Sol de Pando: fiebre de oro recrudece en Pando
Durante los meses de febrero y marzo del pasado año, con el fin de debilitar la movilización de organizaciones indígenas en rechazo al proyecto caminero que atraviesa el área protegida del Tipnis, el presidente Morales suscribió varios acuerdos con centrales como la Cipoap y la Cirabo que representan a los pueblos originarios del norte amazónico en Pando y Beni. Dichos convenios estipulaban —entre ofertas que se repiten insulsamente desde hace siete años— la recurrente oferta gubernamental de proceder a la Consulta Previa e incluir en el pago de regalías por la explotación aurífera a las comunidades indígenas que habitan áreas amazónicas donde abunda el mineral, hace conocer Sol de Pando.
“Todo fue un engaño como siempre” —dice Adolfo Chávez, el líder de la Cidob que criticó el carácter divisionista de aquellos compromisos firmados por el Presidente—. “La situación no cambió en absoluto, los ríos y bosques de nuestros pueblos siguen siendo contaminados e invadidos por mineros ilegales y cooperativistas que vienen de otros lugares para saquear nuestro oro”. Para el líder de la Cidob, los convenios de febrero y marzo fueron una “maniobra” para cooptar y dividir al movimiento indígena.
Un mes después de la firma de aquellos convenios, el 20 de abril del 2012 Sol de Pando digital publicó un reportaje advirtiendo que la “fiebre del oro” desatada con la aplicación de una Ley que centraliza la comercialización del metal para incrementar las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia, afectaba la vida del bosque amazónico y la salud de los pueblos originarios en el territorio multiétnico de la provincia Madre de Dios de Pando, limítrofe con la provincia Vaca Diez del Beni, zona dominada por la estatal Empresa Boliviana del Oro (EBO).
La TCO Multiétnico II de cavineños, esse ejjas y tacanas que conforman alrededor de 34 comunidades indígenas, abarca una superficie de 480 hectáreas a orillas del río Madre de Dios, donde empresarios mineros explotan yacimientos fluviales mediante el despliegue de ruidosas dragas que amalgaman el mineral con el uso contaminante de mercurio.
Otra zona importante de explotación aurífera en Pando se encuentra en la provincia Federico Román, colindante con Cachuela Esperanza, en afluentes de los ríos Orthon y Madera donde se hallan los famosos yacimientos de Araras.
El 18 de abril del 2012 la dirección de Sol de Pando solicitó al Ministro de la Presidencia información que dicha autoridad dispone, de manera casi exclusiva, sobre la administración de los yacimientos auríferos en el norte amazónico, incluyendo concesiones otorgadas en San Simón a favor de empresarios y cooperativistas. Ha transcurrido más de un año de aquella solicitud displicentemente ignorada por el Ministro, quien, de facto, perfila la censura implícita en la proyectada Ley de Acceso a la Información que cierra toda posibilidad de conocer públicamente la realidad de negocios “estratégicos” como la explotación de oro.
Cuando el oro pierde su brillo
Aunque se afirma que es una caída coyuntural, el mercado del oro está pasando por uno de sus peores períodos de los últimos treinta años. En abril pasado, el precioso metal llegó a cotizarse en $us 1.325 la onza troy en la Bolsa de Metales de Londres, un 31% por debajo de su máximo de $us 1.921 (casi dos mil dólares) de septiembre del 2011. La caída más dramática, sin precedentes, se produjo en octubre del 2008 cuando la onza troy llegó a cotizarse a sólo $us 682.
En Bolivia —donde el Gobierno se ha propuesto incrementar las Reservas Internacionales Netas en el Banco Central intensificando la explotación aurífera, especialmente en el norte amazónico del país— esta caída del precio internacional del oro podría romper esa osada estrategia, ahuyentando inversiones.