndum aprobatorio.
La norma vigente ya fue violada por el actual gobierno en complicidad con el Tribunal Constitucional presidido por Rudy Flores para habilitar a una segunda postulación a Evo Morales, que, en aplicación del artículo 410 de la misma CPE, no deja de ser un candidato inconstitucional.
¿Cuál el argumento de los masistas para incluir la reelección indefinida? “El pueblo ama a Evo y el pueblo debe decidir si se va o se queda”.
Antes de hablar del pueblo, veamos por qué los Estados serios y desarrollados le pusieron límites al periodo de gobierno:
- Porque evita el nacimiento de una “nobleza gobernante”, que luego termina en una monarquía que engatusa al pueblo, inventando mitos o fabricando falacias para blindar el “derecho de sangre”, lo que deriva en cargos hereditarios y la exclusión de otros mejores aspirantes a gobernar el país.
- Porque impide el crecimiento de una oligarquía, que se desarrolla bajo la sombra de los poderosos, se enraíza y enraíza a sus familiares hasta convertirse en grupos parasitarios que viven del Estado, adjudicándose obras, vendiéndole servicios, organizando eventos con dinero público.
- Porque garantiza la transparencia del poder, generando espacios de control social reales desde un nuevo gobierno, que rompe a la oligarquía que tejió una red para “fiscalizarse entre los beneficiarios del régimen” y dar la sensación de que rinde cuentas ante “el Pueblo”, conformado sólo por grupos gubernamentales; el resto está bloqueado a cualquier acceso a la información.
- Porque frena la violación del derecho a la información y la libertad de expresión de la sociedad. Los mandatarios vitalicios lo primero que hacen es controlar la mayor cantidad posible de medios de comunicación para controlar la opinión pública porque saben que un pueblo sin información es fácil de engañar; después se preocupan por uniformar el pensamiento y acabar con el pluralismo, motor de los cambios históricos desde el mismísimo origen del ser humano.
- Porque rompe el control total de los poderes del Estado (electoral, judicial, legislativo), estructurado con gente incapaz y servil al gobernante vitalicio, cuyo único fin ya sólo es reproducirse en el poder sin importar con quién (exadversarios o exenemigos) para favorecer a sus oligarquías.
- Finalmente, como me dijo el señor Franklin Cañaviri en una breve tertulia cerca al Mercado Yungas de La Paz porque “cuando se quedan mucho tiempo en el gobierno ya se creen dueños del país y quieren hacer lo que les da la gana; fíjese nomás con las hijas de Hugo Chávez, que no quieren irse de la residencia presidencial de Venezuela o Fidel Castro, que ha dejado su cargo a su hermano”.
¿Cómo el Pueblo puede decidir acertadamente en estas condiciones? Además, para este tipo de gobiernos el pueblo es el porcentaje que lo apoya, el resto está conformado por enemigos.
Y lo peor, casi generalmente se van después de haber acabado con el futuro del país, como Chávez en Venezuela y Castro en Cuba.
Si hubiera existido reelección indefinida en la anterior Constitución llamada neoliberal, no hubiera existido el actual gobierno.
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