Estudiantes recrean a ‘salvajes’ y cazadores andinos

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Año nuevo con danzas autóctonas
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Por: Arnold Guachalla

 

La Escuela Superior de Formación de Maestros Tecnológico  Humanístico El Alto, cada 21 de junio, celebra el año nuevo andino amazónico con una entrada de danzas autóctonas, la participación de autoridades y estudiantes de las distintas carreras.

 

Muy temprano del año nuevo andino amazónico, salí a presenciar el evento, que casualmente descubrí navegando por Internet, que en alguna oportunidad quise asistir, pero por las circunstancias -sean cuales fueran- siempre evitaron.

 

Pasé media hora esperando que el minibús recorriera su trayecto hasta la avenida 6 de Marzo, en El Alto, pero un tráfico caótico evitó que el motorizado continuará su recorrido. Aburrido, con el repertorio musical que ofrecía aquel minibús verde, decidí continuar a pie para llegar a mi destino. El clima era tema de charla según pude escuchar.

 

-¿Ya es invierno no? – me pregunté -

 

- Obviamente desde la madrugada pues chango, fue la respuesta.

 

Después de pasar varias calles, llegué donde se desarrollaría el acontecimiento. Un enorme anuncio publicitario colgaba de una de las pasarelas: “Entrada de música y danza autóctona: Machaq Mara T´aca  Andino-Amazónico”.

 

Al parecer llegué temprano. Las tarimas del palco principal eran tardíamente armadas mientras un ajetreado oficial de tránsito hacia las de “mago” para ordenar el terrible tráfico vehicular. Pasada una media hora inició el acto y la caravana de danzarines y músicos iniciaron con el recorrido.

 

Pude reconocer algunas danzas, pero otras eran desconocidas para mí. Así que me acerqué lo más que pude a merced de la incomodidad que eso implicaba. Total a eso vine. Allí, pude ser testigo de muchas danzas extraordinarias pero quedé impresionado particularmente por cuatro. Entonces decidí indagar más al respecto.

 

La primera llevaba el nombre de “Salvajes de Tacakoma” con disfraces de especie de una enredadera de ramas que cubría todo su cuerpo.

 

“Salvajes de Tacakoma es una danza originaria de la localidad de Tacakoma, provincia Larecaja, La Paz. La danza representa a una tribu nómada que habitaba por esos lugares y que se vestían como puede observar: ramas de capuchino. Ellos vivían de la cacería y en constante lucha con otras tribus, por eso llevamos hachas y el arco y la flecha. También realizaban rituales con el fuego como mensajero de los cielos”, relató Airton Chambi, estudiante para maestro.

 

A pesar de tener un cielo despejado, el viento frígido se encargó de recordarnos que el invierno había comenzado más implacable que de costumbre. Pero mi atención se concentró en el siguiente grupo.

 

Los “Cazadores de Chiripa” vestidos de totoras y portando flechas ingresaron con bailes y movimientos ágiles. Robaba algunos aplausos. El estudiante Delio Choque explicó que esta danza era originaria de la localidad de Taraco, provincia Los Andes, La Paz, representaban el trabajo de caza que realizaban los pueblos circundantes a esa localidad.

 

“Esta danza representa la caza de las aves del lago Titicaca. Estos trajes son elaborados con totora que crece en esos lugares”, indicó el estudiante.

 

Luego de esperar por algunos minutos, un enorme pasacalle ingresó al palco anunciado la entrada del siguiente grupo, “Achuq´allas”. Acto seguido, una casita rodante ingresó junto a un grupo de bailarines que, muy alegres y festivos, empezaron a techarla con paja.

 

Dicha danza representaba el trabajo de techado de una nueva casa. Dicha faena convocaba a toda la comunidad a un trabajo conjunto y cuya finalización era razón de alegría y regocijo.

 

Finalmente, una interesante danza llamó la atención a propios y extraños. Se trataba de un bloque cuya particularidad radicaba que los varones vestían  muchas polleras, mientras que las damas personificaban a los conocidos k’usillos andinos.

 

Las polleras que llevaban encima no era una limitación para los chicos que las usaban porque con los movimientos rápidos y algunos saltos estrepitosos hacían deleitar al público.

 

“Watiti” significa “salto rápido y ágil”, la danza representa la cacería de la perdiz y la vizcacha en la localidad de Santiago de Iquiaca, provincia Pacajes, La Paz, por el mes de diciembre.

 

“Como la mujer no era tan ágil, entonces los hombres se vestían con polleras para realizar la cacería”, dijo Ramiro Choque Acarapi, que a merced de su cansancio pudo explicar el significado de esta danza.

 

Sencillamente fue un día interesante, a pesar del frío y el enorme caos del transporte que la entrada generaba, valió la pena estar allí.

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