Un indígena nasa es el mejor rector de Colombia

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Por primera vez en sus 15 años de existencia, la Fundación Compartir entregó la víspera el reconocimiento al mejor rector del país. El galardón se lo llevó el indígena nasa Aníbal Bubú Ramos, del Instituto Departamental de Educación Básica Indígena Comunitaria (Idebic), de Floridablanca (Valle del Cauca).

La docente de danzas Sandra Cecilia Suárez García, de la Institución Educativa Magdalena Ortega de Nariño, en Bogotá, fue escogida como la Gran Maestra, en una ceremonia que tuvo lugar en el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez.

Como maestros ilustres fueron premiados los educadores Zeidy Piedad Calixto, de la institución educativa Simón Bolívar de Soracá (Boyacá); Nancy Stella Ceballos Garcés, de la Institución Educativa Municipal Obonuco de Pasto (Nariño) y Óscar Gilberto Vesga Pérez, de la Institución Educativa La Palma en Gámbita (Santander).

Los otros rectores finalistas fueron Henry David Romero, rector del Liceo Campo David, en Bogotá, y Ruth Graciela Cerro, rectora del colegio Fe y Alegría Las Gaviotas, en Cartagena.

Sus alumnos también aprenden saberes del mundo occidental

Su apuesta de responder a las necesidades y realidades culturales de las comunidades indígenas desde el aula de clase, formándolos en su idiosincrasia pero también en los saberes del mundo occidental, le mereció a Aníbal Bubú Ramos, de la etnia nasa, el reconocimiento de Gran Rector.

El directivo, de 43 años, licenciado en Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín, dirige desde hace 10 años el Idebic, institución oficial rural con 59 sedes en 18 municipios del Valle del Cauca con presencia de comunidades indígenas.

Su proyecto, denominado ‘Educando en la diversidad’, parte de la complejidad de educar a niños indígenas de la etnia nasa y de la etnia embera chamí en sus respectivas costumbres y cosmovisiones.

“Vamos juntos pero no revueltos”, dice el rector. Por eso, el colegio cuenta con 87 docentes indígenas de ambas etnias. En total son 1.866 alumnos.

“Me hice bachiller a los 28 años y me propuse crear un colegio que respondiera a las realidades culturales de los indígenas. Elaboramos un proyecto educativo comunitario donde todos lo administramos, pues la educación se maneja y evalúa entre todos”, agrega.

El colegio, además, tiene un enfoque agroambiental y cultural, pues los pueblos indígenas son de vocación agrícola y tienen un estrecha relación con la naturaleza.

También, forma a los estudiantes en artesanía, música y danza indígenas, y en el fortalecimiento de su lengua.

En los últimos cinco años, el Idebic ha estado entre las mejores instituciones públicas del departamento, en categorías alta y superior, y ha tenido cerca de 15 alumnos entre los mejores estudiantes de todo el país.

Con la danza sana a sus estudiantes

A través de la danza, la docente Sandra Cecilia Suárez, de la Institución Educativa Magdalena Ortega de Nariño, busca que sus estudiantes expresen sus gustos, temores, debilidades y fortalezas.

Con el baile logra que las alumnas cuenten qué pasa en su interior, pues algunas de ellas son víctimas de maltrato, desplazamiento y abuso en sus hogares.

“Puedo entender su forma de ser y actuar con la danza y, al hacerlo, identifico el camino que debo seguir para transmitirles diferentes conocimientos.

El objetivo es hacerlas mejores seres humanos con la danza y así mejorar su calidad de vida”, expresa la docente, de 39 años, quien lleva once como educadora en el área artística del Magdalena Ortega. A la docencia lleva dedicada 24 años.

Afirma que con la danza ha logrado que sus estudiantes se den cuenta de lo valiosas que son y aprendan a quererse a sí mismas.

Varias de sus pupilas, además de vivir en contextos sociales complejos, presentan algún tipo de discapacidad cognitiva o dificultad psicomotora. 

No busca perfección en los movimientos, solo que sus alumnas lo den todo cuando bailan y liberen su espíritu. Así ha logrado reducir la violencia escolar.

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