Manchester se acerca al título
Como si la Premier no estuviera en juego. O como si ganarla no estuviera costando apenas nada. El Manchester United ofreció una de las imágenes más apáticas de la temporada, pero se manejó para superar al Reading (1-0) y asestar un golpe que puede ser definitivo para el campeonato inglés.
De entrada Sir Alex Ferguson borró del césped todo lo que trajera recuerdos del frenético choque de ida que puso en tantos apuros a su equipo. Dejó en el banquillo a Rafael, humillado en el Madejski por McAnuff, y evitó dar ritmo al partido. Apenas hubo contras, escapadas por la banda, sorpresas... porque el balón no corrió en Old Trafford. El United dominó al tran-tran, lejos de cualquier imprevisto, y ganó con un solitario tanto de Wayne Rooney.
El gol del internacional inglés llegó por el mismo camino que casi todas las ocasiones de la primera parte para el Manchester. Un tiro lejano que, a diferencia del resto, contó con la complicidad de un defensa para batir a Stuart Taylor. El 10 recibió en la frontal de Rio Ferdinand y soltó un derechazo que, previo rebote, terminó en la escuadra del Reading. Efectivo y sin adornos, el United dejaba empaquetado el partido a los 20 minutos.
Los 'royals' dieron sobradas razones para justificar su penúltima posición en la clasificación y, desde luego, pocos signos de recuperación bajo el nuevo mando –y parece que provisional– de Eamonn Dolan. Pocas señales de vida, más allá de un disparo lejano de Robson-Kanu que sacó filo a la escuadra de David de Gea. Incluso tuvieron el balón al comienzo de la segunda parte, pero sin campo para correr no supieron qué hacer con él.
El United centró sus esfuerzos en impedir que el partido descarrilara y ni siquiera la intensa lluvia que cayó sobre Manchester quitó el regusto espeso al partido. Menos aún con la entrada de Michael Carrick en el centro del campo. Su inclusión permitió a Ryan Giggs descolgarse a tiempo completo en la banda, donde siguió invirtiendo sus esfuerzos en maquillar lo que sus compañeros tomaron como un día más en la oficina.
La nueva posición del extremo galés, junto con la entrada de Kagawa, revivió al Manchester y propició las primeras apariciones de un discreto Robin van Persie. El holandés dispuso de dos ocasiones, que sumadas a las protagonizadas por Giggs y Rooney recluyeron al Reading en su campo para vivir los minutos finales. Pocos vieron su tijera a la media vuelta, pues para entonces Old Trafford había empezado a vaciarse.
Después de todo no importa el brillo, sino los tres puntos que dejan al Manchester United un paso más cerca del título de Premier League. 15 son ya los puntos que le separan del City y, con el derbi a dos semanas vista, todo hace pensar que este año no se repetirá el desenlace dramático de la última temporada. Aunque en marzo, el campeonato inglés se tiñe de rojo diablo. (Tomado de Olé)