Lema: perviven las expresiones patriarcales en Sucre
Las mujeres parlamentarias, asambleístas y concejalas en la ciudad de Sucre se desempeñan en medio de relaciones patriarcales con expresiones de discriminación de género y violencia política. ((Hay) una violencia más sutil pero persistente”, según la investigadora Ana María Lema.
El libro de “Expresiones patriarcales en la participación política de las mujeres en Sucre”, de la historiadora Ana María Lema, refleja la problemática de las representantes políticas en la capital del Estado.
Lema toma en cuenta a las mujeres parlamentarias, las asambleístas departamentales de Chuquisaca y las concejalas municipales de Sucre, en todos los casos elegidas por voto por la población. “Lo que queda claro –dice Lema– es que, aterrizando en el diario vivir de las mujeres políticas…, es que, salvo una o dos, ellas en el ejercicio de sus funciones están bastante lejos de poder poner en práctica lo que reclaman las diferentes corrientes feministas en el país. Hay un divorcio entre el discurso y la práctica porque no son las mismas personas las que emiten un discurso y las que después tienen que tomar decisiones a nivel político” ¿Existe diferencia entre la discriminación en la institución estatal o la organización política? La autora explica que las actitudes patriarcales caen sobre las mujeres de distintas maneras, por ejemplo las representantes urbanas y/o con formación académica y las mujeres del área rural inmersas en organizaciones sociales viven la violencia en formas diferentes. Las segundas son más discriminadas que las primeras porque “los sindicatos son un vivero de discriminación y de violencia bastante fuerte”, lo que hace que para algunas mujeres no sea “chocante” ese tipo de trato, informa PIEB.
Agrega que el ejercicio de autoridad, el discurso de la incapacidad de las mujeres, el relegamiento de las suplentes a favor de sus titulares son algunas de las expresiones patriarcales identificadas en el trabajo. A pesar de ese contexto, en las entrevistas con mujeres representantes y con varones autoridades se manifestó una conciencia acerca de la vigencia de leyes en contra la violencia política, lo que de alguna manera ha frenado esas actitudes negativas. El cambio paulatino, y se prevé que sea un proceso de largo aliento.
“Yo pregunté a estas mujeres –explica Lema-- si ellas sentían que representaban a otras mujeres. En general la respuesta era que no, que ellas eran más políticas que mujeres, por tanto el tema de ser agredida por ser mujer es algo que las perturba, pero tienen que atender tantas otras cosas que finalmente borran la cabeza y siguen trabajando”. Las mujeres no apelan a su electorado para defenderse, no exponen la violencia política como denuncia, aunque sí han utilizado las nuevas normativas para denunciar las agresiones, indica.