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Vecinos y familias damnificadas por el desastre ocurrido el pasado martes en los límites entre las zonas centro y sur del municipio de La Paz, expresaron su tristeza, inquietudes y hasta desesperación debido a las consecuencias del deslizamiento y sus secuelas.
“Nos hemos traumado cuando hemos visto entrarse la casa de mi hermano”, relata una señora cuya familia sufrió el siniestro, que causó del desplome de al menos 68 viviendas.
“Se están hundiendo todas las casas, vente, me llamó mi esposo”, así cuenta otra mujer sobre cómo se enteró de la tragedia.
Tras los sucesos la angustia no se detiene para muchas personas.
“Había estado tirada en la avenida mi mama enferma”, cuenta una señora que tuvo que auxiliar a su madre llevándola a un hospital.
Los afectados siguen shock por el momento devastador del deslizamiento, pero su preocupación continúa, puesto que deben afrontar diferentes dificultades en el esfuerzo cobijar a sus familias y recuperar algo de lo perdido.
Una de las vecinas relata que la ayuda fue desorganizada y hasta el momento no encuentra sus pertenencias. “No sabemos donde están nuestras cosas”, expresa.
La tragedia alcanzó también al presidente de la zona, Porfirio Mollericona, quien se quedó “sin nada”, según dijo acongojada su hermana.
Una damnificada pide más ayuda. “Necesitamos carpas, colchones, no tenemos”, lamenta.
Señala que sus sobrinos no están estudiando porque deben ayudar a sus padres en medio de la tragedia.
“Estábamos aquí abajo correteando y no nos han dado una carpa, recién ayer nos han dado. Ni un vaso de agua, cuando reclamé solo nos trajeron agua y plátano”, dice otra víctima que afirma haber perdido familiares en la tragedia.
“He sacado lo que he podido. Están mis animalitos enterrados, chanchos, conejos”, refiere afligida otra mujer.
Según el municipio, alrededor de 180 familias fueron afectadas, de las cuales más de 120 están en campamentos.
Revilla pide paciencia
Mientras tanto, el alcalde Luis Revilla inspeccionó los campamentos donde se encuentran temporalmente albergadas gran parte de las víctimas.
La autoridad municipal escuchó las demandas de algunos de los damnificados y pidió paciencia a los vecinos que pedían duchas y baños.
Cuando el alcalde manifestó a los afectados que se quedarían aproximadamente un mes en el campamento, éstos no ocultaron su molestia y pidieron agilizar las gestiones.
El Ejecutivo explicó que en el caso de las víctimas que tenían documentos el Gobierno Municipal llevará un proceso de expropiación para ayudarles y en el caso de los damnificados que no tenían papeles se tiene que establecer un Plan de Vivienda.
“Tenemos que sentarnos a coordinar, buscar soluciones definitivas”, dijo en relación a los acercamientos con el Gobierno nacional.
“Lo importante ahora es que todos tengan una solución”, concluyó el alcalde.
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