Se profundiza el conflicto entre indígenas y Ottawa
El conflicto entre indígenas y el Gobierno canadiense se profundizó la víspera con el aumento de las manifestaciones en todo el país en solidaridad con la líder indígena Terence Spence que lleva 21 días en huelga de hambre.
Spence emitió un comunicado en el que advirtió que las tribus indígenas de Canadá "están unidas" contra el Gobierno y que lucharan contra los cambios que las autoridades canadienses quieren introducir a las leyes que gobiernan las comunidades indígenas.
Spence, jefa de la pequeña comunidad indígena de Attawapiskat que en diciembre del año pasado atrajo la atención mundial al conocerse que muchas de sus viviendas eran chabolas sin ventanas o aislamiento cuando las temperaturas eran de 30 grados bajo cero, solicitó reunirse con el primer ministro canadiense, Stephen Harper.
Pero Harper, líder del Partido Conservador, se niega a reunirse con Spence quien en protesta se declaró en huelga de hambre el pasado 11 de diciembre, instalada en una tienda tradicional ("teepee") en una isla del río Ottawa, frente al Parlamento canadiense.
Spence, y otros líderes indígenas canadienses, quieren discutir con Harper la situación de sus comunidades, que en muchos casos sufren condiciones de vida propias de los países más pobres del planeta, y la retirada del proyecto de ley C-45 que viola los tratados que regulan las relaciones de los indígenas con Canadá.
Spence también ha solicitado reunirse con el Gobernador General de Canadá, David Johnston, quien ejerce como Jefe de Estado en representación de la reina Isabel II de Inglaterra. Johnston, como Harper, se ha negado a encontrarse con la líder indígena.
De momento, Harper sólo ha aceptado que su ministro de Asuntos Indígenas, John Duncan, se reúna con Spence pero ésta ha rechazado la propuesta por entender que el diálogo tiene que ser entre los jefes de Gobierno de Canadá y las naciones indígenas.
A través de un comunicado Spence recordó que sus antepasados "llegaron a acuerdos con la corona británica para permitir a los súbditos de la reina vivir en nuestros territorios" y que "el acceso a nuestra tierras depende del cumplimiento de las promesas hechas en las negociaciones del tratado".
Spence dijo hoy que "cambiar unilateralmente las condiciones del tratado no es legal. El fracaso de la Corona en acatar las condiciones del tratado debe tener consecuencias".
La huelga de hambre de Spence ha generado una oleada de solidaridad en todo el país entre los indígenas canadienses, agrupados bajo el movimiento "Se acabó el no hacer nada", que está provocando manifestaciones diarias y cortes de carreteras y líneas férreas.
El último incidente se produjo a última hora del domingo cuando la principal línea férrea entre Toronto, Ottawa y Montreal fue bloqueada por manifestantes indígenas.
La protesta atrapó a unos 2.500 pasajeros que viajaban en 12 trenes, dijo la compañía ferroviaria Vía Rail que añadió a través de un comunicado que el servicio volvió hoy a la normalidad tras la finalización de la protesta.
También hoy, el jefe Raymond Robinson, líder de una tribu de la provincia de Manitoba, y que está en huelga de hambre desde el 12 de diciembre, viajará a Ottawa para continuar su protesta junto a Spence.
El lunes Spence se reunió con varios políticos de la oposición socialdemócrata y liberal pero los partidarios de la jefa indígena advirtieron de que su salud se está debilitando rápidamente.
El sábado Spence también se reunió con el antiguo primer ministro conservador Joe Clark quien tras el encuentro emitió un comunicado en el que advirtió de que "las relaciones entre Canadá y las Primeras Naciones (como se denominan en Canadá a los grupos indígenas) se dirigen en una dirección peligrosa".
Hoy, "Se acabó el no hacer nada" ha convocado manifestaciones del tipo "flash mob" (reuniones espontáneas en lugares públicos) en varias ciudades canadienses, incluida Toronto."Se acabó el no hacer nada" utiliza Twitter y Facebook para informar a sus seguidores de cuándo y dónde reunirse poco antes del inicio de las protestas.