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Hoy la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), a través del Departamento de Bienestar Social, la División de Becas Académicas y Almacén Central, realizó la entrega de un saldo de productos alimenticios a hogares e institutos de personas con discapacidad.
El remanente de panetones y galletas es parte de la adquisición de alrededor de 4.400 unidades para los presentes navideños que la UMSA entrega a los estudiantes Auxiliares de Docencia. Cada año se presenta un excedente promedio del 15 al 25% porque no todos los estudiantes recogen este regalo.
Nace la idea de ayudar
Willy Moya Juaniquina, jefe de Almacén Central de la Casa Superior de Estudios y principal promotor de este acto solidario explicó el proceso de donación y el origen de la iniciativa.
“Todas las gestiones se compran panetones y galletas para el aguinaldo a los Auxiliares de Docencia de la UMSA y de aquello no recogen todos y hay un sobrante que destinamos a los hogares de personas con discapacidad, especialmente a los que están ubicados en la zona de Obrajes como el instituto de Rehabilitación Infantil (IRI), Instituto de Adaptación Infantil (IDAI) y el hogar de sordos Erick Boulter; también llevamos al hogar Quevedo, a Remar y al hogar Villegas”, explicó Moya.
Agregó que, de acuerdo a la cantidad de productos disponibles, se hace una división equitativa para lograr cubrir la mayor parte de centros, logrando en algunas gestiones pasadas superar los 8 o 9. La actividad se realiza desde hace 11 años atrás como un aporte que la UMSA hace a esta población en situación de vulnerabilidad.
“La iniciativa nació el 2004, porque yo había sido parte de la organización de las “Olimpiadas Especiales”, como Secretario de la Confederación Boliviana de Personas con Discapacidad, trabaja en el área de retardo mental; entonces en una gestión vi que sobraron los panetones en el Sindicato de Trabajadores y en la Federación Docente de la UMSA y dijimos ¿qué podemos hacer con esto? luego recordé a esas personas necesitadas y partir de ello hemos empezado a llevar especialmente al área de discapacidad”, relató el administrativo.
Julia y José festejan con un abrazo la entrega
Es una tarde soleada en el Instituto Departamental de Adaptación Infantil (IDAI), Julia y José se encuentran felices en el jardín porque de repente ven acercarse por el garaje la camioneta de la UMSA. Ellos no entienden muchas cosas pero si saben que cada año el conocido escudo rojo y azul pintado en el costado de aquel auto es sinónimo de que aún hay alguien que los recuerda y les trae la dulzura de unas galletas.
Al descargar las coloridas cajas, los dos se abrazan y posan contentos para una foto más del recuerdo, la primera toma se hizo por primera hace 11 años atrás. El pediatra del IDAI, Dr. Roberto Velazco expresó su agradecimiento.
“Agradecemos a la UMSA por alegrar a nuestros internos, niñas, niños, jóvenes con este donativo la ayuda se repartirá entre más de 60 menores con discapacidad mental, motora y fono auditiva; esto es una forma de hacerles sentir apreciados y que hay gente que se interesa por ellos”, dijo el galeno.
La sonrisa de las niñas del Hogar Carlos de Villegas
La camioneta de la UMSA se parqueó en la Av. 20 de Octubre a la puerta del Hogar Villegas e inmediatamente la hermana Rosario, directora del centro, salía a recibirlos. Su sonrisa dejaba ver todo el agradecimiento por la visita que, esta vez, traía galletas y panetones para sus 80 niñas. Cinco de ellas, con las caritas llenas de contento, se daban a la tarea de bajar la donación del vehículo y de trasladarlas hacia su propio almacén. Posteriormente la directora se refirió a la forma de distribuir la dádiva.
“Algunas veces lo ponemos al horno y sale tostadito y les damos con chocolate como desayuno, muy rico, de cada panetón, según la cantidad de niñas sacamos porciones iguales”. Sin embargo la hermana Rosario lamentó que cada vez les llegan menos donativos. “Nosotras notamos cada año menos solidaridad, antes mandábamos nuestras cartas y nos obsequiaban de varias empresas, este año fue poco”.
El alegre agradecimiento de REMAR
Alexander Mena es co-pastor de la Iglesia Cuerpo de Cristo, REMAR y su amplia sonrisa, los ojos brillantes no dejan simular su alegría. Alexander está ilusionado con la ayuda que se llevará para distribuir entre las más de 150 personas entre mujeres, hombres y niños que acoge su institución.
“Gracias a Dios que podemos contar con esta gran ayuda para los hogares que nosotros tenemos que son para mujeres y niños abandonados y personas en rehabilitación y de verdad que es una gran ayuda que la UMSA nos da hace más de cinco años; son seis casas que tenemos en La Paz y conforme llega la donación se reparte equitativamente, según la necesidad de cada casa pero nuestra prioridad son los niños, muchas gracias y que Dios bendiga siempre a la UMSA”, expresó el voluntario.
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