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El Gobierno de Perú está a punto de aprobar la expansión del enormemente polémico proyecto de gas de Camisea en la tierra de pueblos indígenas aislados y no contactados, haciendo caso omiso de la reciente recomendación de la ONU para que se lleven acabo primeramente “extensos estudios” sobre las amenazas que suponen para los indígenas vulnerables.
El Ministerio de Cultura de Perú ha aprobado un plan para expandir el proyecto gasístico Camisea, valorado en 1.600 millones de dólares y que lideran la petrolera argentina Pluspetrol, la estadounidense Hunt Oil y la española Repsol, una vez que se cumplan tres condiciones menores, desatando los temores de una expansión inminente.
Cualquier contacto con los trabajadores de gas podría introducir enfermedades mortales entre los indígenas no contactados. Cuando Shell llevó a cabo exploraciones iniciales en el área durante la década de los años 80, la mitad de la tribu nahua resultó aniquilada como consecuencia de ese primer contacto con foráneos.
El plan de expansión incluye la detonación de miles de cargas explosivas y la perforación de pozos de exploración con maquinaria pesada, y conlleva la participación de cientos de trabajadores en la región. Esto tendría lugar dentro de la Reserva Nahua-Nanti para indígenas aislados y no contactados.
El Relator Especial de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, James Anaya, visitó la región el mes pasado y advirtió: “el Gobierno y la empresa deben de actuar con la máxima cautela y no proceder con la propuesta ampliación sin asegurar previamente y de manera conclusiva la no vulneración de sus derechos humanos (de las tribus)”.
Asimismo, Anaya recomendó que el Gobierno lleve a cabo “un estudio exhaustivo (…) acerca de la presencia y las condiciones de los pueblos o agrupaciones indígenas no contactados”.
Pero a pesar de varias visitas a la zona, el Ministerio de Cultura peruano, encargado de la protección de los pueblos indígenas del país, no ha llevado a cabo los estudios necesarios sobre el impacto de la expansión de Camisea en las tribus no contactadas, y al menos tres ministros han dimitido como protesta por los planes de ampliación.
Survival International ha exigido que se detenga cualquier trabajo de hidrocarburos en tierra de pueblos indígenas aislados y los simpatizantes de la organización han enviado más de 130.000 mensajes al presidente peruano Ollanta Humala con este fin.
“El plan de expansión de Camisea sienta un escalofriante precedente”, explica Stephen Corry, director de Survival International. “Si se permite al mayor proyecto gasístico de Perú operar en medio de una reserva para pueblos indígenas aislados, las leyes que el Gobierno ha puesto en marcha para proteger a sus pueblos indígenas quedan completamente carentes de sentido. ¿Por qué tanta prisa en menoscabar los recursos del país a costa de vidas indígenas? ¿Acaso no ha aprendido Perú nada sobre la sangrienta y triste historia del contacto?”. (Survival.es)
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