El fútbol vs mesas y trabajos de brujería
Kurt Reintsch, presidente de The Strongest, puso todo el énfasis del que era capaz para subrayar la frase: “ Lo maldigo hasta su quinta generación, que me hagan daño a mí, no a la institución”, dijo y los presentes, la mayoría periodistas, mostraron un gesto de asombro.
El titular del Tigre hacía referencia de esa manera a una mesa descubierta en las inmediaciones del estadio Rafael Mendoza Castellón, que entre otras cosas, tenía su nombre “escrito en sal negra”.
El rumor es que se trata de un trabajo de algunos dirigentes del propio Tigre que se oponen al presidente gualdinegro.
Reintsch prometió devolver el acto este viernes porque considera que no se le puede hacer daño a la institución.
El fútbol y los elementos exógenos: brujería, santería, mesas, cábalas, bendiciones, maldiciones y misas han estado vinculados desde siempre.
En Brasil se sabe que es una práctica normal en muchos jugadores, entrenadores e hinchas que tratan de “ayudar o perjudicar” a sus equipos.
Un ejemplo de estas “maldiciones” es el Cali de Colombia, que no puede salir campeón de la Copa Libertadores "porque uno de sus hinchas lanzó una maldición", cuando su equipo jugaba por primea vez la final de dicho torneo y perdió. El Cali cayó en la final tres veces seguidas.
No es la primera vez que en nuestro país un dirigente hace referencia al tema de una mesa o brujería.
Javier Ortuño, dirigente de la Academia, es un fiel creyente de las mesas y cada vez que a Bolívar le va mal, hace una por encargo.
“Esto es una realidad y es cuestión de fe”, sostuvo el directivo en diálogo con Erbol Digital.
Uno de los entrenadores que tenía afición por este tipo de acciones era Moisés Barack, según comentó el dirigente celeste, cuando el peruano era su entrenador. "También Jorge Habegger era devoto de las milluchadas", expresó Ortuño.
Sin ir lejos, Bolivia perdió un partido contra Chile por las eliminatorias el año pasado y un día después del encuentro, mientras se barría el estadio, se hallaron fotos de la selección nacional junto a huesos de pollo amarrados con una tela de color verde, del lado del banco de suplentes del conjunto nacional.
Para el pastor evangélico Alberto Salcedo, el tema pasa por cuestiones de orden sobrenatural, que mucha gente no quiere creer que son ciertas.
“Hay dos poderes: El mayor que es de Dios. El segundo que es de Satanás, con muchas variedades y funciona para quienes no tienen protección de Dios.”, dijo Salcedo.
“Estamos entrando a un campo peligroso, ajeno al deporte que la gente no termina de entender”, expresó el pastor evangélico, quien remarcó que aquí tampoco se respeta el artículo cuarto de la Constitución Política del Estado.
Para el sacerdote oblato Guillermo Siles, se trata de una “intimidación de las emociones” y un juego con la fe.
“Dicen que esto funciona para quienes creen y no funciona para quienes no creen”, explicó Siles, quien remarcó que no hay mayor poder que el de Dios.
El fútbol tiene muchas variantes, que en este caso sale del terreno de juego y entra en una especie de dimensión desconocida.
