UNFPA: debemos meditar la lucha contra el colonialismo
En Bolivia cada 27 de mayo se recuerda el Día de la Madre, en homenaje a la heroica gesta de 1812 de las mujeres cochabambinas en el cerro de la Coronilla, Cochabamba, quienes jugaron un rol fundamental en la defensa y reivindicación de los derechos del pueblo boliviano, señala el manifiesto del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Destaca que esta fecha emblemática debe ayudarnos a reflexionar sobre las luchas de las mujeres contra el colonialismo, a favor de los derechos, la equidad, pero también la autodeterminación sobre sus cuerpos y sus vidas. La maternidad debiera ser una opción a darse en condiciones libres de presión social o violencia, contando con toda la información sobre salud y derechos sexuales y reproductivos y con acceso a servicios de salud con calidad y pertinencia cultural, asegurando el bienestar y calidad de vida de las mujeres antes, mientras y después del parto.
Sin embargo, para muchas mujeres la maternidad es un riesgo para su salud y su vida: en el país mueren aproximadamente 2 mujeres por día por complicaciones durante el embarazo, parto y post parto, con grandes brechas entre el campo y la ciudad, pues las mujeres que habitan en el área rural, en su mayoría indígenas, tienen cuatro veces más probabilidades de morir por causas relacionadas al embarazo que las mujeres que viven en las ciudades.
Agrega que otras mujeres desean tener 2 hijos/as para poder brindarles su tiempo, cuidados, ternura, educación y todo aquello que cada niño y niña tiene derecho. La realidad nos muestra que en el país las mujeres tienen casi el doble de hijos que los deseados, como consecuencia de la presión social, la falta de información sobre salud sexual y reproductiva y las limitaciones que enfrentan al momento de acceder a métodos anticonceptivos y programas de planificación familiar.
La maternidad es particularmente crítica para las mujeres adolescentes: cerca de un 18% de adolescentes entre 15 a 19 años ya son madres o están embarazadas, el 74% de estos embarazos no fueron planificados y muy posiblemente cambien sus vidas, limitando sus opciones educativas, laborales y reproduciendo la pobreza, ya que una de cada 3 adolescentes más pobres son madres o se encuentran embarazadas, frente a 1 de cada 10 adolescentes de familias adineradas.
Según un estudio del Ministerio de Salud y Deportes realizado en 4 maternidades del país, entre el 7 y el 17% de los embarazos en adolescentes menores de 15 años ocurren en contextos de violencia sexual, donde las niñas son víctimas de un sistema patriarcal que usa sus cuerpos, doblega sus sueños y las enfrenta a una realidad no deseada en soledad.
Asimismo, los preconceptos y estereotipos que se han perpetuado generación tras generación colocan en las espaldas de las mujeres todas las responsabilidades del hogar y de la educación de sus hijos e hijas, eximiendo a los hombres de su responsabilidad frente a su paternidad.