Incertidumbre

Por Marcelo De la Cruz

La selección genera incertidumbre. Podría decir que genera bronca, pero es muy duro; podría decir que genera ilusión y el iluso soy yo.

Dos partidos de prueba ante dos rivales directos en las eliminatorias:

Lo de Ecuador fue chocarse con la realidad de la rapidez de cómo anda el fútbol en el mundo. Ese día poco pudieron hacer los habilidosos como Ramiro Vaca o Gabriel Villamil, los llamados a generar mejor desempeño en la Verde. Adelante la falta de gol es casi como una hambruna que no termina, pero lo peor esta atrás. Entramos dormidos y parecería que cobramos un gol abajo desde el pitazo inicial.

Con Colombia la misma novela. Dormidos de entrada, un gol abajo, cambiaron algunos personajes y la defensa siguió lenta como moda boliviana. Los segundos tiempos son mejores, pero hay que darse cuenta que los rivales también ya regulan el resultado. Nos cuesta llegar y hacer diferencia, con los cafetaleros se vio la versión del “yo también sé pelear” con el incidente de Menacho y la patada artera de Cuellar después; yo sé que eso no le suma, pero por lo menos algo de sangre en la cara se mostró.

El que quiera saber cómo vamos a la Copa tiene que entender que respuestas claras no hay, la actitud no se negocia, pero es complicado cuando no hay nada que negociar ante rivales mucho más fuertes. Zago es responsable, pero no de todo, hay cosas que son básicas de escuela que no las tenemos y que de la noche a la mañana no van a cambiar. Por ahí al brasileño se le reprocha por qué borró a Adalid Terrazas, debe tener sus razones, pero no hay explicación ante la necesidad.

¿Algo positivo? … Nada. Bueno tal vez el hecho de jugar y darnos cuenta en que andamos mal, pero es muy pobre como para responderle a la afición que también se acostumbró a perder.