- 5773 lecturas
Ana María Polo viene impartiendo Justicia en la pantalla desde hace 16 años. La conductora de "Caso cerrado" comenzó con un ciclo parecido que se llamaba "Sala de parejas".
Además del golpear el martillo, la abogada que nació en Cuba y se radicó con su familia en los Estados Unidos, es todo una artista y lo demuestra cantando la cortina de su propio ciclo. "Compuse el tema en el 2006, la letra y la música. Entonces: ¿por qué no lo iba a cantar? Siempre le digo al público que los seres humanos debemos ser más polifacéticos, más versátiles como lo eran en la época de Leonardo Da Vinci. Hoy en día nos especializamos tanto que a veces dejamos de hacer todo lo demás", explica desde Miami, vía telefónica.
"Cuando era pequeña quería ser una gran actriz y cantante, sentía que ese era mi llamado total. Pero mi madre decía: 'Olvídate de la actuación, no es una carrera segura y hay que ser seguro en la vida'. Entonces fui a mi segunda pasión: la Justicia. Me dediqué a estudiar Derecho, practiqué durante muchísimos años, como 15 o 16, hasta que un día me tocaron a la puerta y me propusieron hacer Sala de parejas, como se llamaba el programa en sus principios", asegura.
Desde sus comienzos en la tele, hasta la tecnología avanzó mucho y el mundo cambió, pero Polo afirma que los abogados siguen trabajando de la misma manera. "Estoy haciendo en televisión mucho de lo que hacia en mi practica privada y, lo que yo hago en el programa, aún se sigue haciendo en todos los juzgados. Trato de combinar un poco de mediación, un poco de compromiso entre los litigantes y, en muchos casos, cuando veo que la postura es adversa, tomo la decisión en base a lo que se presenta".
Al ver el ciclo surgen muchas dudas sobre la veracidad de las problemáticas que se plantean y si los litigantes son actores o no, pero a Ana María no le tiembla la voz para aclararlo : "Siempre me he mantenido separada de la producción para mantener la magia. Porque parte de la magia es cómo yo indago, pregunto y cómo se desarrolla el tema. Hay casos que son cien por ciento reales, en el sentido de que los litigantes son las personas afectadas por el problema. Los temas son todos reales aunque hay casos que están dramatizados por personas que no son actores sino que vivieron experiencias parecidas o que las están pasando en el momento. Hay veces que no se puede obligar al contrario a presentarse entonces buscamos personas que puedan llenar esa situación, pero yo nunca sé cuál es cuál", asegura.
"Si no son verdaderos, los casos son basados en hechos reales. Para mí el valor está en la lección, en la moraleja, no en quién lo sufre. He visto casos que me han parecidos farsas, fabricados y los he desestimado", agrega.
“No iría a la TV a resolver un problema. Absolutamente no. Primero trato de no tener problemas. A veces son inevitables, pero cuando los tengo intento resolverlos de una manera rápida. Yo pienso que la Justicia, para que sea efectiva, tiene que ser rápida y tiene que curar la herida”.
Fuente: Clarín
- 5773 lecturas