Opinion

HAY COSAS QUE NO CAMBIARÁN, OTRAS SÍ
Tinku Verbal
Andrés Gómez Vela
Sábado, 14 Junio, 2014 - 17:58

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Sea quien sea el próximo presidente, después de las elecciones del 12 de Octubre, hay cosas que no cambiarán en el país. ¿Cuáles?

La economía.- Seguirá la bonanza mientas se mantengan los precios de las materias primas en el mercado internacional. Si cayeran,, así siga el actual gobierno la crisis será sentida. Los malos y buenos momentos económicos no distinguen partidos, han favorecido o se han comido por igual izquierdistas y derechistas, comunistas y capitalistas. Por ahora, la fortuna nos acompaña. 

La nacionalización.-  ¿Imaginan al próximo gobierno privatizando YPFB o ENTEL? No duraría ni un mes en el mando. En este momento, hasta el más novato sabe que las empresas estratégicas aportan al pan de cada día y ha costado vidas y millones de dólares recuperarlas. Es más, la corriente internacional dejó atrás las privatizaciones. 

Nunca más Bolivia sin indígenas.- Los pueblos indígenas llegaron a las instancias de decisión para quedarse, no se irán más. Sin ellos es inexplicable Bolivia, como debió ser siempre. Sólo un orate retrocedería décadas.

Los bonos.- El Juancito Pinto, Juana Azurduy de Padilla no desaparecerán pronto, aunque mantenerlos durante muchos años sería admitir que la bonanza económica no sirvió para sacar a la gente de la pobreza. Los bonos, pagados por primera vez en Bolivia por uno gobierno de derecha, desaparecerán poco a poco. 

Pero no todo quedará petrificado. Es probable que en el próximo periodo cambien algunas cosas, pero en este caso depende mucho de quién gobierne. ¿Qué puede cambiar?

Mejor economía.- No soy experto en economía, pero una cosa es la bonanza y otra la administración de ella. En ese sentido, es casi seguro que el próximo gobierno se esforzará por liberar al país de la economía primaria y fomentará la iniciativa privada legal con el fin de crear empleos reales para redistribuir la riqueza vía sueldos dignos y no de sobrevivencia.

No despilfarro.- Si el próximo gobierno es austero, gastará menos en cosas banales, lujos de nuevos ricos, ostentaciones o construcciones innecesarias. Priorizará la salud, la educación, en definitiva, la vida. 

No oligarquías.- Si el próximo gobierno no tiene compromisos con grupos corporativos o empresariales, se cortarán privilegios a nuevas oligarquías para superar el compadrazgo de encubrimiento y complicidad practicado desde tiempos neoliberales para amasar fortunas desde la ilegalidad.

Democracia cualificada.- Si hay un gobierno con más horizonte democrático, entenderá que la democracia no sólo es redistribución de riqueza, sino también de poder para evitar su acumulación en un solo partido y una sola persona y terminar pariendo un déspota. 

Institucionalidad.- Si hay un gobierno con sentido real de que el Estado somos todos, entregará los cargos públicos a las personas más capaces. Dejará la improvisación o la militancia partidista para garantizar el derecho de las personas al buen servicio estatal.

Mejor Justicia.- Nunca antes había estado tan mal la justicia. Si hay un gobierno sin deseos de reproducirse en el poder y perseguir a los que piensan diferente, revolucionará los tribunales con las personas más justas (no con abogados militantes) para vencer la inflación legal con leyes que no se aplican.

Libertad de expresión.- Si el próximo gobierno fuera de mente abierta, fomentará las ideas y voces contrarias a su ideología y no las ahogará vetando publicidad estatal a medios independientes y descalificando periodistas, para armar un monopolio de medios gubernamentales y grupos de choque de propagandistas.   

Respeto a la Constitución.- Si el siguiente mandatario asume que en democracia la Constitución es un límite a su poder, garantizará la alternancia en la administración del Estado y no la violará las veces que quiera.

Como ven algunas cosas no cambiarán, pero otras puede que sí. El deseo por cristalizar estas últimas definirá el voto de los indecisos y puede cambiar el de aquellos que ya habían decidido su apoyo a algún partido.