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Era uno de los hombres más poderosos de China. Ahora, Ling Jihua, antigua mano derecha del expresidente Hu Jintao, encara un juicio en el Tribunal Intermedio de Tianjin (a unos 200 kilómetros de Pekín) por cargos de corrupción, abuso de poder y obtención ilegal de secretos de Estado en “circunstancias extraordinariamente graves”.
Ling, de 59 años, había sido director de la Oficina General del Partido Comunista, uno de los mayores centros del poder en China como el organismo encargado de los nombramientos del Estado. Proveniente, como el propio Hu o el actual primer ministro chino, Li Keqiang, de la Liga de Jóvenes Comunistas —uno de los principales viveros de dirigentes en el país— había seguido una carrera meteórica de la mano del ahora expresidente. Hasta 2012 se le auguraba un puesto en el principal órgano de poder del Partido, el Comité Permanente, de solo siete miembros, donde hubiera sido el encargado de mantener el legado de su protector.
Pero aquel año un escabroso accidente de tráfico selló su destino. Su hijo, Ling Gu, murió al estrellar el Ferrari que conducía a toda velocidad contra un puente del segundo anillo de circunvalación en Pekín a altas horas de la noche. Le acompañaban dos jóvenes desnudas. Una de ellas murió de camino al hospital; la otra, meses después hospitalizada y cuando parecía que se recuperaría.
Ling intentó encubrir, sin éxito, aquel accidente de su hijo que revelaba los peores excesos de los erdaifu (los pequeños príncipes rojos), criados toda su vida en el privilegio y destinados a heredar el control sobre el país que mantienen sus padres. Aquel incidente, según las autoridades chinas, “perjudicó gravemente la imagen del Partido” comunista.
El anuncio de será juzgado coincide con lo que parece ser una campaña de presión contra la Liga de la Juventud Comunista, la base de poder del expresidente Hu, del propio Ling, y también del propio primer ministro actual, Li Keqiang. Una presión y una limpieza similares a las acometidas en otros poderosos sectores del partido comunista, como el Ejército, con la defenestración de su exjefe de Estado mayor Xu Caihou, o el petrolero, otrora dominado por Zhou Yongkang.
Tras una investigación por parte de la Comisión Central para la Inspección de la Disciplina —el órgano policial del Partido Comunista— en la que la Liga ha sido criticada por ser “aristocrática”, el presupuesto de esta organización se ha recortado a menos de la mitad. Su Universidad tampoco podrá captar a nuevos estudiantes para grados de licenciatura, solo de máster o doctorado, en un aparente intento de reducir sus bases.
El antiguo número dos no tardó en caer en la campaña contra la corrupción que lanzó el presidente chino, Xi Jinping, a su llegada al poder también en 2012. Ling perdió su cargo al frente de la Oficina Central en septiembre de 2012, lo que le inhabilitaba para aspirar a grandes nombramientos. En diciembre de 2014 se anunció la apertura de una investigación contra él. Su hermano Ling Zhengze también se encuentra aparentemente bajo investigación, mientras que un tercer hermano, Ling Wangcheng, logró marcharse a EEUU el año pasado y Pekín intenta lograr su extradición. Según el Financial Times y el Washington Free Beacon, Wangcheng ha entregado secretos de Estado chinos a las autoridades estadounidenses.
Hasta ahora no se ha anunciado fecha para su juicio, aunque los analistas consideran muy probable que en cualquier caso se celebre a puerta cerrada. Ya ocurrió así el año pasado en el juicio de otro de los grandes altos cargos caídos en la campaña anticorrupción, el exjefe de los servicios secretos y de la policía Zhou Yongkang. “Una confesión de culpabilidad y nada de juicio abierto. En tanto que las acusaciones aluden a secretos de Estado, será así”, opina el historiador del Partido Comunista Zhang Lifan. “Nunca sabremos qué secretos obtuvo o si los filtró”.
Según el historiador Zhang, el momento del anuncio de la presentación de cargos no es casualidad. “Creo que están probablemente usando este caso para distraer la atención de los papeles de Panamá”, en los que aparecen nombrados numerosos familiares de altos cargos, incluido el propio presidente Xi Jinping.
tomada de: elpais
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