Compadrazgo una identidad de pertinencia familiar
Los festejos de jueves de compadres y comadres, parte de las fiestas carnavaleras, tiene el sentido de identidad, pertinencia familiar y reciprocidad, y no la significación de picardía sexual y amistad, según los estudiosos.
José Antonio Rocha, profesor de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), dijo que la tradición del compadre y comadre proviene de un ritual antiquísimo —según el cronista indio Guamán Poma de Ayala, en siglo XVII— en el incario existía la costumbre de escoger a tutores o responsables de niños y niñas en calidad de padrinos.
El padrinazgo según Rocha, en los Andes, —sobre todo en el área rural— implica que en compadres y comadres, los padres del niño o de la niña, ahijados y ahijadas, visitan a los compadres llevando comida, bebida, mixtura, serpentina, a veces grupos musicales para agradecer por ser padrinos o madrinas, explica Constantino Rojas.
Agrega que es un acontecimiento de agradecimiento porque a través del padrinazgo se establecieron relaciones de reciprocidad. Los padrinos hicieron un servicio, ahora es tiempo para devolver por ese servicio recibido. Se establecen relaciones de ayni (un servicio por otro servicio). El día transcurre en un ambiente de mucha alegría, de cariño, respeto, comiendo, bailando y cantando las coplas del carnaval.
La antropóloga Esther Balboa explica que el compadrazgo es una relación basado en lo moral y ético. Se supone que cuando alguien elige al padrino para su hijo o hija, lo hace luego de una selección exhaustiva: el padrino debe ser de prestigio, una buena persona, con buenos valores no solo morales, sino también éticos. “No cualquiera es elegido padrino o madrina”, según cita Betty Condori.
Las fiestas de los jueves de compadres y comadres, tradicional de Tarija, se expandieron las ciudades de Sucre, Cochabamba, La Paz e incluso Santa Cruz, donde se practica con características más de picardía que la relación de pertinencia familiar.