Pablo Fernández insta a poner fin la violencia contra la niñez

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Amigo de la Infancia
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El Amigo de la Infancia de UNICEF Bolivia, Pablo Fernández, levanta su voz en apoyo a la iniciativa mundial de UNICEF para eliminar la violencia contra los niñas, niños y adolescentes.

 

Pablo Fernández participa de un video de servicio público producido para llamar la atención sobre la naturaleza oculta de la violencia contra la niñez y adolescencia, e invita a las personas a denunciarla. Pablo sigue el mismo guion que originalmente fue producido por la Sede de UNICEF en Nueva York y fue protagonizado por el Embajador de Buena Voluntad, Liam Nesson.  El video, adaptado al contexto boliviano, muestra al espectador una serie de escenas que representan cómo se ejerce violencia contra los niños, niñas y adolescentes y permanece invisible a nuestros ojos.

 

“Aquí una adolescente de 15 años ha sido violada”, cuenta mientras se muestra una escena de un lugar abandonado en la ciudad. “Un maestro golpeó a un niño por replicarle en clase, mientras los demás alumnos observaban”, dice mientras se exhiben escenas de un aula. “Una mujer dio una bofetada a su hijo pequeño por romper un vaso”, relata mientras se muestran imágenes del comedor de una casa.  “Esta niña duerme en las calles porque su familia la echó de casa” y, finalmente,  “aquí el acoso por internet empujó al límite a un adolescente”, expresa al transcurrir imágenes de la calle y un dormitorio, respectivamente.

 

“No sólo porque no podemos ver la violencia contra los niños, niñas y adolescentes no significa que no exista”, dice Pablo. “Ayúdenos a conseguir que la violencia contra los niños desaparezca”.

 

Cotidianamente, la violencia física, emocional y sexual contra los niños, niñas y adolescentes no se ve, no se escucha y no se denuncia, no se reconoce como tal”, dijo hoy UNICEF al presentar el video  que insta a todos y todas, o sea, padres, madres, maestros, médicos, enfermeras, a los ciudadanos, a los legisladores y al Gobierno, a hablar con más fuerza para combatir la violencia contra los niños,  niñas, y adolescentes.

 

Violencia en el hogar

 

El estudio “Violencia contra la niñez en Bolivia” (UNICEF - INE 2007), establece que el lugar donde se ejerce más violencia contra la niñez y la adolescencia es el hogar. La violencia está presente en casi todos los hogares bolivianos, sin importar su condición social, económica o cultural; son muy pocos los hogares que no sufren algún tipo de violencia intrafamiliar.  En el 83% de los hogares los hijos e hijas son castigados por alguna persona adulta. Dicho de otro modo, sólo en un 17% de los hogares la niñez no sufre castigos.

 

La edad de la madre es determinante para el maltrato de niños y niñas en el hogar. El tramo entre 30 y 39 años es donde más casos se registró de maltrato hacia los hijos (90%); mientras que las madres adolescentes (15 – 19 años) son las que menos ejercen la violencia en el hogar.

 

No existen diferencias marcadas entre área urbana y rural. En las dos áreas los niños, niñas y adolescentes son víctimas de violencia. En hogares donde el padre y la madre poseen mayores niveles de escolaridad, la violencia contra la infancia, niñez y adolescencia es menor.

 

Violencia en la escuela

 

El equipo de Género, Generacional y Justicia Social de la Unidad de Políticas Intraculturales, Interculturales y Plurilingüismo del Ministerio de Educación realizó un diagnóstico sobre la violencia en la escuela en 1.500 unidades educativas.  El diagnóstico muestra que “tanto estudiantes de secundaria, personal administrativo, directores, directoras, maestros y maestras del subsistema de educación regular han señalado que las estudiantes mujeres son las que sufren mayor violencia en las unidades educativas y en todos los casos se ha identificado al estudiante varón como el principal agente violento, seguido de los maestros varones”.

 

“El principal agente de violencia es el varón, vale decir el estudiante varón encabezando, seguido por el maestro varón, el padre de familia, el director, el regente y el portero”, señala el diagnóstico. Por ello afirma  que “para trabajar en la garantía de una vida libre de violencia para las mujeres, el principal y mayor trabajo debe realizarse con los hombres”.

 

De acuerdo al mismo diagnóstico, el 57,40% de los entrevistados señalan que la violencia se presenta como riñas, insultos, ofensas, apodos, bromas groseras y otras formas más subjetivas (difíciles de detectar y probar); las peleas, golpes y cocachos se presentan en menor proporción (29,10%).

 

Asimismo, recomienda la prevención de la violencia entre pares, porque en el nivel de educación inicial y primaria todavía se asocia este problema con el hecho de molestar (14%), pegar o golpear (14,2%), insultar (8,7%), hacer renegar (11,7%), no hacer tareas (9,7%), contestar (7,7%), hablar malas palabras (9,9%) y jugar en el curso (12,7%).

 

Violencia sexual

 

Entre 2005 y 2012, los casos de agresión sexual a menores —violación, estupro y abuso deshonesto— denunciados ante la Policía subieron de 1.076 a 3.602 (235%), según informe del  Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana (ONSC) dependiente del Ministerio de Gobierno.

 

Sólo los registros de violación aumentaron de 777 en el 2005 a 2.386 en el 2012, lo que representa un incremento de 207%. Es decir de dos casos denunciados por día, se elevaron a seis casos diarios. En el primer trimestre de este año, la Policía atendió 825 casos de estos tres tipos de delitos, de los cuales  531 fueron violación.

 

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